
Industria automotriz: desaceleración en marcha
La desaceleración de la economía mexicana, el menor dinamismo en la creación de empleo y la caída en la inversión están empezando a impactar el sector automotriz. a esto se suman las políticas proteccionistas del presidente Trump, que restringen el comercio y generan un ánimo negativo entre los inversionistas, lo que contribuye a la ralentización de las ventas de autos nuevos, y de la producción y exportación de vehículos y autopartes.
Por: Sergio CastañedaContinua en la historia

| Panorama complicado
Con la llegada por segunda ocasión de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos, el panorama para la industria automotriz mexicana, un sector clave para la economía mexicana por su aportación al Producto Interno Bruto (PIB) nacional, así como por el número de empleos e inversiones que genera, se ha complicado cada vez más, debido a la incertidumbre que generan sus políticas proteccionistas, que incluyen aranceles a los vehículos, autopartes, acero y aluminio producidos en México; así como amenazas a compañías automotrices y proveedores instalados en el país para que trasladen parte de su producción a suelo estadounidense.
A esto hay que sumar la desaceleración de ambas economías, como consecuencia de dichas barreras comerciales, que han provocado un menor dinamismo en la creación de empleo y un menor crecimiento de la inversión en nuestro país, cuyo PIB se contraería este año entre 0.3 y 0.4% en el peor de los casos, según previsiones de especialistas económicos; o crecería 0.1% en el mejor de los casos, de acuerdo a la última estimación de Banco de México (Banxico) y del consenso de analistas de Banamex.
Y los números en el quinto mes del año dan cuenta de ello. La venta de vehículos ligeros nuevos, en mayo pasado, registró su segunda tasa anual negativa de 2025. De acuerdo con las cifras publicadas por el INEGI, en dicho periodo se comercializaron 119,959 unidades, cifra 0.4% menor al número de automotores vendidos en mayo de 2024. Un mes antes, en abril, se comercializaron 108,298 unidades, lo que significó un retroceso de 4.6% en comparación con el mismo mes de 2024, siendo hasta ahora la caída más pronunciada en lo que va del año.
No obstante, en el acumulado enero-mayo, la venta de automotores nuevos en el país sigue siendo positiva, al registrar un incremento de 0.9%, con un total 593,294 unidades comercializadas.
Por lo que respecta a la producción de vehículos en el país, en mayo pasado se produjeron 358,209 unidades, cifra 2% menor en comparación con el mismo mes de 2024. En el acumulado enero-mayo, el número de vehículos manufacturados ascendió a un millón 645 mil 673 unidades, lo que significó una ligera caída de 0.5%.
En cuanto a la exportación de automóviles, en mayo pasado se enviaron 301,112 unidades, cifra 2.9% menor que en el mismo mes de 2024. En tanto, el acumulado de exportaciones en el periodo enero-mayo ascendió a un millón 334 mil 667 unidades, 6.3% menor que en el mismo lapso de tiempo de 2024.
Cabe mencionar que el 93.5% de las exportaciones de vehículos exportados en el periodo enero-mayo se dirigieron a tres países: EU, con un millón 079 mil 690 unidades (80.9%), Canadá, con 136,028 unidades (10.2%) y Alemania (2.4%).
La producción de autopartes en el país también se ha visto impactada negativamente por el entorno actual, pues en los primeros tres meses del año se registró una caída de 8.2%, al sumar 28,487 millones de dólares (mdd), en comparación con 31,031 mdd del mismo periodo de 2024. A pesar del resultado adverso en el acumulado, en marzo pasado la producción presentó una recuperación respecto al mes de febrero, al registrar un avance de 9.95%, con un total de 10,113 mdd.
Al igual que las exportaciones de vehículos, el principal mercado de la industria de autopartes es EU, con el 86.8% de los envíos, seguido de Canadá, con el 3.5%; y Brasil, con el 1%. Cabe mencionar que la balanza comercial del sector en los primeros tres meses del año fue positiva, con 8,729 mdd.

