Entre Desiertos, Fósiles y Dinosaurios

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En la frontera entre Puebla y Oaxaca se encuentra el desierto de la biosfera de Tehuacán-Cuicatlán en donde durante un fin de semana puedes conocer cactus de más de 15 metros de altura, ver de punta a punta la vía láctea, encontrar fósiles marinos con más de 100 millones de años y asombrarte con huellas fosilizadas de dinosaurios.

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Un Desierto que no está desierto

Siempre que pensamos en desiertos, nos imaginamos hábitats y paisajes con poca vegetación, escasos animales y mucha arena. La reserva de la biosfera de Techuacán-Cuicatlán nos derrumba todas esas teorías y paradigmas para enseñarnos que sus más de 490,000 hectáreas de desiertos están llenos de vida y de enigmas del pasado.

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Aquí un recorrido de fin de semana
por este lugar que no vas a olvidar:

**⚘ Día 1**
San Juan Raya:
Fósiles y Dinosaurios

Si bien San Juan es un poblado con menos de 300 habitantes, sus diferentes rincones guardan secretos que pocas personas conocen y que hacen de él un lugar único.

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En el centro de San Juan Raya está la oficina de turismo en dónde puedes conseguir un guía para cualquiera de los recorridos que tienen por sus alrededores. Empieza el día con una visita al sendero de las Huellas de Dinosaurio carnívoro.

En esta caminata de alrededor de 2 horas empiezas a conocer los colores y olores del desierto mientras vas caminando por el medio de un cañón que pareciera que es la cuenca de un río extinto ya que vas sobre arena y piedras.

A lo largo del antiguo río el guía te explica que esta zona de **México fue un mar somero hace alrededor de 110 millones** de años por lo que el terreno está impregnado de fósiles que vas descubriendo cada escasos metros. Encuentras fósiles de caracol y corales mientras que en las orillas del cañón ves un sinnúmero diferente de cactáceas y árboles dignos del desierto.

Sin embargo, la marcha sigue hasta llegar al punto culminante de la caminata; llegamos a un extremo del cañón en donde hay una reja con candado, que el guía abre con mucho cuidado ya que se trata del lugar donde se encuentran las huellas fosilizadas de dinosaurios carnívoros.

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Como si recién hubieran pisado esos enormes seres, puedes ver las huellas fosilizadas en el suelo de piedra, marcadas claramente y que a pesar de los millones de años, han conservado su forma y esencia. Junto con Coahuila, San Juan Raya es el único lugar en México donde se pueden ver huellas de dinosaurios, cosa que si no has visto, te dejará estupefacto ante la maravilla de echarte un clavado a un pasado tan espectacular.

**Terminando este recorrido, lo mejor es aprovechar el día e ir directo al recorrido del Parque de las Turritelas.**

Turritella es el nombre que se les da a un género de caracoles marinos que vivieron en la tierra durante el periodo Jurásico y este recorrido está repleto de fósiles de turritellas, y por eso lleva su nombre.

Empiezas este recorrido de aproximadamente una 1 hora y media desde el estacionamiento, y conforme vas avanzando pasas por un puente colgante que te da la bienvenida al parque y emprendes la subida a un pequeño cerro entre el sonido ensordecedor de las chicharras.

A lo largo del camino vas rodeado de diferente cáctus y cuando menos te das cuenta ¡estás parado junto a un cactus tipo tetecho de más de 15 metros de alto y con un solo tallo!

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Sigues la caminata rodeado de naturaleza y a pleno rayo de sol después de unos 30 minutos llegas a la zona de los fósiles. En esta parte del cerro a lo largo de millones de años se acumularon fósiles de caracoles, almejas y hasta corales que podrás ver a simple vista incrustados en el suelo, como si hubieran sido acomodados ahí por arte de magia o en una sala de museo.

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El resto de la tarde lo puedes usar para degustar la comida típica de esta región del país, pasear por las calles o conversar con la gente de San Juan Raya que te sorprenderán con su amabilidad y guarda algo de energías para hacer una fogata en la noche y degustar de las estrellas, ya que esta biósfera tiene uno de los cielos más oscuros de nuestro país, lo que te permite ver estrellas fugaces, satélites y los rincones más recónditos de la vía láctea.

**Podrás acampar o quedarte en las cabañas del señor Juan, único hospedaje con agua caliente de la zona.**

⚘ **Día 2**
Zapotitlán de Salinas:
*Cactus y Sal*

Después de una media hora en camino de terracería desde San Juan Raya en medio de una vegetación impresionante, llegas a Zapotitlán de Salinas, cabecera municipal de la zona y lugar donde se filmó la famosa película mexicana *La Ley de Herodes.*

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A pesar de las distintas cosas para hacer en Zapotitlán, recomendamos llegar directo al jardín botánico Helia Bravo Hollis a ver lo que hace tan famoso a este lugar: sus cactáceas y diversidad florística.

**Este jardín fue llamado así en honor a la Dra. Helia Bravo Hollis**, quien fue la primer mujer pionera de la botánica en México y la primera bióloga en la historia de nuestro país, graduándose en 1927.

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Si bien es llamado **“jardín botánico”** más bien es una parte de la reserva de la biósfera que ha sido separada y designada con senderos interpretativos y miradores para que los visitantes puedan conocer y descubrir lo que esta reserva tiene para ofrecer en una especia de muestra biológica.

**De la mano de un guía comunitario haces el recorrido que te toma un par de horas, pasando por los senderos que los mismos guías han diseñado y mantenido a lo largo de los años.**

Podrás ver diferentes especies de cactus como los órganos, de más de 10 metros de altura y 200 años de edad, las biznagas que son especies endémicas de la región, varias especies de magueyes y agaves, múltiples sotolines e incluso patas de elefante con más de 800 años de antigüedad y muchos metros de diámetro. Nunca te podrías imaginar que existen tantas especies diferentes de cactáceas y este jardín botánico sintetiza y resume de manera dinámica las especies que hay a lo largo de la biósfera.

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Recomendamos contratar a alguno de los guías que se encuentran en el jardín ya que tienen un gran conocimiento de las especies de plantas, flores y animales que hay en la región, ilustrando las características e importancia de cada una dentro del ecosistema; además de que ayudan al mantenimiento y conservación de las mismas.

Después del recorrido por el jardín botánico y antes de emprender camino de regreso recomendamos comer en alguno de los restaurantes de Zapotitlán y como despedida sugerimos visitar algunas de las salineras que se encuentran en el borde de la carretera hacia Tehuacán.

Veras múltiples minas de sal, empotradas en las montañas del desierto con un color blanco resplandeciente que sin duda llama mucho la atención. Puedes acercarte con el personal de cualquier salinera y pedir que te expliquen el proceso de extracción de la sal que consta en tener múltiples albercas de agua salada en la que van evaporando cientos de litros de agua bajo el sol para llegar a tener primero una sal gruesa para uso en baños y al final una sal refinada y muy suave para consumo humano.

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Comprando una bolsita de sal artesanal, podrás emprender tu regreso a casa con mucho sabor, pero con más recuerdos de una zona que desde 2018 es considerada como Patrimonio Mixto de la Humanidad por la Unesco.