Salvatierra, el Pueblo Mágico que hay que probar
Ya no insistas con San Miguel de Allende o Guanajuato capital, éste es el lugar al que debes darle una oportunidad. ¡No te arrepentirás!
Por: IVETT RANGEL
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Paola Amador
ꕥ Salvatierra seduce a primera vista desde las alturas, pero se queda en el corazón a través de sus sabores a cacahuate y chile capón, a guayaba y carne al carbón, a pan rústico de horno de leña y tortillas hechas a mano.
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Es uno de los seis pueblos mágicos de Guanajuato, quizá uno de los menos conocidos, pero al que, sin duda, se debe ir: Ofrece peculiares experiencias y nuevos espacios con el mejor gusto.
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A menos de 300 kilómetros de la Ciudad de México, este destino presume un sereno y limpio Jardín Principal, y una muy conservada arquitectura colonial.
Salvatierra cuenta con más de 300 construcciones de importancia y que son parte de su valor turístico, por lo que está a la espera de ser declarada
“Ciudad de Monumentos”.
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ꕥ A vista de pájaro
Entre esos inmuebles de importancia arquitectónica destacan el Santuario de Nuestra Señora de la Luz (postal inconfundible de Salvatierra) y el Templo y Convento de Capuchinas que, a través del recorrido “Salvatierra desde las alturas”, se puede conocer de cerca la belleza de las torres del campanario del primero y las cúpulas del segundo, así como apreciar desde un punto de vista distinto el Pueblo Mágico.
▗ Ver Salvatierra a muchos metros de altura hace que cualquier visitante se sienta privilegiado sólo por estar ahí y que se obtengan excepcionales imágenes de esta ciudad, la primera que fue declarada como tal en el estado de Guanajuato.
Óscar Ramírez
Se puede ascender a los techos de esos templos, así como al del Carmen y al de San Francisco de Asís, pero también pueden visitar las azoteas de algunas casonas, aunque nunca son las mismas.
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Se debe reservar un lugar con tres días de anticipación con Nómada Adventures al 466 101 9417 o 461 101 5201; el recorrido cuesta 250 pesos por persona y se realiza con un mínimo de cinco personas.
ꕥ Más que simples antojos
Subir y bajar de los techos abre el apetito a cualquiera, afortunadamente Salvatierra se distingue por sus opciones gastronómicas.
Este recorrido gastronómico arranca en la Explanada del Carmen, frente al templo del mismo nombre, donde La Veranda, restaurante propiedad de la familia Vera Rentería, conquista al paladar con sabores que se han convertido en insignia salvaterrense: el de los tacos de chicharrón, el de los tacos de nata y el de agua de guayaba criolla (de un antojable tono rosado).
“Mi esposo y yo comenzamos esto como una lonchería y, desde el día que abrimos, fue un éxito”, recuerda con nostalgia pero orgullosa María Guadalupe Rentería.
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ꕥ Sabores dignos de premio
De ahí se puede caminar a La Sazón de Rosita, al interior de la Plaza Colonial (Calle Hidalgo #627), donde hay que degustar las muy famosas “Largas”, como le llaman por aquí a unas largas y gruesas tortillas de maíz hechas a mano, rellenas con el guisado de preferencia.
Y doña Rosita pone a prueba la habilidad de algunos frente a la máquina prensadora y el comal. Si se infla la tortilla durante la cocción, entonces se cumplió bien con el reto.
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Pero aquí hay que probar, sí o sí, el célebre mole de guayaba que es inspiración de esta cocinera tradicional de 64 años. Una pieza de pollo o un trozo de res o cerdo adquiere un gusto dulce-picante que se acompaña de arroz y tortillas y que se queda para siempre en el alma.
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ꕥ Tacos para todos
No existe un rincón en México sin tacos;
Salvatierra no es la excepción.
Los de El Patrón, creados por Genaro Rocha, de 26 años, son ineludibles desde mayo del año pasado: los hay de asada, arrachera, tripa, suadero con adobo, chorizo verde y rojo, delicias “al sonoro rugir del carbón” que se acompañan con nopales y cebollas asadas y pico de piña y chile habanero, aunque hay otra variedad de salsas.
De sólo recordarlos,
se hace agua la boca otra vez.
