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Reportaje

Más créditos e inclusión financiera: los pendientes de la banca

Con ganancias de 182,000 mdp y un índice de capitalización de 19.4%, la banca tiene recursos para prestar, pero hace falta impulsar la inclusión financiera y atender a mercados que no son los tradicionales.

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Gustavo Méndez

Llíder de servicios financieros en Deloitte Spanish Latin America

Para Gustavo Méndez, líder de servicios financieros en Deloitte Spanish Latin America, la banca en México funciona bien. Sus ganancias sumaron 182,000 millones de pesos (mdp), 18,000 mdp más que en 2019, antes de la pandemia. El índice de capitalización (ICAP) pasó de 16% en 2019, a 19.4% en 2021, lo que refleja una acumulación de capital. Con este capital se podrían prestar 1,200 mil millones de pesos más y tener un ICAP de 16%.

Sin embargo, para que esto se logre tiene que haber demanda y una perspectiva de crecimiento en la economía. Las tareas pendientes de la banca son otorgar más crédito y mejorar la inclusión financiera. Aquí, un extracto de la entrevista que sostuvimos con el experto de Deloitte.

AN Gustavo, ¿cuál es tu visión sobre la banca y qué esperamos para 2022?

Después de dos años de pandemia, creo que la banca reaccionó muy bien, pues se ha manejado de manera prudente. El año 2020 fue de tanta incertidumbre que los resultados de las provisiones de crédito se vieron impactados. Sin embargo, en 2021, entendiendo mejor el comportamiento de los clientes y gracias a las reestructuraciones y apoyos, el cargo a provisiones fue muy bajo, comparado con el estándar de un año normal.

Las utilidades de 2021 fueron muy buenas, incluso mejores que otros años. La rentabilidad de todo el sistema estuvo arriba del 15% sobre el capital. La capitalización y la liquidez de los bancos crecieron, así es que la banca tiene muy buenas herramientas para los meses siguientes.

AN Parecería que la banca tiene muchos recursos para prestar, pero hay poca demanda.

Cuando una empresa necesita crédito, se topa con un proceso complejo, basado en el análisis tradicional de sus estados financieros. Las grandes compañías no tienen problema en someterse a este análisis, pero las empresas medianas batallan un poco con las revisiones de los bancos.

Creo que los bancos se están quedando atrás en diseñar análisis que sean diferentes de los tradicionales, para identificar qué tan bueno y qué tan solvente es un negocio. Las empresas de tecnología financiera (fintech) están aprovechando esta oportunidad. Una fintech no revisa el estado financiero del año pasado y que se publicó hace dos meses. Ellos revisan la información fiscal de la empresa para saber cuánto vendió, cuánto facturó, a cuánto ascendieron sus gastos, quién es su mejor cliente y quién es su principal proveedor. Los bancos tienen que invertir más en este tipo de análisis para conocer la solvencia y la capacidad de pago de las organizaciones.

Para las personas físicas, vemos nuevas compañías que tienen un componente tecnológico importante para realizar más análisis de datos diferentes a los tradicionales, como Nubank, que se ha hecho de un millón y medio de clientes en tan solo un año. Seguramente, muchos de esos clientes están en la economía informal, pero el banco le está apostando a la confianza. Hay que recordar que la palabra “crédito” viene de creer, es decir, “yo te presto porque creo que me vas a pagar”.

Las utilidades de 2021 fueron muy buenas. La rentabilidad de todo el sistema bancario estuvo arriba del 15% sobre el capital.

AN ¿Cuál es tu perspectiva acerca de la venta de Citibanamex?

Creo que cuando la banca extranjera llegó a México trajo cosas muy buenas, como la profesionalización del management, mejores prácticas a nivel global, manejos adecuados del capital y la liquidez, etc., para tener bancos sólidos. Y hemos aprovechado esas capacidades que trajeron los bancos extranjeros. Sin embargo, los bancos extranjeros tienen distintos apetitos de riesgo. Hay bancos que le apuestan mucho al crecimiento del país y hay otros que no se alinean a la estrategia global, como es el caso de Citibanamex.

En lo personal, para mí fue una sorpresa que lo vendieran, pues era una franquicia muy rentable, histórica y de gran tamaño. Creo que la venta va a ser buena para el mercado, porque si Banamex ya no estaba dentro de la estrategia de Citi, no le iba a poner el mismo interés que alguien que sí lo quiera tener.

