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Gracias a las bendiciones tecnológicas, tuve el honor de conocer a cuatro mujeres mexicanas que están transformando su vida, su entorno y, por tanto, nuestro país. Curiosamente, tres de ellas se dedican a la gastronomía desde trincheras muy distintas: Claudia Sántiz, con apenas 34 años, de origen indígena, ha aprendido de grandes chef y se está abriendo camino en un entorno patriarcal para proponer un proyecto culinario que toma las raíces y los productos chiapanecos para generar comunidades femeninas.
Doña Tere Cazola, en cambio, está forjando un emporio pastelero que, para fortuna de muchos mexicanos, se está expandiendo a otras ciudades más allá de su ciudad natal: Mérida, en Yucatán. Su crecimiento ha sido enorme y ha garantizado su calidad y frescura para ofrecer postres como cocinados en casa, donde ella comenzó su negocio. Es una líder empresaria que nos abrió espacio en su agenda, por lo que nos sentimos muy contentos de que al cierre de esta edición, su empresa está cumpliendo también 37 años de vida.
En otro tenor, está Charito Ferreira una cálida anfitriona y una amante de Tlacotalpan, su tierra natal y desde donde comanda talleres de cocina tradicional y donde recibió a nuestro colaborador Nicolás Triedo para ser guiado en tierras veracruzanas. Y en las andanzas viajeras de Nicolás, también nos recomienda un proyecto cultural con tintes afromexicanos: Chuchumbé, en el Puerto de Veracruz.
Abigail Rivera, por su parte, es una mujer tremendamente creativa y quien lleva en su ADN la hospitalidad, cuya trayectoria profesional ya suma más de dos décadas en un proyecto que crea conceptos de hotelería de lujo, donde el huésped descubre sorpresas en los lugares físicos pero, sobre todo, en el interior, pues proponen experiencias fincadas en el bienestar.
Comala se nos muestra a través de la pluma de Ivett Rangel, quien nos transporta a ese pueblo colimense tan entrañable que ofrece un escape ideal para un descanso primaveral. Y si de viajar sola se trata, Karina López nos cuenta a través de una entrañable crónica de lo singular de ir haciendo maletas y acompañarnos de nosotras mismas, con seguridad y dejándonos sorprender con las maravillas que La Paz, Baja California Sur, regala.
▌Y si de disfrutar el calor se trata, Eduardo Amaro nos aporta sus imágenes de Zipolite, una de las playas nudistas más famosas de México. Guanajuato y Oaxaca ahora se nos presentan como opciones ciclistas y les da una nueva perspectiva al viajero.