| Desaceleración, estancamiento y recuperación
Para Guillermo Rosales, presidente ejecutivo de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), los resultados obtenidos en los primeros cinco meses del año reafirman la tendencia, que ya venía en curso desde el año pasado, en cuanto a una desaceleración en la demanda de vehículos ligeros.
“Después de la fuerte caída en 2020, año de la pandemia, vino una recuperación en 2021, 2022 y 2023; este último año tuvimos un crecimiento cercano al 23% y ya en 2024 el incremento fue del 10%, lo que indicaba ya una desaceleración; debido a que, por un lado, se terminaron las ventas rezagadas, las de aquellas personas que no habían encontrado forma de adquirir un vehículo durante la pandemia y sus consecuencias. Y, por otro lado, la economía mexicana empezó a desacelerarse. Hoy hay un menor dinamismo en la creación de empleo, un menor crecimiento de la inversión y también de las expectativas, por parte de las empresas, para invertir”, explica el directivo en entrevista con Alto Nivel.
Todo esto en su conjunto, menciona, anticipaba que en 2025 se tendría una continuidad de esa tendencia de desaceleración, que muy probablemente lleve a una línea de estancamiento. “A esto habrá que sumar la llegada por segunda ocasión de Donald Trump a la Presidencia de EU y sus políticas proteccionistas, que restringen la economía y generan también un ánimo negativo dentro de la percepción de invertir. Es un factor adicional que empieza a contribuir a la desaceleración”.
De esta forma, subraya Rosales, las expectativas ya confirmadas que se tienen para la venta de vehículos nuevos en 2025 son de una línea de estancamiento y muy probablemente una ligera caída del 1%; aunque en caso de una menor intensidad de los aranceles y un menor impacto en la economía mexicana, se tendría un cierre de año muy similar a lo que fue el 2024, con cerca de un millón y medio de unidades comercializadas.
El presidente ejecutivo de la AMDA reconoce que el financiamiento para la adquisición de vehículos sigue siendo un factor clave para atenuar dichos impactos. “De hecho, en términos de participación respecto a ventas totales, se encuentra mejor que el año pasado, con el 62%”.
Rosales indica que la competencia entre bancos y financieras ha permitido tener condiciones de oferta favorables para los consumidores, con plazos muy atractivos. “La mayor parte de los créditos están colocados entre 4 y 6 años; y tenemos tasas de interés en línea con la tasa de referencia Banco de México (Banxico). Esto, junto con el buen pago que hacen los consumidores, logra que tengamos una cartera vencida de solo el 1% en crédito automotriz”.
Además, añade, la hipercompetencia que se está viviendo con la llegada de nuevas marcas en los últimos años ha llevado a los fabricantes a ofrecer múltiples promociones, lo que ha contenido los precios en términos reales y ha permitido que no haya una caída estrepitosa del mercado. “El precio de los vehículos se ha incrementado apenas el 0.3%, en comparación con el año pasado, muy por debajo de la inflación. Actualmente existen en el mercado 67 marcas de automóviles en el país”.
Sin embargo, el directivo reconoce que, en tanto no haya una claridad de los términos en los que quedará la renovación del T-MEC, las políticas proteccionistas del presidente Trump seguirán siendo un freno para la economía mexicana y el crecimiento del mercado interno automotor.
“De acuerdo con las estimaciones, esta tarea no quedará concluida sino hasta el segundo semestre de 2026; por lo que estimamos que el mercado interno automotor seguirá en esa línea de estancamiento en 2025 y 2026, con una probabilidad alta de que, para el 2027, empiece una nueva fase del ciclo de la economía que nos permita recuperar la expansión de las ventas”, explica.

La desaceleración de la economía mexicana, el menor dinamismo en la creación de empleo y la caída en la inversión están empezando a impactar el sector automotriz.

| Nuevos desafíos comerciales
Por lo que hace a la producción y exportación de vehículos y autopartes, Monex indica que, en seguimiento a las políticas proteccionistas de EU, en la nueva era del comercio mundial y particularmente a las tarifas impuestas del 25.0% a los vehículos ensamblados en México y Canadá que no cumplan estrictamente con las reglas de origen del T-MEC, a finales de abril de 2025 se concretó un acuerdo preferencial trilateral, en el cual se estipula una reducción arancelaria entre el 40 y 50%, sobre el arancel general previamente establecido.
Con esta medida, explica el grupo financiero en un análisis sobre la industria automotriz, los vehículos mexicanos y sus autopartes pagarán un impuesto promedio del 15.0% para acceder a territorio estadounidense, aunque para obtener dicha ventaja será primordial cumplir con algunos requisitos particulares, principalmente con el porcentaje del contenido fabricado en EU; lo anterior, a fin de incentivar una mayor integración del contenido regional del sector.
Pese a la reciente negociación, menciona, los resultados de abril pasado de la industria automotriz nacional reflejaron las primeras afectaciones de las barreras establecidas previamente, con notorios retrocesos en los indicadores de vehículos ligeros y pesados, en particular en el volumen de producción (-9.1% anual) y exportación (-10.9% anual).
Asimismo, subraya Monex, los datos al primer cuatrimestre de 2025 confirman un entorno desafiante para la industria automotriz mexicana; ya que, si bien la producción ha mostrado resiliencia, impulsada por la demanda interna, las exportaciones hacia EU registran una caída del 6.6% año contra año, lo que marca una de las contracciones más severas desde la pandemia de 2020, cuando presentó un decremento del 25.8% año contra año.
Bajo esta coyuntura, la institución financiera considera que el balance de riesgos para el crecimiento en la actividad de la industria automotriz del país presenta un sesgo a la baja, atribuido a las políticas proteccionistas de EU, que repercuten en la estrecha interdependencia de las cadenas de suministro; y particularmente por la desaceleración de la economía nacional.
Hacia adelante, señala, será fundamental que las recientes negociaciones con EU, referentes a la reducción del arancel de 25.0% para automóviles y autopartes, se consolide por tiempo definitivo a fin de garantizar las ventajas comparativas de México; lo anterior, aunado a la elevada participación de mercado de EU en las exportaciones de vehículos mexicanos (81.4%).