▗ También están las carnitas de Su amigo Chava, que se pueden comer en taco o en torta o, incluso, se pueden acompañar con un Molcajete Mar y Tierra, con arrachera, chistorra y pollo, más pulpo, camarón y callo de hacha, para que no quede antojo de nada.
Aquí hay que maridar con salsa de cacahuate y una mezcalita de pepino.
Óscar Ramírez
ꕥ Para refrescarse
Como postre y para combatir el cálido clima salvaterrense están las nieves del Jardín Principal, donde la familia López sorprende con decenas de sabores desde hace más de 40 años.
De pasta o rollo de guayaba, con arándanos y vino tinto, de frutos secos y las infaltables de limón y vainilla hace que cualquiera se tome varios minutos antes de elegir un sabor, o quizá dos o tres.
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Quienes deseen algo más fuerte, entonces está La Nacional, frente al mismo jardín. Apenas se cruzan las típicas puertas de cantina se emprende un viaje en el tiempo, un siglo hacia atrás, y con un par de mezcales en mano.
▗ O si prefieren mejor un café para cerrar una comida está Café Ritual, donde se honra la cultura del café nacional (de Chiapas, Guerrero, Oaxaca y Veracruz) mediante diversos métodos de extracción, como el sifón japonés, chemex o la prensa francesa.
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ꕥ A la salud de Salvatierra
Toda buena comida se debe maridar con vino. En la comunidad de La Quemada, ahí mismo en el municipio de Salvatierra, se encuentra el viñedo Las Maravillas, en el que Ezequiel Pérez se encarga de cultivar uvas desde hace seis años.
Él siembra, cuida y cosecha distintas variedades para sus vinos producidos artesanalmente.
Su terruño de apenas una hectárea se transforma en un oasis de silencio y tranquilidad en el que se puede catar con calma sus inspiraciones.
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ꕥ Con gusto de mar
Cabo 66, creado por Raúl Vera Jr., de 31 años, y Fanny Silva, de 30, presume su experiencia con platos de mar: tostadas de ceviche de pescado o camarón, aguachiles verde, rojo o mango habanero con camarón que tienen un “toque secreto” además de limón, pepino y cebolla morada.
Para probar un poco de todo, entonces el Combo Cabo Jumbo es la opción porque llegan a la mesa alitas, boneless, camarones, papas gajo y a la francesa, todo bañado en la salsa de preferencia.
Para maridar:
una michelada de sabor
(mango, fresa, piña o chamoy).
ꕥ El imperdible de Salvatierra
La cocina estrella de Salvatierra se llama Santero, creada por Iván Velázquez, de 31 años, con ayuda del chef Roberto Méndez, de 25, en septiembre de 2020.
Ambos han conseguido que sea un sitio de celebraciones especiales con su innovadora propuesta que fusiona técnicas de cocina internacional con ingredientes muy locales y que se presentan con un enfoque artístico en un entorno elegante y vanguardista.
Pulpo al capón, una reinterpretación de tacos mineros y tuétanos horneados con tripa dorada son algunas de las especialidades más atractivas de su carta plena de aromas y sabores.
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ꕥ La mixología sustentable de Felipe Martínez merece mención aparte, ya que cada trago se convierte en toda una ceremonia para los cinco sentidos. Basta un ejemplo: la bebida insignia que lleva el nombre del restaurante está hecha con mezcal, jugo de naranja, licor de chile y miel de agave.
Se sirve decorada con una piña deshidratada y un ramito de hierbabuena, y dentro de un ahumado de romero.
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Parte de la magia de Salvatierra proviene de las brasas y los fogones, de la experiencia de las cocineras tradicionales y del impulso de los emprendedores.
Todos apuestan por una misma causa: conquistar el paladar de los viajeros con los sabores propios de su tierra. Y vaya que lo logran.
Salvatierra,
mucho gusto (literalmente)
haberte conocido,
corrección: probado.
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ꕥ Para saber más
Ubicación:
Salvatierra se localiza entre los municipios de Yuriria, Acámbaro y Cortazar, a menos de cuatro horas de la Ciudad de México en automóvil.
Dónde dormir:
Hotel Misión San Pablo está en el centro histórico, a una distancia caminable de los principales atractivos turísticos y de los principales restaurantes del Pueblo Mágico.
Una probadita:
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