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Opinión

Demagogia

Por: Agustín Llamas Mendoza Swipe

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Dicen que el físico Feynman afirmaba: “La estupidez es saber y ver la verdad, pero seguir creyendo en las mentiras. Y eso era más contagioso que cualquier otra enfermedad”.

Y a esas mentiras, desde el poder, se las llama demagogia, la cual se define como la degeneración de la democracia, consistente en que los políticos, mediante concesiones y halagos a los sentimientos más elementales de los ciudadanos, tratan de conseguir o mantener el poder. Todos los días, todas las mañanas, sin importar los hechos, sin hacer caso de la verdad (o tal vez sí sabiendo de ella, lo cual es peor aún) se degrada la democracia.

El reto de todo gobierno democrático es la generación de valor económico, político y social, siendo garante de libertades y responsabilidades

El reto de todo gobierno democrático es la generación de valor económico, político y social de manera subsidiaria, siendo garante de libertades y responsabilidades. Un gobierno democrático, moderno y abierto se sustenta en su legitimidad de origen y también en su legitimidad en el ejercicio del poder siendo transparente, apegado a la legalidad, siendo ejemplo de respeto a las instituciones, promoviendo la inversión privada nacional y extranjera, protegiendo el empleo y cuidando de sus habitantes contra amenazas naturales o epidemias de cualquier tipo y, por supuesto, fortaleciendo el estado de derecho.

El gobierno que ganó en 2018 ha hecho exactamente todo lo contrario. No ha sabido ni ha visto la verdad, la evidente realidad y ha diagnosticado su propio universo a partir de una narrativa mentirosa y polarizante, demagógica e ideologizada. La racionalidad brilla por su ausencia y sus criterios para sus políticas públicas pasan por el rasero del complejo y del revanchismo social. Ha negado la verdad. No solo ha sido un gobierno inepto, sino mentiroso y manipulador; por tanto, diría el profesor Feynman, es un gobierno tonto.

En junio 2021 la ciudadanía tendrá la oportunidad de sancionar al partido político que hoy gobierna o negar la realidad y volver a votar por esa opción electoral

En junio 2021 la ciudadanía tendrá la oportunidad de sancionar al partido político que hoy gobierna o también podrá hacer lo mismo que el gobierno hace: negar la realidad y volver a votar por esa opción electoral, y entonces ya no solo tendríamos un gobierno con esas características, sino también una ciudadanía irracional.

Algunos ejemplos que los hechos sustentan: compran sin licitar 80% de contratos; esconden contratos de compra de vacunas; pretenden desaparecer órganos autónomos; desaparecen fideicomisos indiscriminadamente; 140,000 muertes por COVID; según cifras oficiales cerca de 70,000 homicidios dolosos (más que en cualquier otro sexenio en sus primeros dos años de gobierno); crecimiento negativo de la economía en 2019, y en 2020 la peor crisis de los últimos 100 años según Hacienda; no devuelve al Ejército a los cuarteles; gasta en obras faraónicas inservibles y sin viabilidad económica; apoya gobiernos que no respetan derechos humanos, como Venezuela; desplaza al talento técnico del gobierno y recluta a perfiles sin preparación alguna; gasta recursos indiscriminadamente en sus clientelas electorales, como son los programas para jóvenes, tercera edad y los llamados siervos de la nación; distribuye vacunas de manera ineficiente y sin plan alguno, y además polariza todas la mañanas a la sociedad y todos los problemas son por causa de gobiernos anteriores.

La gran bandera de campaña que fue el ataque a la corrupción, hoy este gobierno no la sanciona, la negocia y lo que le importa es el escarnio público a partir de las filias y las fobias del gobernante para perseguirla o no.

Así, un gobierno demagógico, que no ve ni reconoce la verdad ni los hechos, no solo es inepto y, consecuentemente, desperdicia los recursos que son de la sociedad y que, por supuesto, no son de él, sino que es un gobierno que no tiene vergüenza en mentir, y cuando los que mandan pierden la vergüenza, decía el Cardenal de Retz, los que obedecen pierden el respeto. El 6 de junio podríamos recuperar el respeto. AN

Agustín Llamas Mendoza

@politicabierta

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