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Industria vitivinícola: En su mejor momento, gana terreno a importados

Tras recuperarse de la caída en ventas registrada en 2023, como consecuencia de la entrada de mucho vino barato y la depreciación del peso, el sector ahora espera cinco años consecutivos de crecimiento, con tasas del 10 al 12%.

Por: Sergio Castañeda Swipe

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| Futuro promisorio

El futuro no podría ser más promisorio para la industria vitivinícola mexicana, que ha demostrado ser muy resiliente. Tras recuperarse de la caída en ventas registrada en 2023, como consecuencia de la entrada de grandes cantidades de vino barato a nuestro país y la depreciación del peso, el sector ahora espera cinco años consecutivos de crecimiento, con tasas del 10 al 12%. 

¿Qué estaría impulsando este crecimiento? La aceptación que han alcanzado los vinos mexicanos en los últimos años, los precios competitivos y accesibles a los consumidores, el incremento de las hectáreas de producción de uva, el posicionamiento de la marca “México”, tanto a nivel nacional como internacional; el reforzamiento de acciones para resaltar la calidad, sabor y región de dónde proviene la bebida.

“El 2024 fue un año muy bueno para la industria vitivinícola en México, que venía de un 2023 muy difícil, pues en el segundo semestre de dicho año se cayeron las ventas y nadie sabía qué estaba pasando. Se efectuaron muchos análisis; incluso a los grandes productores mundiales que están aquí les llamó la atención esta caída, no solo del vino, sino también del tequila y del mezcal, que finalmente tuvo que ver con el tipo de cambio, con la depreciación del peso frente al dólar; así como a la entrada de mucho vino barato, que significó una mayor competencia”, explica Salomón Abedrop López, presidente del Consejo Mexicano Vitivinícola (CMV).

En entrevista con Alto Nivel, el ejecutivo indica que, si bien este año se espera un crecimiento más moderado, un poco menor al registrado en 2024, la industria seguirá creciendo. “Vamos a tener cinco años consecutivos de crecimiento, a tasas del 10 al 12%”.

El consumo de vino en el país, destaca, crece a una tasa de entre el 3 y 4%, pero el vino mexicano crece más del 10% cada año”. 

Abedrop López estima que el año pasado se consumieron 150 millones de litros de vino en México, de los cuales el 39% fue vino mexicano, aproximadamente 60 millones de litros. “La industria mexicana de vino se encuentra en su mejor momento”.

¿Qué significa? Que se está ganando terreno a los vinos importados, subraya el directivo. “Nos está yendo bien. Hemos estado creciendo con estrategias muy sólidas, posicionándonos como una industria unida, fuerte, sólida, capaz de resolver cualquier problema que se presente; estamos impulsando el crecimiento de los viñedos en el país para que haya más uva y los productores puedan mejorar los precios de sus vinos, que hoy son un poquito más caros que los importados, pero de gran calidad”. 

De acuerdo con cifras del CMV, existen en el país 9,430 hectáreas plantadas de uva industrial (vino, brandy y jugo) y más de 550 proyectos en marcha. En 2018 había 6,474 hectáreas destinadas a la producción de uva para vino, donde Baja California concentraba el mayor porcentaje de producción con el 57% del total de los 11 estados productores que existían en aquel entonces.


| La marca “México”

También, menciona Abedrop López, se está trabajando para posicionar la marca “México”, basándose en la calidad del vino mexicano, en todas las medallas que han ganado a nivel internacional; así como en la creación de un logotipo para el vino mexicano, con el propósito de que el consumidor tenga la seguridad, la certeza, de que el vino mexicano que está comprando es de la mayor calidad. 

En ese sentido, el pasado 12 de marzo la Secretaría de Economía, junto con el CMV, llevaron a cabo un evento para fortalecer la industria vitivinícola y promover el distintivo “Hecho en México” como símbolo de calidad y orgullo nacional. 

El evento nombrado “Vinos Orgullosamente Mexicanos” destacó la relevancia del sector, fomentó el consumo de productos nacionales y reconoció a los productores que han impulsado el desarrollo de la industria. Además, buscó fortalecer los vínculos comerciales entre productores y distribuidores clave en el mercado nacional e internacional. 

Durante el evento se mantuvieron encuentros estratégicos con representantes de plataformas de comercio electrónico, asociaciones de restauranteros y cadenas de autoservicio, con el objetivo de ampliar la presencia del vino mexicano en los mercados nacionales e internacionales; además se entregaron certificaciones a productores vitivinícolas que cumplieron con los más altos estándares, consolidando a México como un referente en la industria del vino.

