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Reportaje

Estados Unidos, la pesada carga de Joe Biden

Entre los estudiantes ultraizquierdistas de los años 60 era común hablar del fin del capitalismo y, sobre todo, de su principal bastión: Estados Unidos. Otros más moderados veían esa posibilidad con escepticismo, pero resulta curioso que los primeros pudieron estar en lo cierto tras el desempeño de la administración de Donald Trump.

Por: Gerardo Yong Swipe

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| Trump arraso con todo

El gobierno de Donald Trump ha sido calificado como el peor que ha tenido la Unión Americana en su historia. No hizo falta juzgarlo por lo que desencadenó en la fallida toma del Capitolio; diarios como The Washington Post lo han criticado desde hace casi un año. Si la burbuja económica que estalló entre 2007 y 2009 ocasionó una quiebra múltiple de empresas y la pérdida de más de 9 millones de empleos, el panorama fue peor en 2020 con la pandemia. A mediados de año, el índice de desempleo era de 14.4%; al menos 20 millones de puestos de trabajo se esfumaron en tan solo meses. La situación fue aún más difícil que la vivida durante la Gran Depresión de los años 30. Aunque se prevé que la tasa de desempleo disminuya a 5.6 durante el primer semestre de 2021, el ambiente negativo prevalecerá al menos durante la mayor parte del nuevo gobierno de Joe Biden, quien asume el poder en medio de un Estados Unidos casi en ruinas, sin aliados tradicionales, en medio de una guerra con China y con una pandemia que le ha costado ser el primer país en muertes (cerca de medio millón). El presidente número 46 tendrá sobre sus hombros la difícil tarea de reconstruir un país que pasó de ser hegemónico a estar al borde del vacío global.


| La relación con México podría complicarse

Para María Cristina Rosas, catedrática e investigadora de la UNAM, Washington tiene frente a sí la difícil tarea de recomponer el panorama internacional que el proteccionismo trumpiano creó en poco tiempo. “Va a ser muy difícil para Joe Biden recuperar en cuatro años el estatus que Estados Unidos tenía antes de que llegara Trump, pues este destruyó gran parte de lo que el país tenía en el mundo: se enemistó con países clave, como la Unión Europa, Japón y Corea del Sur; se salió de la UNESCO, de la OMS y del Acuerdo de París. Incluso se burló de sus aliados tradicionales”, dice la catedrática. Y añade: “En los inicios de su gobierno, Trump se reunió con Corea del Norte, considerado como enemigo de la Unión Americana, y trasladó la embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén, en abierto reto a la comunidad internacional que le había dado un estatus especial a esta ciudad. No será fácil que Biden pueda rehacer la política exterior norteamericana y vuelva a posicionar al país internacionalmente, pues cuatro años no bastarán. Siempre es más fácil destruir que construir”. Rosas reconoce que viene una época difícil con Estados Unidos, porque el presidente Andrés Manuel López Obrador es muy poco institucional, a diferencia de Joe Biden. Sin embargo, algo que es especial en Biden es que no guarda rencores. El presidente López Obrador ha cometido algunos errores, como modificar la Ley de Seguridad Nacional, que limita la cooperación con Washington en materia de delincuencia organizada, o haber ofrecido asilo político al periodista y activista Julien Assange.

Joe Biden tiene sobre sus hombros la difícil tarea de reconstruir un país que pasó de ser hegemónico a estar al borde del vacío global.


| Trump obtuvo el 46% del voto popular

El expresidente de los Estados Unidos dejó tras de sí una estela de arbitrariedades que polarizaron la todavía primera potencia mundial, políticas proteccionistas que desanimaron a muchos actores del comercio internacional, una sociedad cansada de discursos supremacistas y, sobre todo, de una actitud prepotente que solo deterioró aún más la imagen del país a nivel global. Entre otros desafíos, Biden va a enfrentar un país dividido. Hay que recordar el saldo de los comicios pasados, que reflejó que, en efecto, ganó con los votos electorales necesarios, pero también Trump obtuvo el 46% del voto popular. Esto habla de un país muy dividido, pese a que Biden asegura que va a gobernar para todos. “El legado de Trump va a generar en su gobierno un entorno tenso y, aunque Trump ya no esté en el espectro político, no se puede descartar que el trumpismo incida en el panorama político, pues todos estarán pendientes de las acciones del magnate, que podrían exponerlo a ir a la cárcel, lo cual lo convertiría en un mártir. Los demócratas ahora están más preocupados por el impeachment para impedir que Trump pueda contender nuevamente en 2024”, enfatiza la catedrática.


| Un EU diferente, no hegemónico

En opinión de Laura Carlsen, directora del Programa de las Américas, el legado de Trump será una espina clavada en la administración de Biden, que difícilmente podrá sacarse, sobre todo para reorganizar la situación de Estados Unidos. Incluso hasta podría haber un nuevo país, muy diferente del que hemos conocido por su tradición hegemónica, especialmente con la que ha sido su zona de influencia: América Latina. “Esperamos que durante el gobierno demócrata no se intente restaurar la hegemonía de Estados Unidos. Durante el gobierno de Trump se planteó el regreso a la Doctrina Monroe, lo cual fue rechazado por muchos gobiernos que la consideran como una violación a la soberanía nacional, pues establece el continente americano como área de influencia exclusiva de Washington. En la actualidad, se supone que estamos en un mundo de relaciones multilaterales, donde un país de estilo imperial no puede decir que otros están bajo su control y dominio –dice la también analista internacional–. La percepción de Estados Unidos sí ha cambiado y eso se nota cuando uno lee la prensa internacional. Hubo sorpresa y shock cuando sucedió la toma violenta del Capitolio por parte de grupos de ultraderecha, algunos abiertamente neofascistas. Bajo el gobierno de Joe Biden, la idea es que se pueda establecer un respeto mutuo, pensando en el derecho de cada país a la autodeterminación”.

México vivirá una época difícil con Estados Unidos, porque el presidente López Obrador es muy poco institucional, a diferencia de Joe Biden.


| El problema de la migración

El nuevo régimen en Estados Unidos no asegura un cambio rápido en la política migratoria, pues el presidente Biden ha dicho que mantendrá las iniciativas de Trump tal y como están, al menos mientras se estudian opciones para instaurar un proceso fronterizo justo, ordenado y humano. Para Alberto Cabezas, oficial nacional de Comunicación de la Organización Internacional de Migraciones (OIM) en México, es preciso que el nuevo gobierno estadounidense dé muestras claras de que le interesa trabajar la migración desde una perspectiva segura, ordenada y humana. Para la OIM, la migración no solo es un factor social, sino económico, que puede tener un fuerte impacto, tanto en países expulsores como receptores. Se trata de recursos humanos que buscan oportunidades y que representan beneficios económicos en países donde se necesita mano de obra, como Estados Unidos. “La migración tiene un gran impacto en las personas y los lugares. Bien gestionada puede contribuir al desarrollo inclusivo y sostenible en los países de origen y destino. Además, los migrantes suelen enviar parte de sus ganancias a sus comunidades de procedencia, y eso tiene también un segundo efecto dinamizador en las economías locales”, dice Cabezas. Para muestra, basta un botón. En 2019, las remesas internacionales enviadas por los migrantes a sus familiares en países de ingresos bajos y medios ascendieron a 551,000 millones de dólares (mdd). Esto equivale al triple del importe de la ayuda oficial recibida. Las remesas son una fuente vital de ingresos para las personas más pobres, ya que a menudo representan el 60% de los ingresos familiares. El 75% del dinero recibido sirve para cubrir gastos básicos, como alimentos, educación y facturas médicas. AN

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