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Escape familiar a Huamantla

Por: Ivett Rangel | FOTOS: Omar Reyes Solórzano Swipe

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El dormir en una burbuja nos sirvió de pretexto para subir al automóvil durante poco más de dos horas desde la Ciudad de México y llegar a Tlaxcala.

Tres días y dos noches permitieron vivir la nueva normalidad lejos de casa, y descubrir un rostro distinto de este célebre Pueblo Mágico relacionado permanentemente con los toros, los títeres y los tapetes de aserrín.

Debido a la pandemia no hay corridas en la Plaza de Toros “La Taurina” y se encuentran cerrados el Museos Taurino y el Museo Nacional del Títere. Y los tapetes se elaboran únicamente cada agosto.

Así que esto es lo que hicimos:

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Otra experiencia de hospedaje

Glamping Amate, inaugurado apenas en diciembre de 2020, ofrece dos tipos de hospedaje en burbujas: un par colocadas en la terraza del hotel Las Candelas, ideal para dos parejas de amigos o una familia de cuatro integrantes que quieran vivir la experiencia al mismo tiempo.

O una burbuja colocada en un lindo jardín privado con asador y área de fogata y, a un costado, una casa de una habitación y cocineta. Esta opción fue la elegida al viajar con dos niños pequeños, uno de siete años y otro de apenas uno.

Inesperadamente los juegos tubulares (un avión y un domo) en el jardín los mantuvieron entretenidos por horas.

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Con la luna en los ojos

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Al comenzar a caer el sol,

la burbuja adquirió magia.

Las luces en el interior, que cambian a placer mediante un control remoto, comenzaron a  percibirse y se transformó entonces en una nube, en un iglú, en un sol, en una naranja… en toda una fiesta.

La serenidad llegó cuando los niños, cansados de correr, saltar, trepar y gritar, cayeron dormidos y cuando la luna surgió a un costado creando una imagen inolvidable.

Para tomar en cuenta: La burbuja se mantiene inflada gracias a una compresora, que no sólo inyecta aire, sino también frío y ruido.

La ropa de cama mantiene bien cobijado, pero si no se puede dormir con la cabeza cubierta, no está de más incluir en el equipaje un gorro de invierno y tapones para los oídos.

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Ante el santo patrono

Con Tours Huamantla recorrimos a pie el corazón del pueblo para conocer sus principales iglesias a propósito de la Noche de Templos.

Tras sorprendernos con el espectáculo de aves que ocurre cada atardecer sobre el Parque Juárez (cientos de tordos llegan a este sitio para encontrar una rama en la que descansar durante la noche), hicimos la primera escala en la Parroquia San Luis Obispo, santo patrono de Huamantla.

Construido en 1641, este templo era parte de un convento, hoy ya desaparecido. Su sencilla fachada decorada en cantera gris y esculturas de alabastro poco tienen que ver con su barroco interior, donde el retablo mayor acapara las miradas.

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¿Se mueve?

Seguimos al convento franciscano, dedicado también a San Luis Obispo y construido en 1585, donde pudimos ver a un monje saliendo de ahí y el guía aprovechó el momento para explicar qué significaban los tres nudos en su cordón: obediencia, pobreza y castidad, y los signos franciscanos en la fachada del templo que son estigmas de Cristo.

Dentro una capilla está el Señor de Convento, hecho con pasta de caña y maíz, y está articulado, lo que permite que le cambien fácilmente su vestimenta cada año.

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El niño mayor apenas podía quitarle de encima los ojos; quería descubrir cómo podía moverse y ver si se movía en ese instante.

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Quien pinta de color al pueblo

El recorrido concluyó en la Basílica de Nuestra Señora de la Caridad, construida en 1942 en honor a la Virgen de la Caridad, que es, en realidad, una advocación de la Virgen de la Asunción y a quien se venera con coloridos e imponentes tapetes de aserrín al anochecer del 14 de agosto y durante toda la madrugada del 15 en La Noche que Nadie Duerme, en más de 7 kilómetros de la localidad.

Al ser un inmueble contemporáneo, de estilo minimalista, admiramos rápidamente su interior.

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Digno de película

Un paseo en tranvía, justo a la hora de la siesta del bebé, sirvió para despedirnos de Huamantla y sentir aire fresco en esa muy cálida tarde de primavera.

Recorrimos las calles del centro que sirven de lienzo para los tapetes de aserrín hasta llegar al Barrio de San Lucas (el más antiguo de los 13 que conforman este Pueblo Mágico) y la Hacienda Soltepec, antes una hacienda pulquera y hoy un hotel de cuatro estrellas.

Este lugar adquirió fama porque aquí se filmó la película “La Escondida”, en 1955, con María Félix y Pedro Armendáriz.

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Hasta la próxima

Acordamos regresar y visitar el Museo Nacional del Títere para que los niños puedan ver con ojos propios a “Vale Coyote” y a “Pascarroncita Mastuerzo de Verdegay Panza de Res y Gayverde”, los personajes más queridos de nuestros guías en Huamantla y algunos de los más célebres de la colección de los Rosete Aranda.

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Para realizar un vuelo en globo al amanecer
con vista al cerro de La Malinche
y para tener una Noche de Leyendas.

Pero, sobre todo, para vivir -al menos por una vez- La Noche que Nadie Duerme y apreciar esa fiesta tan emblemática.

David Paniagua Guerra

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Haz sumas

Glamping Amate:
desde mil hasta 3 mil pesos por noche
(según el día y el tipo de burbuja reservada)

Tours Huamantla:

Noche de Templos
100 pesos por adulto
y 80 pesos por niños a partir de 5 años.

Paseo en Tranvía
100 pesos por adulto
y 80 pesos por niños a partir de 5 años.

Casetas
512 pesos
(de la CdMx a Huamantla, ida y vuelta)

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