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Bienestar

Refugios para revitalizar el alma

En el cajón de mis afectos, junto con los recuerdos de las primeras vacaciones en familia a Veracruz, siempre enumero estos tres destinos a los que recurro cuando tengo que parar la mente, oxigenarme y consentirme.

Por: Prun Santos Swipe

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 1  Rodavento Spa

Valle de Bravo, Estado de México

Uno de mis sitios favoritos para pasar el fin de semana es Valle de Bravo. Su lago y su entorno boscoso y fresco siempre me pone de buenas. Más aún si paso la noche en Rodavento a las faldas de una cañada. Le llamo: mi cabaña de lujo inteligente.


A toda esta perfección se suma el área de spa, la más privada del bosque, a orillas del río que proviene de manantiales de la zona natural protegida. Los tratamientos se agrupan en colecciones y se refieren al aire y fuego, a la tierra y al agua con masajes multiculturales que conducen a estados únicos de relajación y equilibrio.

La experiencia se inicia en un sendero que parece ser interrumpido por árboles que hay que rodear, algunas pendientes que al subir te regalan fragmentos de bosque de intenso verdor, mientras un río hace las veces de “música celestial”; algunos puentecitos de troncos, escaleras de piedras conducen a un claro espacioso donde la hidroterapia espera…



Tres pequeñas albercas con diferentes temperaturas ideales para los poros de la piel y corazón, vapor con herbolaria y sauna son la antesala de lo que culminará en la cama de masaje… instantes que no deseas finalicen nunca.

Utilizan productos de la firma española Natura Bissé y complementan la experiencia con sesiones de yoga. ¿Qué más se puede pedir?

hotelrodavento.com


 2  Amomoxtli

Tepoztlán, Morelos

A este Pueblo Mágico lo conocí ya adolescente, lo que me vino bien porque de pequeña no lo hubiera “leído” correctamente. Cuando lo entiendes, se vuelve un pasaje de tu vida, con imágenes que encantan y misterios que envuelven, pero toma años entenderlo así. Lo que apenas comprendí es su conexión tan especial con las mujeres, que me contaron en uno de mis hoteles preferidos: Amomoxtli. Y es que en tiempos precolombinos, los hombres dejaban a sus madres, hijas, esposas, y a los más pequeños, resguardadas por los enormes cerros, mientras ellos se iban a la guerra o a comerciar. Es así como aquí el halo femenino prevalecía y tomaba fuerza, en ritos, en tradiciones, en ayuda mutua, en sabiduría, en cosmogonía… Realmente se siente…



Amomoxtli hotel y spa está sobre un manto acuífero. Se respira vida y paz. Las montañas “lo protegen” y te sientes igual. Colorines, araucarias, naranjos, palmeras, agua y más agua te hacen respirar realmente bien. Sin ahondar tanto en sus habitaciones espaciosas y llenas de finos detalles, les contaré de mi lugar favorito, además de su jardín, es el spa.

El primero cura el espíritu; el segundo, la mente. Sus terapias se valen de prácticas ancestrales como el baño de temazcal, limpias energéticas, compresas herbales, instrumentos musicales primitivos y elixires hidratantes (como pulque, miel o sábila). 50 minutos de esto, más lo que el temazcal corre (un par de horas, tal vez), te renuevan sí o sí.

amomoxtli.com

 3  Grand Velas

Los Cabos, Baja California

Después de dejar mis pertenencias —junto con todas las preocupaciones— en el vestidor, lo primero que hice fue ir al circuito hidrotermal para realizar la Ceremonia del agua, un recorrido por siete estaciones dentro de una alberca de sensaciones: sumergida siempre en aguas curativas, pasé de una cascada a una cama de burbujas y a jets multisensoriales. ¿Dónde? En SE Spa Grand Velas, por supuesto.


Después probé los cuartos de desintoxicación, donde terminan de preparar tu cuerpo para recibir el masaje. Lo mejor es ir primero al sauna, cuyo aroma a eucalipto envolvente ayuda a despejar las vías respiratorias. De ahí pasas unos minutos al vapor, que simula una bóveda celeste con cromoterapia para estimular la mente, donde pude percibir un delicado aroma a canela. Según afirman en Grand Velas, esta especia tiene la propiedad de hacerte sentir animado y con más energía, algo muy necesario con tan altas temperaturas. Los más comprometidos con el circuito también visitan el cuarto de hielo, impregnado con un vivaz olor a menta y destinado a cerrar los poros tras la desintoxicación.

Para concluir la experiencia se debe tomar una ducha en la regadera multisensorial y caminar sobre una misma línea mientras el agua va cambiando de temperatura y presión para relajar los músculos. Esta es una terapia física pero sobre todo mental, pues si se deja llevar por las sensaciones, viviendo plenamente el momento, la mente descansa y fluye. Sintiéndome “en otra galaxia”, me guiaron a la cabina de masaje. Carmen, mi terapeuta, me entregó una pequeña libélula hecha con una buganvilia, el símbolo del spa. Recibí un masaje con aceites obtenidos luego de derretir una vela de soya orgánica sobre la piel; pedí la de romero y la sensación era la de un aceite tibio y envolvente.


Al salir comprendí más que nunca el nombre de SE, voz inspirada en el náhuatl que significa “ser uno contigo mismo”. Cada año celebran la vida con un evento de bienestar de talla mundial: #WellnessingByVelas, yo estaré pendiente para no perderlo. Te recomiendo lo mismo. ¡Pronto volveremos a viajar!

loscabos.grandvelas.com.mx

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