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Opinión

INFORME CLIMÁTICO Y EMPRENDIMIENTO DE SALVACIÓN

Se necesitan emprendedores en todos los ámbitos para hacer frente al Cambio Climático. Aquí algunos ejemplos en la industria de la economía circular, salud, protección civil y alerta de riesgos.

Por: Rodrigo Villar Swipe

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Por la sustentación y precisión sobre las causas y los efectos, el sexto reporte del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, publicado el 9 de agosto, es el diagnóstico más sólido que se haya hecho del problema. El llamado de Naciones Unidas no podía ser más exacto sobre lo que implica: código rojo para la humanidad.

Afortunadamente, también es una herramienta útil para el diseño de políticas públicas de mitigación y adaptación, así como para la participación ciudadana: activismo de presión en calles y redes sociales, demandas legales de ONGs en exigencia de rendición de cuentas, innovación social y emprendimiento de impacto.


Ejemplo concreto es el detalle de cambios y previsiones a escala regional, que incluye un Atlas Interactivo en línea con georreferenciación y datos de temperatura, precipitaciones y altura o PH del mar (interactive-atlas.ipcc.ch). Es un recurso sumamente valioso para involucraros a un nivel más cercano: aterriza los datos macro que proliferan en las noticias a tu entorno inmediato.

Además, está en sintonía con una circunstancia fundamental: éste es un fenómeno es global pero que es generado e impacta localmente. Que requiere investigación científica, desarrollo tecnológico e innovación intensivas en capital y conocimiento, pero también multiplicación de iniciativas y empresas con enfoque local y en la microeconomía.


En esa línea, el espacio para la innovación es virtualmente infinito y con oportunidades para todo el mundo. Pensemos en los paneles fotovoltaicos cada vez más eficientes para parques solares, pero también como insumo de modelos de negocio novedosos, capaces de llevarlos a millones de casas. Ahí hay espacio para quienes inventan tanto como en proveeduría, representación local de empresas y soluciones, desarrollo de aplicaciones o productos y servicios complementarios, desde financiamiento hasta mantenimiento.

No por nada es una de las 10 tecnologías de vanguardia a seguir este año en la lista del MIT, junto con la batería de litio-metal, que promete aumentar en 80% el tiempo útil por recarga respecto a la de iones. Todo ello mientras se trabaja en pilas con otros minerales o sistemas, y no solo para el transporte: también para almacenar electricidad a gran escala o para equipos de hogares y negocios.


Igual ocurre con los vehículos eléctricos: terreno fértil para la ingeniería, tanto como para innovar e invertir en áreas como redes de estaciones de recarga o de servicio. Lo mismo con software de eficiencia energética que tecnología de succión y secuestro de carbono, como lo pide el IPCC, y la combinación de reforestación, energía de biomasa y captura de las emisiones asociadas.

Existe capital para invertir en todo eso, como lo hay para innovación agropecuaria, por hablar de un sector con claro perfil de triple impacto: adaptación y resiliencia, reducción de huella de carbono (además de hídrica) y productividad.

Sean sensores y automatización, optimización de cosechas, reciclaje de residuos, digestión anaeróbica, biotecnología en cultivos y cría de animales, variedades vegetales resistentes a sequías o de ganadería con retención de metano, inteligencia artificial para gestión, riego de precisión de aspersión o goteo, síntesis de cárnicos, cultivos verticales, fertilización sustentable, almacenamiento y cosecha de agua…


Imaginemos ciudades en que cada casa sea consumidora-proveedora de energía dentro de redes eléctricas inteligentes híper conectadas y libres de emisiones, con paneles y baterías en cada edificio de oficinas, hotel o centro comercial, con revestimientos fotovoltaicos en ventanas, materiales y arquitectura de máxima termoeficiencia.

En realidad, se necesitan emprendedores en todos los sectores. En la industria de la economía circular, salud, protección civil y alerta de riesgos. En instrumentos y servicios financieros, manejo de desperdicios, turismo sustentable, conservación de bosques y biodiversidad.

En arte, periodismo o entretenimiento que contribuyan a concientizar. Inclusive en geoingeniería o proyectos como humedales y bancos de coral reconstruidos y aun artificiales, ideas polémicas pero probables recursos de salvación. Biólogos y agrónomos para producción sustentable de alimentos, tanto como especialistas en marketing y logística para crear marcas y canales de distribución.


Para hacerse una idea de la amplitud del espectro de innovación, echen un vistazo a la lista de 1,000 emprendimientos tan solo en energía limpia de la iniciativa Mission Innovation.

La revolución industrial y pioneros como Gottlieb Daimler o John D. Rockefeller impulsaron transformaciones que generaron múltiples beneficios a la humanidad, pero también están en la causa-origen de nuestro actual problema climático, como lo prueba el informe del IPCC. Los emprendedores de hoy tenemos un papel fundamental en la contención de la parte negativa de ese legado.

Un barril de petróleo equivale a 25,000 horas de fuerza humana y gran parte del progreso contemporáneo hubiese sido imposible sin ese respaldo. Sin embargo, la factura ambiental fue altísima, al grado de que se precisa una revolución tecnológica y económica para hacerle frente con indicadores de productividad y valor agregado muy distintos, como toneladas de dióxido de carbono evitadas y removidas. De los Ford a los Tesla. ¿Tú qué puedes hacer?

Rodrigo Villar es Socio fundador de New Ventures México y Adobe Capital.

Puedes contactarlo en Twitter en: @rorrovillar

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