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Reportaje

Agricultura abierta: cómo el código abierto puede afectar la producción de alimentos

Las soluciones de código abierto, más simples y de bajo costo, tienen el potencial de convertir a cualquiera en un agricultor del futuro.

Por: Alto Nivel Swipe

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| Pobreza y desigualdad en aumento

En noviembre de este año, se espera que la población mundial alcance la marca de los 8,000 millones de personas, según las proyecciones más recientes de las Naciones Unidas. Aunque el crecimiento sea el más lento desde 1950, se espera que la tendencia alcista continúe hasta alcanzar su punto máximo en 2086, lo que ha preocupado a los académicos. Según los expertos, la densidad de población tiene un impacto directo en cuestiones sociales, económicas y ambientales, y su aumento acentuará aún más la desigualdad.

Lejos de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, la pobreza y la desigualdad han aumentado en los últimos años. De acuerdo con un informe de 2022 sobre el estado de la seguridad alimentaria y nutricional en el mundo, la cantidad de personas que sufren hambruna en todo el planeta llegó a 828 millones en 2021. Tan solo en América Latina, casi 60 millones de personas padecen hambre.

Revertir este escenario no es una tarea sencilla, pero la unión de diferentes ideas y experiencias puede ayudar a que el camino sea menos desafiante. El uso de tecnologías de código abierto ha contribuido al desarrollo de diferentes iniciativas que simplifican y abaratan la producción de alimentos. A través de la colaboración, la creación de soluciones open source se ha vuelto cada vez más ágil, lo que permite compartir buenas prácticas y transformar a cualquiera en un agricultor del futuro, como muestra el documental Farming For the Future, producido por Red Hat, líder mundial en soluciones de código abierto.


| Sembrando mañana

Según la película, una nueva ola de agricultores está surgiendo de donde menos te lo esperas. En Estados Unidos, la edad promedio de las personas que trabajan en el campo es de 58 años, por lo que urge preparar a las nuevas generaciones para liderar la producción de alimentos. No es casualidad que gran parte de las iniciativas dirigidas al desarrollo de nuevas tecnologías y medios de producción se estén implementando en escuelas de todo el país. En Baltimore, los estudiantes de secundaria de Green Street Academy están involucrados en el Food Computer Program. Este proyecto se basa en la construcción de food computers (computadoras de alimentos), capaces de producir alimentos más saludables. Compartida con otras instituciones educativas, la iniciativa busca mostrar a la comunidad cómo es posible alimentarse de insumos cultivados por cada persona.

En Nueva York, los estudiantes de la escuela secundaria West Hollow están trabajando para encontrar formas de cultivar alimentos en interiores, utilizando un sistema hidropónico construido con hardware y software de código abierto. Mientras en Saint Louis, los jóvenes estudiantes construyen un nuevo conjunto de herramientas agrícolas de alta tecnología, respaldadas por soluciones como Raspberry Pi. En las clases, crean jardines acuapónicos, que nutren peces y plantas al mismo tiempo, acelerando el desarrollo de alimentos.

“Estas iniciativas son buenos ejemplos de construcción de una agricultura abierta, que va en línea con los pilares del open source. No basta con tener conocimiento y tecnología. Es necesario involucrar a la gente, compartir experiencias y también trabajar en una transformación cultural, en un cambio de mentalidad que nos permita avanzar en la solución de los problemas del día a día”, afirma Germán Soracco, vicepresidente de Geo Commercial Sales Latinoamérica en Red Hat.


| Cultivando el cambio

La premisa de que los agronegocios solo involucran a personas mayores también se ha ido desmoronando en América Latina. Datos del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola de la ONU indican que la edad promedio de los agricultores –tomando en cuenta todas las personas que han pasado algún tiempo trabajando en fincas propias o familiares– es de 34 años. Y estos jóvenes están mucho más alineados con las nuevas tecnologías y buscan formas de implementarlas para mejorar la productividad.

Iniciativas como la de Dorn Cox, director de investigación del Wolfe’s Neck Center for Agriculture & the Environment, en Estados Unidos, son importantes para inspirar el cambio también en América Latina. Para este experto, restaurar el medio ambiente es una tarea demasiado grande para una sola persona, pero con el código abierto ya nadie tiene que trabajar solo. Con la colaboración de cientos de miles de personas en todo el mundo es posible conectarse con el ecosistema para producir alimentos, incluso en un clima siempre cambiante, y ver cómo brotan los cultivos en lugares donde antes parecía imposible.

Hoy, el open source tiene el potencial de transformar a cualquier individuo en agricultor y, mucho más allá, de involucrar a más y más personas en la búsqueda de una agricultura cada vez más abierta y sostenible. Al compartir conocimientos, se crean puntos de intersección y se derriban importantes barreras para la innovación y el avance. “El mundo está en constante cambio y todos los sectores, incluso los más tradicionales, necesitan mantenerse al día con esta transformación. El código abierto es el vínculo que conecta el legado con lo nuevo, lo que permite la creación y el desarrollo de soluciones que pueden cambiar el rumbo de la vida en comunidad, construyendo un futuro mucho menos desigual y más positivo”, dice Soracco.

El código abierto ya forma parte de la vida cotidiana de muchas empresas e impulsa muchos negocios en todo el mundo. Ahora, se está utilizando cada vez más para abordar varios problemas actuales. Para obtener más información, visita la página de Red Hat y descubre toda la serie documental de Open Source Stories. AN

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