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Opinión

México ante la nueva reconfiguración mundial

Por: Laura Iturbide Galindo Swipe

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El orbe muestra una nueva conformación geográfica industrial y económica, en general, que fue acelerada durante y después de la pandemia.

Las empresas están buscando nuevas localizaciones que les dejen estar más cerca del cliente final. Están deseosas de tener “proximidad”, que les permita evitar interrupciones en sus cadenas de suministro, pero también seguridad, ante los crecientes conflictos geopolíticos. Así, lo que comenzara con guerras comerciales y aumentos de aranceles, terminaría en resistencia a las grandes y complejas cadenas multinacionales.

Las empresas están buscando nuevas localizaciones que les dejen estar más cerca del cliente final.

En efecto, es indudable que la relocalización empresarial responde a una eficiencia en costos; empero también a un intento de modificar la matriz de riesgo de los negocios. Tal es el caso de la guerra de Rusia/Ucrania y más recientemente la de Israel/Palestina, donde la escasez de insumos, incluso, ha comprometido hasta la seguridad alimentaria y energética de los países involucrados.

| El nuevo tigre americano

Este cambio en el movimiento transfronterizo de bienes, servicios, tecnología y capital ha beneficiado a México. De acuerdo con Integralia Consultores, el país ha recibido anuncios de inversión, de enero de 2023 a febrero del 2024, debido a este nuevo fenómeno conocido como nearshoring, por 62,387 millones de dólares (mdd) y de estos casi 8,500 mdd están destinados a tener una plataforma de exportación para Norteamérica. Y si bien México es el principal proveedor de bienes a Estados Unidos, habiendo desplazado a China, es este mismo país, junto con Canadá, nuestra mayor competencia por inversiones relativas al nearshoring son: Brasil y Chile en América Latina y Vietnam e Indonesia en Asia.

México ha vuelto a la lista de los 10 países más atractivos para la inversión en manufactura en el mundo, por su privilegiada posición geográfica y por los beneficios comerciales que le otorga el Acuerdo Comercial con EU y Canadá (T-MEC). Tal es el caso de la industria automotriz, donde México se ha visto beneficiado. De acuerdo a S&P, el año que entra el país se convertirá   en el tercer mayor contribuyente en la fabricación mundial de autos ligeros. Así, México aportará casi el 25% del crecimiento total, con capacidad global de 7.7 millones de unidades al año; desde luego, la llegada de Tesla sería la “cereza del pastel”.

México ha vuelto a la lista de los 10 países más atractivos para la inversión en manufactura en el mundo, por su privilegiada posición geográfica y por los beneficios comerciales que le otorga el T-MEC.

El reciente acuerdo logrado entre los dos países, en relación al fortalecimiento de la cadena global de suministro de semiconductores, representa otro hito en el marco del nearshoring. Se trata de alentar la producción de los mismos en territorio mexicano y apunta a hacer más resiliente el ecosistema global de estos insumos necesarios para una gran variedad de componentes.

El nearshoring ha detonado también la demanda por parques industriales. El gran beneficiado ha sido Nuevo León, por su vocación industrial y su vecindad con Estados Unidos. Sin embargo, en general, los espacios industriales no han sido suficientes para cubrir las necesidades de infraestructura y logística que las empresas que vienen a México están demandando. Al cuarto trimestre del año pasado, la disponibilidad de estos espacios era apenas arriba del 1%.

| Sacar provecho

Existe evidencia de que “algo está pasando” en el país y que se debería capitalizar desde este momento. Existen, además, muchas ventanas de oportunidad.

El próximo gobierno se verá obligado a tomar “cartas sobre el asunto” para sacar provecho al máximo del nearshoring.

Los ecosistemas de negocios se han reconfigurado y las empresas han tenido que replantear sus operaciones, buscando ser más resilientes a través de la simplificación de sus cadenas de suministro y la disminución de costos y riesgos logísticos asociados. México tiene la oportunidad única de ser un destino atractivo en esta nueva recomposición geográfica; empero el potencial podría ser mucho mayor si se garantizara el suministro de energías limpias: agua, seguridad, certeza jurídica e incentivos competitivos. El próximo gobierno se verá obligado a tomar “cartas sobre el asunto” para sacar provecho al máximo del nearshoring. AN

 


Laura Iturbide Galindo es catedrática de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Anáhuac México.

Correo: [email protected]

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