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MUJERES AL FRENTE: JEFAS DE FAMILIA Y LÍDERES EMPRESARIALES

En la constante búsqueda de un equilibrio entre responsabilidades familiares y liderazgo empresarial, las mujeres han emergido como figuras destacadas en ambos ámbitos.

Por: Enrique U. Alcázar y Mónica J. Gutiérrez Swipe

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Es innegable que las mujeres juegan un papel preponderante en el desarrollo empresarial del país y del mundo, sin embargo, las brechas, la desigualdad, la falta de oportunidades, diferencia de condiciones y acceso a posiciones directivas, temas que se han venido combatiendo y aminorando en las últimas décadas, siguen siendo una realidad y una constante en nuestro entorno.

Nacida en Canadá en 1857, con una infancia complicada y una formación totalmente práctica y empírica, “hereda” la fórmula para un tónico secreto, empieza a atender en privado y para 1888, época en que “el pelo sucio se lavaba en casa” logra ahorrar para abrir su primer salón, inauguró sus dos primeros salones para 1891 y su modelo de expansión, con alto contenido social, buscó crecer no con empleadas, sino con dueñas que tuvieran una independencia económica. Con el tiempo llegaron a ser 500 salones en Estados Unidos, Centroamérica, Europa y Asia.


En un mundo que se transforma a gran velocidad y en la constante búsqueda de un equilibrio entre responsabilidades familiares y liderazgo empresarial, las mujeres han emergido como figuras destacadas en ambos ámbitos. La evolución de las dinámicas familiares y empresariales ha desencadenado un cambio cultural significativo, donde las mujeres desempeñan diversos roles, incluyendo un papel central como jefas de familia y líderes empresariales.

Históricamente, el papel de la mujer en la familia se ha asociado con el cuidado y la crianza de los hijos, mientras que el liderazgo empresarial era predominantemente masculino. Sin embargo, este paradigma ha evolucionado con el tiempo. Las mujeres han demostrado una capacidad excepcional para liderar tanto en el hogar como en el mundo empresarial, equilibrando con éxito las demandas de ambos roles.


Las jefas de familia asumen múltiples responsabilidades, desde la crianza de los hijos hasta la gestión del hogar y el apoyo financiero. Este desafío no solo requiere habilidades de organización y resiliencia, sino también una capacidad innata para tomar decisiones informadas y adaptarse a situaciones cambiantes. Estas habilidades son transferibles al ámbito empresarial, donde las mujeres están demostrando ser líderes visionarias y estratégicas.

En el mundo empresarial, las mujeres están desafiando las normas establecidas y ocupando roles de liderazgo en empresas de todos los tamaños y sectores. Su enfoque en la colaboración, la empatía y la resolución de problemas está transformando la forma en que se hacen negocios. Además, su capacidad para conciliar diferentes perspectivas y fomentar la diversidad dentro de las organizaciones está impulsando la innovación y el crecimiento.

Es crucial reconocer y apoyar el papel vital que desempeñan las mujeres como jefas de familia y líderes de empresas. Esto implica crear políticas y programas que promuevan la igualdad de género en el lugar de trabajo, desde la igualdad salarial hasta la representación en puestos de liderazgo. Además, es fundamental brindar oportunidades de desarrollo profesional y apoyo para que las mujeres puedan alcanzar su máximo potencial tanto en el hogar como en la empresa.

 


En última instancia, las mujeres están demostrando que el género no es un obstáculo para el éxito. Su capacidad para equilibrar múltiples roles y liderar con integridad y visión está inspirando a las generaciones futuras a perseguir sus sueños sin límites. En un mundo cada vez más diverso y competitivo, las mujeres son un activo invaluable que impulsa el progreso y la innovación en todos los aspectos de la vida y los negocios.

De acuerdo con el INEGI, solo 19% de las emprendedoras en México son mujeres; el 49% tienen entre 18 y 34 años, mientras que el 41% tiene entre 35 y 54 años, destacando que el 65% de las mujeres emprendedoras tienen estudios universitarios, frente al 53% de los hombres que emprenden.


México, país de emprendedores y autoempleo, pero hay que conocer las causas, muchos lo hacen por vocación, muchos por falta de opciones y alternativas; de acuerdo con el propio INEGI, las causas o principales motivadores para que una mujer emprenda son:

De acuerdo a la Asociación Mexicana de Mujeres Jefas de Empresas (AMMJE), las empresas que constituyen las emprendedoras mexicanas están mayormente enfocadas al consumo (62.3%) y, en promedio, contratan menos empleados que los hombres (1.7 empleados vs 1.85 empleados), además y a pesar de que las empresas lideradas por mujeres suelen ser menos tecnológicas e industriales, 17.8% de ellas ofrecen productos o servicios únicos en el mercado, algo que las hace las más “innovadoras”.


Hablando de utilidades y ganancias, el Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección detalla que las empresarias destinan más del 70% a su comunidad y familia, mientras que los hombres sólo inyectan a ese rubro entre 30 y 40% de sus recursos.

Hay un gran camino andado, las brechas empresariales y las oportunidades, así como el acceso a puestos directivos entre hombres y mujeres se van reduciendo, no obstante, hay mucho por hacer en temas de fortalecimiento empresarial, en temas de poner cancha pareja y fomentar el desarrollo económico, debemos trabajar en capacitación y formación, herramientas de formalidad e institucionalidad, así como acceso a financiamientos, para detonar esta gran fuerza competitiva que como país tenemos.

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