
Banca mexicana: Preparada para cualquier turbulencia financiera
Aunque se espera una desaceleración en la demanda de crédito en México en los siguientes meses, la banca en nuestro país está sólida, solvente, bien capitalizada, con altos niveles de liquidez y reservas para hacer frente a cualquier reto que se presente este año, incluyendo un bajo o nulo crecimiento de la economía por las políticas comerciales de Estados Unidos.
Por: Sergio CastañedaContinua en la historia

| Por el camino del crecimiento
El panorama para la banca en México luce retador, pero positivo. A pesar de que las perspectivas de crecimiento para la economía mexicana este año son débiles, debido principalmente a la incertidumbre generada por las políticas comerciales de Estados Unidos, donde los aranceles recíprocos impuestos por el presidente Trump han desestabilizado el comercio mundial, se espera que el sistema bancario de nuestro país siga por el camino del crecimiento, apoyado en su fortaleza financiera; aunque este será a un menor ritmo del que se venía observando en los últimos años, de doble dígito.
“Si bien se espera una desaceleración en la demanda de crédito en México en los próximos meses, sobre todo en empresas y consumo, nosotros creemos que, aun con un bajo o nulo crecimiento de la economía, el sistema bancario puede seguir creciendo. ¿Por qué? Porque es un sistema que tiene todavía una penetración relativamente baja”, asegura Carlos Serrano, Economista jefe de BBVA en México.
Además, subraya en entrevista con Alto Nivel, la banca está preparada para hacer frente a cualquier reto que se presente este año. “A diferencia de otros sistemas financieros del mundo, la banca mexicana se encuentra en una situación de fortaleza financiera, lo cual es muy importante en un entorno de incertidumbre y turbulencia financiera, como el que estamos viviendo”, asegura Carlos Serrano, Economista jefe de BBVA en México.
En primer lugar, explica el especialista, es una banca solvente, pues tiene uno de los índices de capitalización más altos del mundo, de alrededor del 19%, superior al 10.5% de Basilea III. Acuerdo este internacional que establece normas para regular la banca y fortalecer la estabilidad financiera y que se creó en respuesta a la crisis financiera de 2007-08.
En segundo lugar, añade, es una banca que tiene una muy buena situación de liquidez. “Todos los bancos que operan en el país cumplen ampliamente con la regulación que exige Basilea III, tanto con el Coeficiente de Cobertura de Liquidez (CCL) de corto plazo, como el de largo plazo.
La banca mexicana, destaca Serrano, es un sistema bancario que se fondea principalmente con depósitos estables del público y esto lo hace poco vulnerable a episodios de volatilidad financiera, en comparación con sistemas que se fondean más con bonos en el mercado mayorista, que están sujetos a los vaivenes del mercado.
“El hecho de que este sea un sistema que esté fondeado fundamentalmente con depósitos estables del público lo blinda ante episodios de inestabilidad financiera, lo cual también es una fortaleza”, subraya.
En tercer lugar, menciona, es un sistema financiero que tiene una muy buena calidad de cartera. “En resumen, la banca mexicana está entre las más solventes del mundo, con una buena calidad de cartera. En BBVA hemos hecho pruebas de estrés, que nos dicen que incluso si se viviera una crisis similar a la de 1994, la banca podría absorber una crisis de ese tamaño con los niveles de capitalización que tiene”.

