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Reportaje

Los nuevos viajes de negocios

Los proveedores de servicios que atienden al turismo de negocios y de reuniones han creado nuevos modelos para sobrevivir, pero también las empresas y sus viajeros tendrán que adaptarse a nuevas políticas de viaje y nuevas formas de viajar.

Por: Ulises Navarro Swipe

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Teresa Solís

Experta en la Industria de Turismo y Desarrollo Regional en Deloitte S-LATAM

| Nos reunimos, pero en 2022

Como muchos sectores e industrias, el turismo de negocios, congresos y convenciones se ha transformado. Eventos con aforo reducido en espacios abiertos, destinos mayormente nacionales y formatos que combinan los encuentros digitales con los presenciales han sido la constante desde que se desató la pandemia de COVID-19. Probablemente en un año, cuando los contagios se reduzcan y la mayor parte de la población mundial esté vacunada, los eventos podrán ser muy parecidos a los de la época precoronavirus, aunque algunos cambios derivados de esta crisis se quedarán para siempre. Para hablar de estos cambios platicamos con Teresa Solís, experta en la Industria de Turismo y Desarrollo Regional en Deloitte S-LATAM.

AN | Tere, la pandemia creó, sin duda, muchos retos, pero también oportunidades. ¿Cuál es tu visión?

Efectivamente, tanto el turismo de placer como el de negocios están atravesando la peor crisis de su historia. El cierre de empresas turísticas ha sido una constante en todos los estados del país, pero sobre todo en ciudades y destinos tradicionalmente turísticos, como Cozumel, Los Cabos, Cancún y Acapulco, por mencionar algunos. La economía de Cozumel, considerado como el primer destino de cruceros del mundo, está totalmente detenida desde hace un año. El turismo de negocios y de reuniones tendrán una recuperación más lenta que el vacacional. Las empresas quieren proteger a sus colaboradores y no los pondrán en riesgo pidiéndoles que viajen, pues en el trayecto o en destino corren el riesgo de infectarse del coronavirus. Por otro lado, tendencias como el teletrabajo han hecho que muchas organizaciones hayan decidido no regresar a la oficina, pues ven en el trabajo remoto una posibilidad de reducir costos, y también están pensando en disminuir los viajes de negocios con el mismo objetivo. Esto, sin duda, afectará toda la cadena de valor del turismo. Otro de los cambios que trajo la pandemia es el crecimiento de los nómadas digitales. Antes, esta forma de trabajar se enfocaba en freelancers, emprendedores y profesionales independientes, pero ahora esta realidad podría adaptarse a empresas que se vieron en la necesidad de desarrollar el trabajo remoto dentro de sus equipos y así poder operar desde cualquier parte del mundo.

Para 2023 o 2024 los eventos presenciales volverán a repuntar, pero los viajes serán más largos, por la posibilidad de hacer home office.

AN | ¿La vacunación nos llevará a una recuperación rápida de los viajes de negocios?

En el corto plazo, no. A este sector todavía le esperan meses difíciles, pues además de que las organizaciones podrían disminuir estos viajes para reducir costos, todavía no hay un control real de la pandemia: estamos viendo terceras olas en Europa y aún no conocemos la efectividad de la vacuna ante nuevas cepas. Sin embargo, ya se habla del “efecto champagne”. Como la gente ha estado encerrada por tanto tiempo, saldrá “disparada” de vacaciones, como corcho de botella de champagne, pero se deberán extremar las precauciones. Para recuperar la confianza de los viajeros, el sector turismo ha hecho una labor extraordinaria en el desarrollo de protocolos, incluso más allá de lo que exige la autoridad sanitaria. Desafortunadamente, en los aeropuertos, los traslados y las áreas públicas de nuestro país, lo mismo que en otras naciones de Latinoamérica, hay un alto porcentaje de economía informal. Si no se aplican los protocolos sanitarios a toda la cadena de valor, incluida la economía informal, y tampoco se obliga a los turistas a cumplirlos, habrá un efecto negativo. Eventualmente, los viajes de negocios se recuperarán, pues hay empresas en las que los viajes son indispensables para atender a sus clientes, como las compañías consultoras y de servicios.