En las fusiones y adquisiciones hay una teoría de quién es el mejor dueño, y el mejor dueño es quien haga crecer el negocio, y debe ser alguien que tenga enfoque y apetito por el país. Sería bueno que quien lo compre sea un grupo mexicano, pero habría que ponerle ese otro ingrediente: que el comprador tenga esas credenciales que en su momento trajeron los bancos extranjeros.

Idealmente, ojalá que el comprador sea alguien que tenga interés por crecer en el país, pero que tenga una base sólida de buenas prácticas para seguir dándole valor a esa gran franquicia que es Banamex, que en capital tiene alrededor de 9 billones de dólares. Para darnos una idea de su valor, estamos hablando del tamaño del presupuesto para la refinería de Dos Bocas.

AN ¿Crees que el ecosistema fintech en México seguirá con crecimientos en usuarios y adopción?

Sí. El gran atributo de las fintech es que le quitan fricción al sistema en cuestión de costos y tiempos. Las fintech que atienden a nichos de pequeñas y medianas empresas y que emplean su información fiscal para otorgar créditos tardan una semana en aprobar un financiamiento, mientras que un banco se lleva por lo menos un mes, aunque ofrezca una mejor tasa. Muchas de estas empresas piensan que no hay dinero más caro que el que no se obtiene, así que prefieren tomar el crédito rápido que las fintech les otorgan.

Además, las fintech le están quitando burocracia a los procesos y volviéndolos más digitales, lo que también reduce los costos. Del lado de las personas físicas, la ventaja es que están entregando crédito a gente que nunca había tenido una tarjeta, y además le facilitan la vida al poder hacer compras y pagos de manera digital.

La Asociación de Bancos de México (ABM) liberó en estos días un documento de cómo estaba la estructura de la banca en México y me llamó la atención la forma como han crecido las transacciones con tarjetas de débito y crédito. Por otro lado, el uso de cajeros automáticos está totalmente plano. Esto nos dice que la gente está yendo menos al cajero a sacar dinero para hacer pagos; es decir, los clientes ya son menos dependientes de infraestructura. Aquí, los bancos tienen un nicho de oportunidad, porque su infraestructura física sigue siendo pesada en términos de costo.

Los bancos que han tenido mejores resultados son los que se han subido al mundo digital para atender a sus clientes. Y con digital no solo me refiero a que los clientes usen el teléfono celular para consultar su saldo y hacer una transferencia, porque eso prácticamente todos los bancos lo hacen, sino que el cliente pueda solicitar un crédito, cambiar su línea de crédito, hacer una inversión o solicitar una hipoteca.

AN Finalmente, ¿el incremento de las tasas de interés detendrá la demanda de crédito?

En la medida en que las tasas son altas, se vuelven inhibidoras del crédito. Sin embargo, a veces el alza en las tasas, hasta cierto nivel, es benéfica para los bancos. La mayoría de los bancos que atienden operaciones de retail tienen una cantidad importante de depósitos a la vista que no pagan intereses, por ejemplo. En la medida en que las tasas son más grandes, este margen se amplía y eso será benéfico para los bancos en un corto plazo

Existen grandes riesgos que impactarán en la forma en que irán moviéndose las cosas, como la evolución de la pandemia de COVID, porque no sabemos qué va a pasar más adelante. El virus sigue siendo un riesgo en las cadenas de distribución: vimos cancelaciones de vuelos porque el personal estaba enfermo, hubo interrupción en cadenas de suministro, etcétera. Otro riesgo es la inflación. El conflicto bélico entre Rusia y Ucrania seguramente va a repercutir en precios más altos para el gas, insumos y producción, y esto traerá mas inflación y más alza de tasas, lo que podría reprimir el apetito de crédito y frenar la economía.

Otro riesgo es la ciberseguridad. En medida que los bancos se vuelven más digitales, el riesgo de un ataque se incrementa.

En este ambiente de incertidumbre y riesgos potenciales hay buenas noticias: el mercado mexicano tiene buenas prácticas para manejar los riesgos y, aunque el alza de tasas frene la demanda, hasta cierto nivel los bancos podrían construir un “tesoro de guerra” para invertir. Probablemente, las fintech serán más vulnerables, porque para otorgar créditos dependen del fondeo de mercado, y el costo de fondearse se va a incrementar. AN

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