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Opinión

Tareas pendientes para aprovechar el nearshoring

Por: Rafael Ramírez de Alba López Swipe

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En fechas recientes hemos escuchado que el nearshoring se ha vuelto más relevante que nunca, dadas las tensiones políticas y comerciales internacionales, así como las interrupciones en las cadenas de suministro globales, como las provocadas por los confinamientos.

En este contexto, México parecería estar bien posicionado, dada su cercanía con Estados Unidos y el tratado comercial entre ambos países y Canadá para incrementar su participación en las inversiones globales que, antes de la pandemia, se habían dirigido a China y otros países asiáticos.

México parecería estar bien posicionado, dada su cercanía con Estados Unidos y el tratado comercial entre ambos países y Canadá para incrementar su participación en las inversiones globales que, antes de la pandemia, se habían dirigido a China y otros países asiáticos.

Desde hace décadas, México es un país que ha logrado atraer montos importantes de “Inversión extranjera directa” (IED), representando en algunos años hasta el 3.8% del PIB, de acuerdo con cifras del Banco Mundial. En el 2022, el año más reciente reportado, fue del 2.6%, cifra no despreciable dentro del rango de los últimos 20 años. Es decir, el fenómeno del nearshoring es real, pero es difícil distinguirlo del proceso de integración económica en Norteamérica, que comenzó con la firma del TLC en 1992. Entonces, ¿qué políticas se deben implementar para aprovecharlo más claramente?

| Entorno fiscal promotor de la inversión

Para aumentar la competitividad y capacidad de generación de inversión en México, se ha hablado mucho (y con toda razón) de la importancia de proteger de manera consistente y efectiva los derechos de propiedad, de crear un ambiente de paz y seguridad, de incrementar la productividad laboral y la formación de mano de obra capacitada, así como de construir la infraestructura necesaria para aumentar la conectividad hacia dentro y fuera del país. Sin embargo, quisiera resaltar dos aspectos que han recibido menos atención.

México tiene una de las tasas del ISR corporativo más altas del mundo, cuando numerosos estudios confirman que este es uno de los impuestos que más desincentivan la inversión.

En primer lugar, es fundamental generar un entorno fiscal promotor de la inversión. De acuerdo con el cálculo más reciente del “Índice de competitividad fiscal internacional”, elaborado por la Tax Foundation, México se encuentra en el lugar 26 de 38 países. Entre otras desventajas, México tiene una de las tasas del ISR [Impuesto sobre la renta] corporativo más altas del mundo, cuando numerosos estudios confirman que este es uno de los impuestos que más desincentivan la inversión. Por otro lado, tiene un sistema de fiscalización global con una tasa de retención del 35%, la más alta de los países de la OCDE y con un número relativamente reducido de tratados para evitar la doble tributación.

| Energía confiable y accesible

Adicionalmente, es fundamental asegurar la provisión de fuentes de energía confiable y accesible, incrementando la capacidad de generación de energía con tecnologías probadas y efectivas, como las provenientes de hidrocarburos. Para que esta inversión sea realmente productiva se debe evitar el estatismo y el dirigismo gubernamental, que solo resultan en retraso tecnológico, empresas ineficientes y presiones fiscales insostenibles.

Más allá de los hidrocarburos será inevitable incrementar la capacidad de producción de la energía más eficiente, confiable y limpia que existe: la energía nuclear. En la más reciente conferencia sobre cambio climático de la ONU, en Dubái, más de veinte países se comprometieron a triplicar su capacidad de producción de energía nuclear para el año 2050 (lamentable que México no fuera parte de esa declaración).

Hay que evitar es el espejismo de una política industrial de gran escala que activamente trate de escoger a los jugadores y las industrias ganadoras a través de restricciones al libre comercio, regímenes fiscales particulares o uso de dinero público para subsidiar empresas ineficientes.

Finalmente, lo que hay que evitar es el espejismo de una política industrial de gran escala que activamente trate de escoger a los jugadores y las industrias ganadoras a través de restricciones al libre comercio, regímenes fiscales particulares o uso de dinero público para subsidiar empresas ineficientes. AN

 


 

Rafael Ramírez de Alba López es profesor de Entorno Económico en IPADE Business School.

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