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Robo hormiga: ¿qué tanto es tantito?

Reza el refrán: “De poquito en poquito se llena el jarrito”. Nada más cierto, en el sentido de que las pequeñas acciones no se ven, pero la constancia las lleva a grandes alcances; en ocasiones positivos, en otros, lamentables y desastrosos. Así es el robo hormiga: parece un ilícito minúsculo, pero sus repercusiones en las organizaciones, plantas de producción y establecimientos comerciales puede llevar a la quiebra.

Por: Alejandro Desfassiaux Swipe

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| Cifras contundentes

De acuerdo con información emitida por la Cámara de Comercio de la Ciudad de México (Canaco), las pérdidas que genera el robo hormiga en el país alcanzan la impactante cifra de 160 millones de pesos (mdp) al año.

Existen diferentes modalidades para tipificar al robo hormiga: sobresalen las personas que roban a sus víctimas de un modo casi imperceptible. Pueden actuar solas o ser parte de un grupo o banda (los llamados ‘farderos o farderas’, que cito más adelante). Suelen actuar escondiendo lo hurtado en sus prendas o en el bolso. El robo puede ser más cuantioso cuando se perpetra sustrayendo materiales, partes de una máquina o productos pequeños en las bodegas o almacenes de alguna empresa o planta.

Si es pequeño el objeto, las organizaciones y su personal de seguridad no suelen otorgarle el valor que merece.

De acuerdo con datos de los expertos, el robo hormiga es un atraco que genera pérdidas de entre 25 y 30% de los ingresos de los negocios, y puede reducir los inventarios de las organizaciones hasta en 15%. ¿Te imaginas lo que significan para una empresa las pérdidas por el robo de cientos o miles de chips? ¡Máxime ahora que existe escasez de ellos!


| Nada es fortuito; todo está planeado

Las organizaciones más vulnerables son aquellas que, en su proceso productivo, utilizan cientos o miles de pequeños componentes. Y lo mismo sucede para aquellos negocios que comercializan materias primas, pues pueden guardarse con facilidad entre las prendas, evadiendo las cámaras de seguridad y hasta los marcos sonoros.

Si bien es cierto que este tipo de ilícitos no se consideran graves, la falta de tipificación y lo laxo de las sanciones propician que las personas dedicadas al hurto de productos, componentes o materias primas continúen su carrera delictiva, llegando con el tiempo a cometer delitos mayores.

Uno pensaría que el robo hormiga es una acción independiente y así sucede en ocasiones, pero la mayoría de las veces son parte de todo un plan perfectamente orquestado por una banda. Tal ocurre con los perjudiciales ‘farderos / farderas’: son varias personas interconectadas que ingresan a las tiendas con acciones perfectamente planeadas para lograr la extracción exitosa de la mercancía, ya previamente seleccionada.

Muchas veces, en estas las bandas delictivas participan menores de edad, sobre todo en robos a tiendas departamentales, de autoservicio o de conveniencia. Los menores son utilizados como distractores, o bien se echan a llorar cuando detienen a los farderos a la salida de los establecimientos, o bien jalonean a la autoridad competente. Llamar la atención de los clientes y perjudicar la imagen del establecimiento es parte del “show” para evitar que los delincuentes sean detenidos.

De acuerdo con datos de los expertos, en México seis de cada 10 personas han sustraído uno o varios productos de alguna tienda comercial, sin pagar por ellos. El delito suele ser mayor en temporadas o festividades especiales, como Navidad, Día del Niño y Día de las Madres.


| Empresa de seguridad confiable y personal capacitado

El robo hormiga no es un tema menor, ni un problema que pueda ser resuelto con facilidad. Así como se han profesionalizado las bandas que operan en el interior de las tiendas o que extraen componentes de las organizaciones, las empresas deben contratar ‘organizaciones profesionales de seguridad privada’ bien capacitadas, con expertise y con el mejor personal de campo disponible en el mercado. Sobre todo, porque después de la pandemia el robo hormiga se ha incrementado hasta en 300%, particularmente en aquellos negocios que carecen de medida alguna de seguridad.

Una empresa de seguridad confiable debe presentar varias credenciales que generen confiabilidad: tiempo y años de experiencia en el mercado, ubicación geográfica y cobertura, salud financiera, capacitación de sus guardias y empleados, buenos niveles de interacción con los organismos de seguridad pública, tiempo de respuesta ante un ilícito, equipamiento tecnológico y conocimiento preciso y actualizado de todo su personal.

¿Tu empresa de seguridad privada cumple con estas credenciales? AN

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