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El Cielo está de fiesta

Vinícola El Cielo cumple nueve años de producir vinos mexicanos de alta calidad, con las mejores uvas de la región del Valle de Guadalupe, pero el sueño de Gustavo Ortega Joaquín, su fundador, está lejos de terminarse.

Por: Ulises Navarro Swipe

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Gustavo Ortega Joaquín

Director general de El Cielo y presidente del Consejo de Administración


| “El hombre propone y Dios dispone”, reza el refrán.

Y así fue para Gustavo Ortega Joaquín, director general de El Cielo Winery & Resort. Pensando en el momento de su retiro, encontró en su camino el corazón del Valle de Guadalupe, la codiciada región vinícola de México.

Cuando Gustavo soñó en desarrollar un proyecto vinícola, inspirado en un viaje que realizó a las bodegas y viñedos de Francia, jamás imaginó que su sueño se convertiría en una vinícola, 98 hectáreas de viñedo, un hotel boutique de 95 suites y villas, dos restaurantes de especialidades, y una terraza para bodas, eventos corporativos y sociales, además de una capilla consagrada.

La propiedad, rodeada de viñedos y olivares, paisajes montañosos y dos lagos artificiales, ha recibido en tres ocasiones consecutivas el reconocimiento como uno de “Los 100 Imperdibles de México”, certamen organizado por la Guía Nacional de Turismo para reconocer las mejores experiencias a vivir en México. También ha recibido el Certificado de Excelencia que TripAdvisor otorga a los negocios de hostelería que constantemente han recibido elogios de los viajeros.


| Un poco de historia

Después de un viaje a Francia que marcaría para siempre su destino, Gustavo se reunió con los inversionistas de Grupo Lomas Travel, dueños de los hoteles Nickelodeon, y les platicó su sueño. “Lo vieron como un negocio más en forma con lo que yo había imaginado, y con su ayuda pude arrancar más rápido, pues ellos pusieron el capital”, recuerda el directivo.

Gustavo reconoce que El Cielo nació por un gran amor a México. A él le agradaba el vino, pero no era experto, así que se rodeó de un enólogo y un agrónomo para conformar un equipo que, poco a poco, comenzó a crecer.

“Cuando abrimos, hace nueve años, nunca pensé que tendríamos tanto éxito, porque ya habían pasado las fiestas de la vendimia. Pero, para mi sorpresa, cada fin de semana estábamos llenos. El restaurant empezó con 60 asientos y hoy tenemos más de 250”.

En El Cielo la gente puede vivir experiencias espectaculares: degustaciones ofrecidas y explicadas por sommeliers certificados; maridajes de vinos con chocolates en la cava; opciones gastronómicas del campo a la mesa, con quesos, charcutería y carnes a la parrilla, al aire libre, o suntuosos platos de fusión Baja-Yucatán; cenas privadas en las suites, a la orilla del lago, en la enoteca o en la terraza, con vistas a los viñedos… Todo complementado con una exquisita selección de vinos.

Y pronto se podrá disfrutar de un viñedo orgánico, lo que resalta la importancia que El Cielo brinda al cuidado del medio ambiente y su compromiso con el desarrollo sostenible del Valle de Guadalupe. “Este no es un tema nuevo. Tenemos iniciativas anteriores, como reservorios de agua, operación con paneles solares, luces led y reciclaje de agua para riego de jardines. En 2015, su proyecto recibió el reconocimiento del Ayuntamiento de Ensenada como la Primera Empresa Eco Responsable”.

El Cielo es una bodega de mediano tamaño. Tiene una capacidad de producción de 400 toneladas de uva, con las que elabora 25,000 cajas de vino al año.


| Vinos ganadores

El Cielo cuenta con 98 hectáreas plantadas, que producen vinos mexicanos con las mejores uvas de la región, y con procesos y prácticas que aseguran la más alta calidad. Se puede disfrutar de variedades como Chardonnay, Sauvignon Blanc, Tempranillo, Sangiovese, Malbec, Merlot, Syrah, Zinfandel, Primitivo, Nebbiolo, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Grenache y Pinot Noir.

En sus nueve años de existencia, sus vinos han sido galardonados en diversos concursos nacionales e internacionales. En 2019, Caipirinha 2016 obtuvo el más alto reconocimiento en el Concurso Mundial de Bruselas: la presea al vino tinto Revelación Mundial. En 2021, su tinto Zeus se adjudicó el trofeo especial Gran Medalla de Oro y Revelación México. En los últimos cinco años. El Cielo ha sido la bodega mexicana con más medallas en diferentes concursos internacionales.

Gustavo dice que tienen en su haber más de 60 medallas, obtenidas en el Concurso Mundial de Bruselas, el certamen enológico global de referencia. Su independencia, rigor y proceso de cata garantizan a los consumidores la compra de vinos premiados.“El galardón más importante que hemos recibido es la Revelación Mundial 2019. Nos impusimos entre más de 5,300 etiquetas de 46 países, tras una cata a ciegas realizada por 340 expertos”, nos dice orgulloso. El tinto ganador, Caipirinha 2016, es un vino personalizado hecho con un ensamble de Cabernet Sauvignon, Syrah, Nebbiolo y Malbec, con una estancia de 24 meses en barricas nuevas francesas”.


| El Cielo no es para todos

La mejor muestra de la calidad de sus caldos es el crecimiento de El Cielo Wine Club, que hoy tiene más de 14,600 socios. La membresía Titanium, la más exclusiva de todas y que se adquiere al acumular 100,000 pesos en compras, ya cuenta con 150 socios en tan solo dos años.

El Cielo es una bodega de mediano tamaño. Tiene una capacidad de producción de 400 toneladas de uva, con las que elabora 25,000 cajas de vino al año. El 90% de la uva que utiliza para la producción proviene de sus viñedos.

“Nuestra apuesta es por la calidad, más que por la cantidad. Queremos consolidarnos como una marca de alto valor; queremos crecer en valor de marca, no tanto en volumen de cajas”, dice Gustavo, quien se enfocará en exportar sus vinos al sur de California, donde hay un mercado natural que conoce la bodega, pues El Cielo recibe muchos turistas de esa región. También está interesado en explorar España, pues la gastronomía mexicana está creciendo en el país ibérico.

Entre los planes futuros está la consolidación del hotel, con más experiencias dentro de la propiedad y la instalación de un spa. Gustavo también quiere actualizar la decoración de las habitaciones y seguir invirtiendo en la sustentabilidad de los procesos.

Para la vinícola también hay intenciones. “Queremos seguir creciendo y, para ello, invertiremos en más tecnología. Viajaremos a Burdeos para aprender de los mejores. Los vinos de Burdeos son los que más prestigio han acumulado a lo largo de la historia y han labrado su personalidad y fama gracias a la depuración de sus técnicas vitivinícolas. Asimismo, ampliaremos nuestra bodega de la mano de gente experta. El Cielo no tiene límites”. AN

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