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Reportaje

Salud: el reto es asegurar servicios

Por: Claudia Cerezo y Héctor Rendón Swipe

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El sector salud de México enfrenta un reto importante: se requiere de un presupuesto mayor para atender la demanda de servicios. Para este año, el Congreso de la Unión autorizó 874,796 millones de pesos para salud: servicios, atención médica, consultas, cirugías, medicamentos, etcétera. Sin embargo, este dinero es insuficiente para atender la otra pandemia: la de las enfermedades crónicas no transmisibles.

Durante la Semana de la Innovación 2023, que la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF) realizó en marzo pasado, los expertos coincidieron en que las enfermedades no transmisibles, como la diabetes y la obesidad, son un tsunami que se avecina a la región de América Latina. Por cada incremento de 10% en estos padecimientos, hay un decremento de 0.5% en el PIB.

Una mayor inversión en salud además generaría 2.4 millones de empleos en México, cifra 2.5 veces más alta que la correspondiente a toda la industria automotriz. Además, si se invirtiera más en salud, aumentaría la productividad.

Por chica o grande que sea, la inversión debe incluir la prevención. Si México tuviera un sistema que promoviera la detección y el tratamiento tempranos, en vez de la atención tardía, tendríamos mayores ahorros y un mayor acceso a los beneficios de la innovación. La innovación es fundamental en dispositivos, tecnología y medicamentos.

Del lado de la industria farmacéutica, los retos no son menores: acelerar el desarrollo de tratamientos para enfermedades crónicas no transmisibles y el acceso a los medicamentos, e impulsar la innovación y la colaboración de todos los actores del sector para terminar con la desigualdad en la distribución de medicamentos que se vio durante la pandemia.

Las CEO de Pfizer, Eli Lilly y Cellvera nos dicen que la base para resolver los graves problemas de salud en México es el trabajo conjunto, con el paciente en el centro de todos los esfuerzos.

| Pfizer: Los retos de la industria farmacéutica

Constanza Losada, presidenta y directora general de Pfizer México y recién nombrada presidenta de la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF), reconoce que México enfrenta muchos retos en el sector salud. Uno de ellos es el de las enfermedades crónicas no transmisibles. “Se habla de la otra pandemia, la cual se ha acelerado porque muchas personas no tuvieron acceso al tratamiento correspondiente. En América Latina las enfermedades no transmisibles generan 5.5 millones de muertes al año; 80% de los decesos están ocasionados por estos padecimientos. Esta es una de las razones del costo para la salud de los países, por las incapacidades que esto genera. Las estadísticas dicen que, para el año 2030, en América Latina habrá un incremento de 50% de enfermedades no transmisibles. Esto puede llegar a impactar en 2.5% en el PIB de los países. Es una gran problemática porque impacta el bienestar social y crecimiento económico”, advierte la ejecutiva.

Desde su perspectiva, es urgente trabajar en prevención y entender la importancia de la inversión en innovación, para contrarrestar esta situación. “Hay distintos estudios que señalan que, por cada dólar invertido en innovación en salud, hay cuatro dólares de retorno en el crecimiento económico. Otro estudio que realizó la AMIIF en México muestra que hay un 30% de retorno por la inversión en salud en el país. Entonces es un círculo virtuoso que puede transformarse en vicioso. Si uno no invierte en salud, las enfermedades no transmisibles continuarán acelerándose. Esto tendrá un gran impacto en la salud de la población y también en el crecimiento económico. Por eso es importante entender y ver a la innovación en salud como una inversión que genera desarrollo y bienestar social”.

¿Estamos a tiempo de revertir las cifras tan contundentes de América Latina? “Estamos a tiempo. El 2030 ya está a la vuelta de la esquina, pero siempre hay decisiones que se pueden empezar a tomar ya. Sin embargo, no lo puede hacer un solo actor del ecosistema. Si la industria farmacéutica quisiera solucionar el problema de acceso por sí sola, no lo podría realizar. Es una problemática que debe abordarse con todos los actores públicos y privados, academias y sociedades médicas”.

Losada reconoce que el cambio demográfico pone más presión. Las enfermedades crónicas y no transmisibles generan una mayor carga a las economías de los países, así que es importante quebrar ese círculo y poder abordar el tema de salud.