| Escenario retador
Brian Rodríguez Ontiveros, analista Bursátil Senior de Monex, coincide con Serrano. “La banca mexicana tiene una estructura financiera sólida, con márgenes operativos altos y niveles de rentabilidad bastante atractivos. El mercado financiero está creciendo muy bien, a un muy buen ritmo; su cartera de crédito y los índices de morosidad se mantienen bastante estables, al igual que los índices de capitalización, que es algo muy importante para hacer frente a cualquier escenario adverso de corto y mediano plazo”.
Esto, subraya Rodríguez Ontiveros, siempre y cuando no terminen por distorsionarse las variables económicas. “Hoy, el escenario económico luce retador, lo que impactaría el crecimiento del crédito en el país. La política arancelaria del presidente Trump podría generar una recesión económica y presiones inflacionarias en EU, y por la cercanía y dependencia de México también habría un impacto importante para nuestra economía”.
En ese sentido, comenta en entrevista con Alto Nivel, las empresas que exportan a EU y los grupos financieros cuyos clientes exportan a ese país están más expuestos y podrían sufrir un mayor impacto por el tema de los aranceles y enfrentar mayores retos. “El índice de morosidad y otros indicadores podrían distorsionarse, aunque no de una manera abrupta, porque hasta ahora México ha salido mejor librado de este entorno de incertidumbre respecto de otros mercados”.
El analista indica que aún se tiene una expectativa de crecimiento económico ligeramente positiva para México este año (del 0.5%), por lo que todavía no se ve un impacto significativo, como en otras economías.
Bajo esa coyuntura de un menor crecimiento, señala Rodríguez Ontiveros, se espera una desaceleración del crédito que, si bien no será tan marcada, tendrá un impacto en el desempeño del sector.
“Se dejará de crecer a las tasas que se venían observando en los últimos años. Esperamos un crecimiento alto de los ingresos de un dígito, estamos hablando de entre 7 y 9%, que podría bajar si las proyecciones de crecimiento de la economía siguen ajustándose a la baja. A nivel cartera, estamos viendo un crecimiento similar; traíamos una expectativa de crecimiento de un dígito medio, pero en caso de que el escenario económico sea más retador, podría cambiar a un dígito bajo”.
No obstante, indica, existe un aspecto positivo, menores tasas de interés, que se espera sigan bajando hasta cerrar el año en 7.5%. “Esto debería ser más atractivo para solicitar un crédito, sobre todo para las empresas. Uno de los retos que enfrentó el sistema financiero con tasas de interés altas era el tema de la morosidad. Entonces tenemos un escenario económico retador, pero con menores tasas de interés, por lo que podríamos observar cierta resiliencia en términos de morosidad”.
Eduardo Ramos, analista de mercados de VT Markets, también cree que este será un año bastante retador para la economía mexicana y para el sector bancario, pues las tensiones globales están generando demasiada incertidumbre, aunque se vislumbra un cierre de año estable.
“En lo que respecta a la captación, me parece que la banca va a seguir mostrando fortaleza, gracias a la estabilidad macroeconómica que tiene el país; aunque el tema de los aranceles estadounidenses y las presiones, en particular en las cadenas de suministro, son puntos que han estado mermando la confianza empresarial y eso se traduce literalmente en desaceleración de la inversión y, por tanto, una menor demanda de crédito”, explica.
Serrano, de BBVA, dice que es previsible una desaceleración en la demanda de crédito en los siguientes meses, aunque la calidad de la cartera va a seguir siendo muy elevada. “Nosotros creemos que habrá una menor demanda de crédito por parte de las empresas, pues en un entorno como el que estamos viviendo lo primero que se afecta es la inversión; también esperamos una menor demanda del crédito de consumo, debido al menor crecimiento de la economía y de la creación de empleo. Las familias van a ser más cautas en este entorno”.
Sin embargo, señala, aun en un entorno de bajo crecimiento económico, el sistema bancario seguirá creciendo. “Nosotros pensamos que podemos ver un crecimiento del crédito de entre 7 y 10% para 2025. Uno de los pilares de este crecimiento será el seguir avanzando en el otorgamiento de crédito a pequeñas y medianas empresas que no estén bancarizadas; es un mercado donde se puede crecer significativamente”.

