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Bal Harbour: lujo, arte, gastronomía y naturaleza para el amor

La milla cuadrada más lujosa de Florida espera a los enamorados y sibaritas, que buscan lo más exclusivo para un viaje inolvidable. Por: Sandra Notario García.

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Con la pandemia, algunas prioridades cambiaron. Ahora es mucho más común que busquemos un viaje que nos marque para siempre: experiencias únicas, personalizadas, cerquita de la naturaleza y con mucho confort.

Y como decía mi abuela: lo cortés no quita lo valiente. Es decir, la exquisites de un servicio de primera es congruente con las nuevas tendencias de turismo, que abogan por el cuidado del planeta y una balanza que se incline a lo natural. ¡Es lo mejor de dos mundos en un solo lugar!

Para descubrir Bal Harbour aterrizamos en Miami (un destino que había explorado en reiteradas ocasiones y me encanta). ¿Qué tan diferente podría ser? ¡Sorpresa! No es lo mismo, no.

La milla cuadrada más cara de toda la zona se levanta al norte de Miami Beach. Llegar a ella, sin aparentes pretensiones a primera mirada, es arribar a un entorno perfecto. 

Como se dice por ahí, coloquialmente, el código postal de Bal Harbour se palpa de inmediato. Una amplísima avenida, de pulcritud absoluta, que se desliza junto al mar albergando imponentes edificios.


El punto neurálgico de esta exclusiva zona es, sin duda, BAL HARBOUR SHOPS.

Reserven para comer en algunos de sus restaurantes (más adelante hablaremos de ellos) y, de preferencia, pidan una mesa en el exterior. Así, podrán ver el ir y venir de quienes compran en sus tiendas. ¡Es una pasarela! Llegan en sus deportivos y ¨desfilan¨ ataviados de creaciones de diseñador.

Para que se den una idea de lo que es este centro comercial con fuentes, peces y árboles tropicales, les bastará saber que aquí se abrió la primera tienda Neiman Marcus fuera de Texas (donde nació) o donde Bvlgari abrió sus primeras puertas. Además, es probable que encuentres piezas únicas, destinadas a las tiendas de Gucci o Chanel que aquí se encuentran.

Y pensar que este espacio no es nuevo: la visión de su creador Stanley Finch Whitman (1918-2017) fue clave para el desarrollo de Bal Harbour, que este año celebra 75 años de fundación. 


En esta zona hay cuatro hoteles. Nosotros nos hospedamos en el St. Regis Bal Harbour Resort, cuya ubicación estratégica amamos (frente al mar y cruzando la calle, está BAL HARBOUR SHOPS).

El lobby es uno de los más fotogénicos. De hecho encontramos a viajeros usando atuendos que combinaran con sus espejos y enormes candiles. ¿La misión? Lograr la mejor imagen para sus redes sociales (y sí, nosotros también caímos en la tentación).

Los imperdibles de este hotel son, entre otros, pedir el desayuno a la habitación y disfrutarlo en el balcón, nadar en su alberca solo para adultos y pasar una noche en el bar, donde presumen una cava con la colección de champán más grande que haya visto. Pidan el bloody mary exclusivo de la casa y brinden por el amor.

Reserven en el Burguer Bar (Estados Unidos, baby!) y en el restaurante Atlantikós, ¡se sentirán en Santorini!


Otra de las propiedades exclusivas de Bal Harbour es el THE RITZ-CARLTONuno de los favoritos de viajeros que, escapando del invierno, pasaron la pandemia frente al mar. Su vista es la mejor y la privacidad, inigualable. De hecho, puedes subir a tu cuarto y no ver a nadie más en tu piso. Será como una residencia privada. ¡Qué mejor plan para los lunamieleros!

Cuando vean el baño, sabrán que un tiempo de tina con ese paisaje será un plan que querrán repetir cada día.

También, recorran el hotel con calma y aprecien su espléndida colección de obras de arte. Hay millones de dólares en piezas magníficas.


Los otros dos hoteles de la zona están repletos de historia y son pensados para otro tipo de turismo. Si el plan de viaje es para una despedida de soltera, los departamentos de Beach House te vendrán como anillo al dedo. Mientras, la historia se hace presente en Sea View, la primera propiedad de hospedaje de Bal Harbour.


Comer en Bal Harbour es una experiencia que resulta la cereza del pastel. Reserven en cada uno de los restaurantes que presume BAL HARBOUR SHOPS y entenderán por qué están en el top de las listas.

Carpaccio: de especialidad italiana, es un deleite para los paladares más exigentes. Además de las pastas y las pizzas (exquisitas), deben probar los risottos.

Le Zoo, de Stephen Starr: fue el restaurante que nos recibió, así que le tenemos un cariño especial. Siendo honestos, la comida es deliciosa. Cuando vayan a esta elegante brasserie francesa dejen un espacio para los postres.

Makoto, del chef Makoto Okuwa: uno de los favoritos del público gourmet y hace honor a su fama. Cenar aquí es una experiencia fantástica. Pidan varios platillos al centro, así podrám conocer un poco más del menú. Y estén atentos: es posible que en la mesa vecina esté sentado algún famoso. ¡Todos caen rendidos ante estos manjares!

Hay otras opciones como Hillstone, Café on 3 at Neiman Marcus y para el postre, CHOCOLATIER y BIANCO GELATO.


Bal Harbour Village va a su ritmo: aquí el verdadero tiempo de calidad cobra significado.

Será una escapada romántica y lujosa, donde los sentidos gozarán al máximo.

Hay mucho que hacer en Miami, sin duda, pero Bal Harbour Village tiene todo lo que necesitan para una luna de miel de 10.

Un tip más antes de despedirnos: dediquen una tarde al Pérez Art Museum que alberga exposiciones imponentes de arte contemporáneo. Es también, encantador por fuera. Ya se acordarán de mi…

¿Listos para hacer la maleta?

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