Subraya que la AMIIF sigue trabajando en la innovación, para cambiar la vida de los pacientes, al tiempo que colabora con distintos actores del sector salud y de la sociedad para abordar todos los desafíos. “Estamos convencidos del valor de la innovación en salud como agente del bienestar social y del crecimiento económico”.

Hace 72 años que Pfizer está en México, con un compromiso fuerte. En 2022 impactó en la vida de 18 millones de mexicanos, y su vacuna contra COVID ha ayudado a inmunizar a 41 millones.

La compañía también ha traído al país su antiviral contra COVID, al que el gobierno le ha dado autorización en uso de emergencia. En tiempo récord, Pfizer trajo a México 300,000 tratamientos para reducir la hospitalización y la muerte hasta en 89%, y sigue trabajando, además, en el resto de su portafolio: ha traído 11 nuevas terapias en los últimos tres años. Y de aquí a 2025 tiene planeado traer a México 19 nuevas terapias en áreas como dermatitis atópica, de leve a moderada y de moderada a severa; migraña, que impacta a una gran parte de la población; cáncer colorrectal y cáncer de pulmón, así como enfermedades raras.

| Eli Lilly: México enfrenta la pandemia de enfermedades no transmisibles

Hoy, México y la gran mayoría de los países enfrentan otra pandemia: las enfermedades no transmisibles, como diabetes, hipertensión y obesidad, principalmente. Además, está el cambio demográfico, que aumenta significativamente la población de la tercera edad. Los riesgos de colapso de los sistemas de salud son evidentes.

“Desafortunadamente [por la pandemia], muchos tratamientos se retrasaron. Hoy, en el área terapéutica de oncología vemos un nivel altísimo de metástasis en cáncer de mama; incluso del doble de otros países. Creo que muchos pacientes no tuvieron un diagnóstico temprano. Ahora debemos trabajar de cerca con las autoridades, para tener todos los medicamentos disponibles para la población que los necesita. Más de la mitad de los pacientes con diabetes están descontrolados y necesitamos atenderlos. Hay una necesidad enorme de acelerar los tratamientos para quienes no fueron al hospital en su momento”, reconoce Karla Alcázar, presidenta y CEO de Eli Lilly México y Latinoamérica.

La buena noticia es que Lilly está atendiendo enfermedades crónicas relacionadas con la edad. “Tenemos muchas iniciativas para hacer sinergias y alianzas con el gobierno y las aseguradoras. El objetivo es volver accesibles los medicamentos. Entendemos que el presupuesto es muy limitado, pero estamos muy comprometidos para incrementar el acceso”.

¿Estamos a tiempo de enfrentar estos retos? “Ya demostramos que lo podemos hacer –dice–. Se ha visto cómo se han acelerado algunas aprobaciones de moléculas en el país. El compromiso existe; solo tenemos que trabajar aún más, juntos”.

Para la directiva, México es un jugador de altísimo nivel en estudios clínicos, pero se tiene que trabajar mucho en acelerar la aprobación y el acceso a los medicamentos. Pero también se debe educar a los pacientes para que continúen con sus tratamientos. Muchos pacientes siguen el tratamiento solo por tres o cuatro meses, cuando deberían tomarlo el resto de sus vidas. Hay mucho trabajo que hacer para que todo el espacio de enfermedades mejore.

Lilly está comprometida en lanzar entre dos y tres productos o nuevas indicaciones por año a nivel global, incluido México. “Estamos muy ocupados lanzando productos y trabajando en innovación para pacientes. Recientemente obtuvimos la aprobación de un medicamento para cáncer de mama en etapa temprana, por parte de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris)”.

Eli Lilly es la segunda compañía más valiosa en la Bolsa de Valores, por su innovación y portafolio de medicamentos. “Nos ocupa mucho la innovación y tener soluciones lo más rápido posible. El mercado mexicano está dentro del top 10 de los más importantes para Lilly, así que estamos muy comprometidos en nuevas terapias y en hacer muchos estudios clínicos. México es reconocido por la calidad de su investigación clínica”.

Lilly opera en cuatro diferentes áreas terapéuticas: diabetes, inmunología, oncología y neurociencias. Tiene nuevas indicaciones para tratamientos de inmunología, dermatología y reumatología, y ha tenido algunos resultados positivos para el tratamiento de Alzheimer.