AN | ¿Cuáles son los cambios que se dieron en el turismo de negocios y que podrían permanecer?

El principal es la incorporación de tecnología para realizar eventos digitales o híbridos a través de plataformas como Zoom. La ventaja de este tipo de eventos es que pueden ampliar las audiencias, porque antes únicamente existía la opción presencial y ahora se puede asistir y participar vía remota. Quizá esta sea una de las tendencias que llegaron para quedarse: incorporar componentes digitales que permitan eventos híbridos para ampliar las audiencias. Otro cambio es la incorporación de sesiones on demand, para tener la posibilidad de ver conferencias más tarde, si el asistente no puede estar presente por problemas de agenda. La desventaja de las conferencias on demand es que no permite la interactividad de las reuniones físicas. Se están incorporando sesiones de networking en línea, con escenarios virtuales y gaming, para que las audiencias puedan interactuar a través de juegos. Este es un periodo de gran innovación y disrupción. Quizá no todos los eventos van a sobrevivir, y algunos de los que sobrevivan tendrán audiencias más amplias y lograrán monetizarlas de manera distinta a la de los eventos tradicionales.

Algunos recintos y prestadores de servicios tendrán que migrar a otro tipo de viajero: al nómada digital.

AN | ¿Qué pasará con los proveedores de servicios que atendían a los turistas?

Creo que va a haber una consolidación de la industria. Algunos recintos y prestadores de servicios tendrán que migrar a otro tipo de viajero: al nómada digital. Muchos de estos proveedores ya han desaparecido. Al cierre del año pasado, la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) reportó que una tercera parte de las pequeñas y medianas empresas restauranteras habían desaparecido. Estimo que para 2023 o 2024 los eventos presenciales volverán a repuntar, pero los viajes serán más largos, por la posibilidad de hacer home office. Los viajeros de negocios harán menos viajes en el año, pero cuando vayan a una localidad para asistir a un congreso, por ejemplo, se quedarán más días para visitar a clientes y proveedores, realizar visitas de inspección, tener cenas y comidas de negocio y trabajar unas horas en su habitación. Es decir, buscarán otro tipo de interacciones, más que asistir solo un par de días al evento. Además, hay otro elemento que debe tomarse en cuenta: una mayor conciencia por la sustentabilidad. En Deloitte tenemos una herramienta, el State of the Consumer Tracker, que mide las inquietudes de los consumidores en 18 países, y sus planes de compra, de viaje y de ahorro. Un aspecto que destaca, particularmente en México, es el número de personas que prefieren comprar productos locales, aunque sean un poco más caros. La consciencia de los consumidores por su huella de carbono, ante consecuencias como el cambio climático, también es una tendencia fuerte, sobre todo en Europa y Estados Unidos. Para alcanzar sus objetivos de reducción de huella de carbono, y también para abatir costos, como mencioné, las organizaciones harán menos viajes y más largos. Y aquí pueden darse otro tipo de oportunidades.

AN | ¿La rápida vacunación que se está dando en Estados Unidos es un reto para México, en el sentido de que puedan hacerse más reuniones en ese país y no en el nuestro?

Creo que depende del tipo de reunión. Hay eventos y reuniones corporativos que son nacionales y no van a migrar a Estados Unidos, como las convenciones médicas, que cada año reciben a profesionales de todo el mundo. Sin embargo, hay que considerar que México se vio beneficiados durante la administración de Donald Trump porque los procesos para que asistieran personas de otras nacionalidades eran más sencillos en nuestro país que en Estados Unidos; ahora, las cosas podrían cambiar por la apertura que está dando el gobierno de Joe Biden. Entonces, Estados Unidos podría dar mayores facilidades que terminarían por afectar a México. También hay que tener en cuenta que muchos eventos y congresos tienen que ver con el interés de los mercados locales. Por ejemplo, en un congreso de diabetes en México los asistentes están en un país donde la diabetes es un problema grave de salud. Entonces se pueden organizar side events o eventos paralelos que podrían integrar visitas de campo o interacciones con el mercado, porque aquí la diabetes es un tema particularmente relevante. AN

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