De igual forma, agrega el presidente del CMV, se están haciendo análisis a detalle para conocer cómo está la estructura de precios en el mercado mexicano. “El 33% del vino mexicano se comercializa por debajo de los 300 pesos y un 45.5% entre 300 y 500 pesos; estamos hablando de que el 79% se vende por debajo de los 500 pesos. Solo el 21% del vino mexicano se vende arriba de los 500 pesos. Hace 20 años eran pocas marcas, ganaban una medalla y se iban arriba en precios. Hoy no, hoy tenemos muchas más marcas y medallas y tenemos precios competitivos”. 

Ejemplo de ello, dice Abedrop López, es que los vinos mexicanos, en volumen, venden el 39% del total del vino que se comercializa en el país, pero en dinero representa el 34%. “¿Qué significa esto? Que nuestras botellas son más baratas y que el vino mexicano ya no es tan caro”.

Actualmente, destaca el presidente del CMV, el valor del mercado de vino en México es de 6,000 millones de dólares (mdd), de los cuales 2,400 mdd son de vino mexicano.

Ana Paula Robles Sahagún, directora del CMV, coincide con Abedrop López. “En los últimos 10 años, la industria vitivinícola mexicana ha tenido un crecimiento del 30 al 35%, aproximadamente, hablando de hectáreas de uva plantadas”. 

Eso, destaca, nos ha permitido pasar de un consumo de 0.25 mililitros per cápita en 2015, a 1.5 litros el día de hoy, lo que nos habla de un crecimiento sostenido, orgánico. “Hoy, 4 de cada 10 botellas que se consumen en el país son de origen nacional. ¿Qué esperamos? Seguir creciendo, pasar de 1.5 a 1.7 litros de consumo per cápita, y que 5 de cada 10 botellas que se consumen en nuestro país sean de vino mexicano. Esa es la expectativa”.

Y ¿qué tiene que hacer la industria?, subraya la ejecutiva en entrevista con Alto Nivel. Promover que México elija vino mexicano, seguir atrayendo al mercado interno, que más mexicanos elijan vino mexicano, que en los restaurantes promuevan primero el vino mexicano antes que otros vinos. “Necesitamos adaptarnos, conocer al consumidor y empezar a construir esa fidelidad con un producto de calidad, con un consumo responsable”.

Cabe destacar que el sector vitivinícola nacional genera más de 500,000 empleos tan solo en la actividad primaria de la vid y 1,200 empleos directos y más de 10,000 empleos indirectos, lo que lo ubica como el segundo empleador más importante del sector primario, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Economía.


| Los retos

¿Cuáles son los principales retos que enfrenta la industria en México? Para Robles Sahagún el principal reto de la industria a nivel mundial es el cambio climático, las altas temperaturas, la falta de agua. “Estamos preparándonos para fortalecer nuestro producto y para el cuidado del agua mediante prácticas sustentables”. 

En octubre de 2023, en el marco del Día del Vino Mexicano, el coordinador general de Agricultura, Santiago Argüello Campos, señaló que mejorar el nivel de resiliencia en el sector es fundamental para su permanencia y crecimiento, con el manejo de sistemas productivos sostenibles, ante los efectos de cambio climático a nivel global.

Aseguró que la ciencia y la investigación son piedra angular para fomentar procesos innovadores en el desarrollo de tecnologías, sistemas de riego, control de plagas y enfermedades, así como el manejo integrado agronómico para incrementar productividad y rendimientos en la actividad primaria, a través del acompañamiento de los bienes públicos de la dependencia federal.

Precisó que México está considerado como el productor de vino más antiguo de Latinoamérica y ocupa el lugar 33 a nivel mundial. “En 2022 registró una superficie sembrada de 36,000 hectáreas, de las cuales se cosecharon 24,000 de uva de mesa, 9,000 para uva de uso industrial (vinos y jugos) y el resto para uva pasa.


| Suelo parejo

Por otro lado, menciona la directora del CMV, está la parte comercial, la llegada de vinos subsidiados por países al otro lado del mundo, que llegan a precios bajísimos. “Es muy difícil competir bajo esas condiciones, pues no hay suelo parejo para los vinos mexicanos; aquí tienes un impuesto muy alto y es un tema que queremos platicar con las autoridades, negociar que una parte de ese impuesto retorne al sector para su desarrollo, para que crezca el número de hectáreas de producción de uva, para que haya más apoyo a los productores del campo; eso sería ideal, más apoyo”.

