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Estrategias

TOMA EL CONTROL DE TUS SUEÑOS

Conoce cuáles son los principales puntos a controlar para comenzar con el pie derecho un emprendimiento.

Por: Alex Bobadilla Swipe

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Todo el mundo dice que es importante ser un soñador, que hay que perseguir los sueños. Lo mismo pasa con ser un emprendedor. Comenzar un negocio puede ser muy parecido a soñar: así de extraño, de incongruente, de efímero, de poco concreto si no bajamos de la nube para situarnos en la objetividad de los negocios.

Jorge Luis Borges, en su Libro de los sueños, afirma que quienes cuentan sus aventuras oníricas de manera estructurada y lógica seguramente están mintiendo, pues los sueños no son así. Lo mismo pasa con quienes te dicen que emprender es muy fácil y basta con echarle ganas y verte cool.


Vamos a detenernos en cada uno de estos puntos para no obviar nada.

Piensa en si posees la experiencia suficiente, si conoces el entorno, si tus ventajas competitivas no son de humo, y un largo etcétera. Es cierto que existen garbanzos de a libra que nacen exitosos, pero son tan raros que, aunque en tus sueños más desaforados lo creas y pienses que tienes la mejor idea del mundo, es posible —y probable— que no sea así.


Ese emprendimiento puede ser algo que tú inventaste y requiere materias primas o procesos demasiado específicos que no te permitan satisfacer a tu mercado. Si es algo que ya existía y confías en su potencial, tienes que asegurarte que tu cadena de suministro sea sólida y de que tus proveedores sean confiables, para que tu sueño emprendedor no se convierta en una pesadilla que se hunde. Piensa también en tener cierta exclusividad con tu producto o servicio, dónde vas a almacenar, cuántos empleados necesitas, en fin, cuánto va a costar aterrizar aquella bonita ilusión que flota en tu cabeza y que podría terminar con tus ahorros o embarcarte con un crédito.

¿Crees que estoy siendo un poco fatalista? No. ¿Piensas que te estoy regañando y pinchando el globo en el que plácidamente paseas sobre las nubes? Quizá, porque prefiero que lo tengas todo claro, a que aprendas a la mala… muy mala de verdad. Los objetivos que deseas alcanzar son indispensables y a veces los trivializamos. Creemos que los tenemos claros: «Voy a vender mucho, a tener mucho dinero, a ser muy importante y todos pensaran que soy grande en los negocios». Esas no son metas claras, esos son sueños guajiros.

En un emprendimiento necesitas ser realista, saber lo que depende de ti y lo que no, necesitas mirar un paso adelante para que tus fines no se conviertan en finales demasiado pronto. Si tú quieres que Waze te ayude a llegar a alguna dirección específica, tienes que darle la información. De igual manera, si quieres que te vaya bien, define qué es «que te vaya bien», cuánto vas a facturar y a gastar, ganancias brutas, netas, ahorros y un montón de atrapasueños que te lleven hasta el éxito.


Ponlo en números

No te asustes, porque cuando emprendes, necesitas echarle matemáticas a los sueños. Si quieres facturar 12 millones de pesos —un millón al mes— ese objetivo ya tiene rostro, entonces esa cifra tradúcela en unidades de tu producto que tienes que vender, restarle lo que te cuesta, los gastos operativos y quizá, al final de los ceros te des cuenta de qué tan cerca o lejos estás de tus metas y qué es lo que debes ajustar si no las ves claras.

Bájate de la escalera de tu ambición y mejor pisa el suelo de una realidad que, a la larga, puede ser más estable, aunque se vea menos deslumbrante. Prefiero que te des cuenta ahora a que lo hagas mañana, cuando tu negocio esté temblando en una nube que nunca fue segura.


Controla la mercadotecnia y la publicidad

Hoy en día es importante estar en redes sociales o en Google con campañas atractivas. Cuesta, claro, pero quedamos al principio que los sueños tienen su precio.

Crea estrategias de difusión y de comunicación respaldadas con relaciones públicas, pero planea cada una, calendarízalas, estructúralas para saber si funcionan o no. No tengas miedo de admitir que te equivocaste en algo, pues todo es aprendizaje.

Respalda tu emprendimiento en un presupuesto delimitado, ya sea con inversionistas, ahorros o algún préstamo, y haz números para prever no ahogarte en deudas. Steven Jobs empezó en el garaje de su casa y después se convirtió en el emprendedor que todos conocimos.


Necesitas una gran dosis de confianza, de entusiasmo (no desbocado, contrólalo), de acciones y de persistencia, porque en el emprendimiento vas a encontrar a mucha gente que te dirá que dejes de perder el tiempo y mejor te contrates en una oficina.

Para soñar no se necesita nada, pero no cualquiera puede emprender. Para concretar esos sueños se necesita, más que otra cosa, control. Valiente puede ser hasta el tipo más tonto, pero inteligente no todos. Sueña con dirección, triunfa con tu trabajo. Escucha a los que saben, prepárate y no des nada por sentado.

Alex Bobadilla es especialista en Emprendimiento, Ventas, Marketing y Liderazgo.

 

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