| Listos para prestar
Será interesante escuchar el discurso tanto del presidente saliente de la Asociación de Bancos de México (ABM), Julio Carranza Bolívar, así como de su sucesor, Emilio Romano, director ejecutivo de Bank of America en México, en la 88 Convención Nacional Bancaria a celebrarse el 8 y 9 de mayo, en Nuevo Nayarit-Vallarta, y saber si los bancos mantendrán abierta la llave del crédito o serán cautelosos por el entorno de incertidumbre que prevalece.
En abril del año pasado, durante la 87 Convención Nacional Bancaria, Carranza Bolívar dijo que eran optimistas y seguían viendo una gran oportunidad. “Tenemos 1.4 billones de pesos listos para prestar. Nuestro principal interés es prestar este dinero y colocarlo entre la gente que necesita crédito”.
En los últimos 20 años, destacó el también presidente del Consejo de Administración de Bancoppel, el crédito en México ha crecido a doble dígito, por encima del 10% anual en promedio.
Además, agregó, los principales indicadores de la banca siguen muy fuertes. “El índice de capital está en 19.7%, cuando a principios del 2018 estábamos en 15.9%. Eso nos da una fortaleza financiera para soportar precisamente todas las pérdidas no esperadas de los créditos que otorga la banca. Esa es la fortaleza que tiene la banca en este sentido”.
En el índice de cobertura, indicó el directivo, está en 153%, lo que quiere decir que toda la cartera vencida, más un 50% adicional, está totalmente reservada y es otro de los factores que indican la fortaleza de la banca.
Finalmente, mencionó, el índice de morosidad se encuentra en términos históricos, en un 2.1%; y el índice de liquidez en 277%, cuando el requerimiento regulatorio es del 100%. “Esto nos da la liquidez para hacer frente en el corto plazo a cualquier choque de estrés y es un factor muy importante de fortaleza de la banca”.

| Sólida, solvente y bien capitalizada
En febrero pasado, Carranza Bolívar aseguró que la banca mexicana está sólida, solvente, bien capitalizada, con altos niveles de liquidez y reservas, y con capacidad de seguir contribuyendo al crecimiento del país.
En conferencia de prensa, el directivo subrayó que no solo se mantuvo un crecimiento en el otorgamiento de créditos en 2024, sino que los índices de morosidad fueron más bajos respecto de 2023.
“Gracias a la buena gestión de riesgos, la banca se mantuvo sólida, lo que se refleja en sus niveles de capitalización y liquidez, que se mantuvieron por arriba del mínimo regulatorio; lo que permite a la industria bancaria seguir siendo pieza clave para impulsar el desarrollo del país y contribuir con los proyectos del gobierno federal, como el Plan México, en el que la banca tendrá una relevante participación al impulsar el crecimiento de las pequeñas y medianas empresas (PyMEs)”, comentó.
En este plan, detalló, el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum establece metas para que un 30% de estas empresas tengan acceso a financiamiento. “Para que esto se logre es necesario otorgar crédito a 64,000 nuevas MiPyMEs, es decir, más de 10,650 empresas al año durante el sexenio”.
Y para lograrlo, sostuvo el directivo, se requiere trabajar de forma coordinada con el gobierno federal y autoridades financieras mediante la implementación de una estrategia integral que incluya al menos cuatro elementos: apoyos de la banca de gobierno con esquemas de garantías, cambios regulatorios para simplificación de requisitos, integrar a MiPymes a cadenas de proveeduría de empresas ancla y reducir la informalidad para que más empresas sean potenciales sujetos de crédito.
Por lo pronto, el pasado 14 de abril, durante “la mañanera del pueblo”, la presidenta Sheinbaum hizo un llamado a los bancos a que bajen las tasas de interés para que las pequeñas y medianas empresas tengan acceso a un crédito.

| Los retos
En cuanto a los retos que tiene la banca mexicana, Brian Rodríguez Ontiveros, analista bursátil de Monex, dice que uno de los temas que más le preocupa es el tecnológico (de ser una banca más digital) y la cultura financiera.
Para Eduardo Ramos, analista de mercados de VT Markets, los principales retos del sector, para este año, serán la inclusión financiera —el acceso y uso de los servicios financieros formales a todos los segmentos de la población— y mantener la estabilidad.
Eduardo Serrano, de BBVA, señala que el principal reto de la banca en México es seguir avanzando con la integración financiera. “Seguimos siendo un sistema que tiene un nivel de bancarización bajo, si nos comparamos con países más avanzados, y para lograrlo hay que avanzar en la digitalización, El gobierno debe adoptar políticas públicas que promuevan una mayor digitalización, lo que ayudaría a una mayor recaudación fiscal, disminuiría el crimen, la corrupción y aumentaría la inclusión financiera”. AN