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Reportaje

La inseguridad no es cuestión de percepción

Los altos niveles de inseguridad que se viven en nuestro país no son una percepción, ni un problema nuevo. Son una realidad y una situación que prevalece desde hace muchos años.

Por: Ulises Navarro Swipe

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| Percepción y realidad

Los datos que arroja la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana 2021, desarrollada por el INEGI con datos al segundo trimestre del año, señalan que durante junio de 2021 el 66.6% de la población de 18 años y más; es decir, dos de cada tres personas, consideran que vivir en su ciudad es inseguro. Este dato es ligeramente superior al 66.4% registrado durante el primer trimestre. La percepción social sobre la inseguridad pública resulta alarmante y se intensifica aún más si desglosamos la información por entidad federativa: los habitantes de Tláhuac (78.1% de su población), Xochimilco (79.3%) e Iztapalapa (79.4%), en la Ciudad de México, tienen miedo de lo que se vive a diario. Del miedo al pavor solo hay uno paso, y eso es lo que ocurre en Guadalajara (Jalisco), Cancún (Quintana Roo) y Fresnillo (Zacatecas). En esas ciudades, 84.6, 88.7 y 96.2% de sus habitantes, respectivamente, tienen pánico de salir a la calle. El fenómeno no solo se refleja en el sentir de las personas, sino en el valor de las propiedades. A mayor percepción de seguridad, mayor es el valor de los inmuebles y viceversa. También afecta el tema de salarios y compensaciones por parte de las empresas. ¿A quién le interesa trabajar en una organización instalada en una ciudad donde salir a la calle resulta altamente inseguro?

| Estados Unidos advierte de la inseguridad en México

Los altos niveles de inseguridad que se viven en el país no solo son percibidos por los mexicanos encuestados por el INEGI. En un documento titulado 2021 Investment Climate Statements: Mexico, nuestro vecino del norte advirtió que la inseguridad, entre otros factores, “eleva el costo de hacer negocios en México”. Es un señalamiento acertado y que se refleja en lo que miles de empresas y empresarios enfrentan todos los días para proteger su vida, su patrimonio y sus organizaciones. Los costos de la inseguridad en las empresas se han incrementado año tras año, debido a las pérdidas causadas por distintos delitos: robos a mano armada, hurto hormiga, cobro por derecho de piso, robo cibernético y robo de camiones y tractocamiones, entre otros. Sobre este último punto, muchos creen que los vehículos cargados con mercancías son robados durante el traslado por carretera, y es cierto, pero en muchas ocasiones el robo ocurre a la salida de las plantas; por esta razón, las medidas de seguridad deben extremarse en todo momento. Aunque parezca paradójico, una forma de reducir estos costos es la contratación de los servicios de empresas de seguridad privada, con experiencia y una alta reputación. Y aunque hay quien piensa que esto es un costo para la organización, cuando se reciben resultados en la protección de las personas, sus bienes y patrimonios, queda claro que el ahorro y la reducción de pérdidas se justifican cuantitativamente.

| Seguridad privada: un aliado poderoso

A principios de este año, el Licenciado Alejandro Desfassiaux, presidente de Grupo Multisistemas de Seguridad Industrial, señalaba que “empresas, comercios y la industria de manufactura; es decir, todo el sector productivo del país, han llegado al límite y enfrentan una situación insostenible; no solo por la pandemia del coronavirus, sino por el aumento progresivo de la inseguridad. Si no se define pronto una estrategia eficiente por parte del gobierno federal para aminorar la carga de los pagos de nómina y otras obligaciones laborales y fiscales, y no se hace un cambio de ruta en términos de seguridad, en 2021 se verá un incremento de la descomposición social, un alza en el índice delincuencial y un mayor flujo de operaciones irregulares en muchos negocios, casi al nivel del comercio informal”. Tal parece que las apreciaciones del Licenciado Desfassiuaux se están haciendo realidad, y por eso la sensación de inseguridad de los encuestados por el INEGI. Otros datos del estudio señalan que, durante el primer semestre del año, 27.7% de los hogares a nivel nacional habían sido víctimas de robo y/o extorsión. Esta afectación ha llevado a muchas familias a recurrir a servicios de seguridad privada y tecnologías para al menos dormir tranquilos: alarmas, cámaras de seguridad, sensores, etcétera.

| Nueva normalidad vs vieja inseguridad

La pandemia ha traído muchos cambios en la vida de las personas, pero desafortunadamente en materia de seguridad el panorama negativo que había antes de la pandemia no solo ha continuado, sino que se ha incrementado. Parece no existir una vacuna real contra los índices delictivos, pues con confinamiento o sin él, las organizaciones siguen siendo afectadas por la delincuencia; quizás más ahora, como señalaba Desfassiaux, ante el incremento en los niveles de pobreza. Más allá de los datos gubernamentales está la realidad que viven las empresas, según los datos arrojados por organismos privados. Claudia Jañez, titular del Consejo Ejecutivo de Empresas Globales, señala que el robo al transporte de carga en carreteras se ha incrementado de forma reciente, tras la reactivación de las actividades productivas, y muchas empresas han tenido que incrementar sus costos entre 10 y 20% para implementar medidas de seguridad. La directiva dice que una de las principales preocupaciones de los corporativos globales es el robo de transporte de carga, aunque hay otros problemas igual de importantes, como el asalto a los colaboradores y los bloqueos que impiden la distribución de productos en tiempo y forma. Por su parte, la Asociación Nacional de Empresas de Rastreo y Protección Vehicular dio a conocer que durante mayo pasado se reportaron 226 eventos, una de las cifras más altas en lo que va del año.

| Trabajo conjunto: la única alternativa

La problemática de la inseguridad en México es tan grave y añeja que las autoridades competentes tienen que trabajar junto con las empresas serias de seguridad privada para proteger el patrimonio de los empresarios, su seguridad personal y la de sus empleados. Basta recordar el conflicto reciente que enfrentaron las empresas constructoras que laboran en la modernización del corredor interoceánico, las cuales dejaron de operar por la violencia que los delincuentes ejercieron sobre ellas. El propio presidente, Andrés Manuel López Obrador, reconoció durante una de sus conferencias mañaneras que grupos criminales extorsionaban y robaban a las constructoras, y no fue sino hasta que la Secretaría de Marina actuó con eficiencia que estas compañías pudieron regresar a su actividad productiva. Existen casos en los cuales la seguridad pública se ve rebasada por los niveles y profesionalización de la delincuencia, pero existen muchos casos en los cuales la buena selección de una organización de seguridad privada hace la diferencia entre que un acto delincuencial se lleve a cabo o se evite. AN

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