Asimismo, cuenta con la iniciativa “30 x 30”, que busca mejorar la vida de 30 millones de personas en poblaciones de bajos recursos, a nivel mundial, para el año 2030. Dentro de este plan se encuentran pacientes objetivo de México. “Hemos establecido alianzas relevantes, como la que tenemos con Fundación Carlos Slim y con el gobierno de México para mejorar el tratamiento de mujeres embarazadas con diabetes tipo 1”, finaliza la directiva.

| Cellvera: el reto de la industria es el acceso a medicamentos

A partir de la pandemia de COVID-19, los virus se convirtieron en una de las grandes preocupaciones sanitarias en todo el mundo. Actualmente son la primera causa global de enfermedades respiratorias y tienen el potencial de causar una nueva pandemia. Por estas razones se ha vuelto clave el desarrollo y comercialización de terapias que permitan prevenir hospitalizaciones masivas, secuelas y fallecimientos causados por virus. Conscientes de esta necesidad, en febrero de este año llegó a México la biofarmacéutica Cellvera, con una nueva molécula para ayudar al tratamiento contra el virus SARS-CoV-2, causante de COVID-19 y la influenza.

Se trata de un antiviral de amplio espectro, registrado en Japón en 2014, que ha resultado efectivo contra una veintena de familias de virus de ARN (ácido ribonucleico), como MERS, SARS, COVID, Ébola, virus del Nilo Occidental, virus de Marburgo y otros virus comunes, como el norovirus, que causa vómitos y diarrea.

El tratamiento se ha estudiado ampliamente. Antes de la pandemia, se evaluó en más de 40 estudios clínicos y ya ha sido utilizado en cinco millones de pacientes a nivel global. Los datos de las pruebas indican que es una molécula segura, porque ayuda a mejorar al paciente de manera significativa en la mitad de tiempo, frente a un tratamiento estándar.

“Hemos estado trabajando activamente para registrar el producto y comercializarlo en varios mercados. A México hemos llegado de la mano de Laboratorios Carnot”, explica Mary O’Brien, CEO de Cellvera, con sede en Dubái (Emiratos Árabes Unidos).

Cellvera tiene como objetivo crear una presencia sólida en el espacio de la virología, la inmunología, la medicación de precisión y la genética y, al igual que otras compañías farmacéuticas, está tratando de reutilizar moléculas existentes o combinarlas, para tratar nuevas enfermedades. Por ejemplo, la compañía trabaja en una serie de estudios clínicos en los que utiliza Favipiravir, en combinación con otros medicamentos para tratar otros virus. También se enfoca en el desarrollo de nuevas presentaciones. “A veces, cuando las personas hospitalizadas no pueden tragar una tableta, un producto intravenoso es más útil. Entonces, mucho de nuestro desarrollo –y que esperamos traer al mercado mexicano– se basa en nuevas presentaciones y fortalezas de Favipiravir”.

Por el momento, Favipiravir está registrado en Japón, México, Malasia, Tailandia, India, Indonesia y Emiratos Árabes Unidos, y también se comercializa en el Reino Unido, Arabia Saudita, Rumania, Bulgaria, Hungría y otros países, bajo programas de uso compasivo.

Hoy, la mayor preocupación de la ejecutiva es el costo de la investigación y desarrollo, pues asegurarse de crear tratamientos seguros y efectivos requiere de una gran inversión. “Y también hay un largo tiempo de espera para que los productos lleguen al mercado. Es por ello que estamos enfocados en desarrollar todo el potencial de Favipiravir y en llevarlo a tantos mercados como sea posible. COVID no solo nos enseñó que debemos prepararnos para futuras pandemias, sino para la comercialización de medicamentos. Durante la pandemia hubo mucha desigualdad en la distribución de tratamientos y vacunas. Era indispensable llevar terapias a tantos países o personas como fuera posible, pero el gobierno de cada país tomó sus propias decisiones. Por fortuna, organizaciones sin fines de lucro intervinieron para llevar antivirales a países de África y América Latina. Entonces, creo que la pandemia resaltó la desigualdad en el acceso a medicamentos, así que debemos trabajar de la mano de gobiernos y fabricantes de genéricos para que las terapias estén disponibles en todo el mundo”. AN

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