¿Cuál ha sido la respuesta del gobierno? Hay una empatía y un reconocimiento de lo que el sector aporta al país, hablando de mano de obra calificada, de empleos, de inversiones, de producción, comenta la directora del CMV. 

“Esperamos que también venga ese apoyo que necesitamos en materia de impuestos, de comercialización, de barreras de entrada para esos vinos que llegan a precios bajísimos y que son una competencia desleal; de apoyo para salir a exportar. Hasta ahora hemos sido bien recibidos, escuchados, aunque en materia recaudatoria vemos poco viable que se reduzca la tasa impositiva. Una política no recaudatoria difícilmente prospera”, subraya.

Actualmente, destaca, el vino mexicano paga un Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) de 26.5%, más el 16% del IVA, más los impuestos estatales. “Estamos hablando de que el 47.5% del valor de una botella son impuestos, por lo que pedimos a la autoridad que sea más sensible en este tema, que ayude al sector reduciendo la carga impositiva o que se utilice una parte para apoyar a la industria, a los productores”.

Abedrop López coincide en todo con su Directora General, aunque pone por delante el tema de la importación de vino a muy bajos precios. “El principal reto es el mercado de importación, la entrada de grandes cantidades de vino barato y de baja calidad a nuestro país, debido a que tenemos fronteras abiertas. Entonces, lo que tenemos que hacer como industria es cuidar al consumidor, que este sepa que llega vino de no muy buena calidad a precios bajos. Nosotros cuidamos mucho la calidad de nuestros vinos, estamos comprometidos con ello”.

¿De qué países se importan esos vinos que no son tan buenos? El presidente del CMV dice que llegan principalmente de Chile y de España, que se pueden encontrar en los supermercados a 90 pesos. “Si les quitas el IEPS, el IVA, resulta que es un vino con valor de 55 pesos, lo cual resulta imposible, no es rentable para el productor; eso significa que debe haber algún problema fiscal, que tiene que ser revisado por la autoridad”.

Sin embargo, señala, el Consejo en lugar de actuar como policía, se enfoca en hacer las cosas bien y tener una imagen limpia, con productos de alta calidad a precios competitivos. “Si vamos a Francia y ganamos medallas, si vamos a España y ganamos medallas, si vamos a Argentina y ganamos medallas, significa que estamos haciendo bien las cosas, que nuestro vino es bueno”.

Otro gran reto o problema para la industria, considera, es el tema del IEPS, el tema del IVA. “En mayo pasado, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo hizo una propuesta para revisar el IEPS. Se trata de una propuesta muy interesante para que se cobre el IEPS por la cantidad de alcohol y no por precio. Nosotros vendemos una bebida con muy poco contenido de alcohol, que se compra para acompañar la comida, la cena, por lo que creemos que, si se revisa y se reduce la tasa impositiva, seguramente nos va a ir bien como sector, porque se va a incentivar el consumo de vino en el país, el gobierno va a recaudar más y el consumidor se verá beneficiado también, porque tendrá mejores precios y claridad de lo que es bueno y lo que es malo”.


| Turismo, clave para la industria

Finalmente, Abedrop López afirma que el enoturismo es  clave para el crecimiento de la industria vitivinícola del país [enoturismo, del griego oinos, vino]. “Actualmente contamos con 17 estados vinícolas para visitar: Baja California, Baja California Sur, Sonora, Chihuahua, Durango, Coahuila, Nuevo León, Aguascalientes, San Luis Potosí, Guanajuato, Querétaro, Hidalgo, Puebla, Nayarit, Zacatecas, Jalisco y Michoacán, donde se ofrecen experiencias únicas, como recorridos por viñedos y bodegas, catas dirigidas por sommeliers, eventos culturales y talleres de maridaje y gastronomía regional”.

De estos destacan Baja California con cuatro rutas: Antigua Ruta del Vino, Ruta del Vino en Valle de Guadalupe, Ruta del Queso y el Vino, y Puerta Norte de la Ruta de Vino; Guanajuato con su ruta del vino Valle de la Independencia; y Querétaro con la ruta de arte, queso y vino.

Abedrop López destaca que esta actividad generó 10,000 millones de pesos (mdp) en 2024, entre hospedaje, alimentos y visitas a los viñedos y bodegas. “Además de la vitivinícola, industrias como la hotelera y restaurantera se ven beneficiadas”. AN

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