| Una industria resiliente
¿Cómo han sido estos primeros cinco meses del año para la industria de autopartes en México? Han sido meses erráticos, confusos, de poca confianza y, a su vez, de una desventaja competitiva positiva, considera Francisco González, presidente ejecutivo de la Industria Nacional de Autopartes (INA).
“No sabemos qué juego estamos jugando con EU, nuestro principal socio comercial y mercado de exportación. Tenemos cinco niveles de estado dependientes de Trump: el primero es lo que dice, el segundo lo que tuitea, el tercero es la orden presidencial, el cuarto es el Registro Federal, que viene siendo básicamente el orden de las cosas que se van a dar; y el quinto es la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EU (CBP, por sus siglas en inglés), que es el que cuenta para nosotros”, explica.
Sobre la desventaja competitiva positiva, dice que suena raro, pero es que el presidente Trump le ha pegado tanto a todos con sus políticas proteccionistas, con sus aranceles, con su guerra comercial directa con China, con Asia, que el resultado es que a México lo ha dejado en una posición, si no de ventaja, sí de menos desventaja frente a otros competidores.
González reconoce en entrevista con Alto Nivel que ha bajado la producción en términos netos por la incertidumbre que prevalece; esto, a pesar de que las ventas aumentaron en cierto momento, porque se buscaba tener más inventario en bodegas.
Pese a ello, el directivo estima que la industria de autopartes cerrará el año con crecimiento, porque las piezas que estaban incorporando las armadoras en EU, que traían de otras partes del mundo, van a tener que pagar un arancel del 25, 20 o 10%, y en el caso de México la gran mayoría van a estar exentas, con excepción de productos clasificados como derivados de acero y aluminio, que pagarían un arancel del 25 al 50%.
“Entonces, sí tuvimos una caída en ventas en el primer trimestre, pero estamos viendo una recuperación en el segundo trimestre y creemos que cerraremos el año con crecimiento, aunque será marginal, del 1%; pero, bueno, cualquier crecimiento es positivo. El valor de la producción para 2025 sería de alrededor de 15,600 mdd”, detalla.
En cuanto al traslado o reubicación de operaciones de producción a nuestro país, mejor conocido como nearshoring, González indica que este no está siendo afectado por las políticas proteccionistas de Trump, pero sí por los problemas de infraestructura, energía eléctrica, agua y seguridad, que presenta el país.
“En nuestro caso, siguen llegando nuevas empresas, inversiones, pero la escasez de naves industriales, la falta de infraestructura, de energía eléctrica, de agua, complican cada vez más su arribo a nuestro país. Contamos con el apoyo del gobierno en todas las áreas, pero ha sido tal el crecimiento, la demanda de espacios, de servicios, que se necesita una intervención más fuerte”.
Bajo este entorno, ¿cuál es el panorama para el sector en la segunda mitad del año?, ¿qué se espera en el 2026? El presidente de la INA cree que seguirá la incertidumbre, pero más pausada, porque inclusive ya dentro de la administración del presidente Trump las cosas se están complicando; personajes como Jerome Powel, presidente del Sistema de la Reserva Federal; el mismo Elon Musk y otros adeptos cercanos a magnate ya están empezando a dudar.
“El efecto de los aranceles va a impactar cada vez más fuerte los bolsillos de los votantes, de su gente, y eso va a tener una serie de repercusiones que ayudarán a que el presidente estadounidense reconsidere su política proteccionista; así que vamos a tener una situación distinta, seguramente en la parte del desarrollo del sector”, concluye. AN