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LA SALSA MACHA QUE QUIERE SER REFERENTE DE MÉXICO

Silke Gérman empezó a hacer en su casa salsa macha para su familia, amigos y vecinos. Hoy La Comandanta está en 350 puntos de venta.

Por: Estivaly Calva Swipe

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La salsa macha La comandanta surgió en casa de Silke Gérman; y hoy es la más vendida en México en su categoría. Se distribuye en 350 puntos de venta. Es una receta propia de esta emprendedora, que creó para su familia y que regalaba a sus amigos. Sin embargo, llegó el día en que sus propios conocidos le pidieron que mejor les vendiera el producto.

En su cocina, Silke esterilizaba los frascos de mayonesa o mostaza y, según el tamaño le ponía un precio. Pero cada vez llegaba más y más gente que le pedía su salsa, hasta que un día ella se convenció de que era “un súper producto”.


El sabor les ha abierto todas las puertas

Al inicio Silke contrató a una persona para que fuera una vez por semana a ayudarle, luego dos veces y después tres veces por semana. Posteriormente, rentó una cocinita y de ahí creció a una cocina industrial y ahora ya está en una planta pequeña. “En mi casa se preparaban como cinco cajas de 24 piezas por día. Cuando llegué a las 500 piezas por semana, decidí rentar una cocina”.

Hoy la salsa macha La Comandanta está en la cadena City Fresko, La Comer, H-E-B, el Palacio de Hierro, Liverpool, Williams Sonoma, Jüsto, Amazon en México y Estados Unidos; y otras tiendas especializadas. El sabor les ha abierto todas las puertas.


Gracias al éxito de la salsa macha La Comandanta, también cuentan con maquilas de salsas machas que los han buscado porque han ganado de forma totalmente orgánica este lugar de ser el referente La marca ha crecido 100% de manera orgánica. Hasta el momento nunca han invertido en pauta en redes sociales y mucho menos en una campaña de publicidad.

“Lo que la gente conoce hoy de la marca es gracias a lo que hemos publicado en redes; a lo que mencionamos en los empaques; a las múltiples entrevistas que nos han hcho en medios gastronómicos de México y EUA (sin costo alguno); y mucho, por el inigualable sabor de nuestra salsa macha y la calidad premium de nuestros productos”, señala la entrevistada.

También le ayudó mucho a esta emprendedora ser Amazon´s Choice en la categoría de salsa macha tanto en México, como en Estados Unidos por casi dos años consecutivos, pues Amazon es un gran escaparate para que te conozcan.

Si tú le preguntas a la inteligencia artificial cuál es la mejor salsa macha de México, en primer lugar, aparece La Comandanta. “A la gente realmente le fascina nuestra salsa y la recomienda; o la compra y la regala”, dice la entrevistada.


La transición de empleada a emprendedora

Antes de emprender, Silke era la vicepresidenta de planeación estratégica de BBDO, una agencia global de publicidad. Su carrera de 15 años siempre había estado enfocada en marketing y publicidad, ahí aprendió a hacer estrategias de propósito de marca y de comunicación.

Entonces decidió dejar ese trabajo y crear su marca. Pero tuvo que empezar a trabajar como consultora para sustentar sus gastos. “Cuando uno quiere emprender hay dos opciones: alguien que te patrocine o trabajar en dos cosas al mismo tiempo”, dice Silke. Cuatro años pasaron, en los que se dividía en las dos tareas. “Tenía el trabajo que me daba de comer, pero realmente no me llenaba el alma. Ahora finalmente ya me dedico a mi negocio desde hace tres años”.


Una marca que te enorgullezca

“Crea tu propia marca que te sientas orgulloso de representar y que tenga todos los valores en los que crees”, recomienda la entrevistada. Por esas fechas que estaba en transición de empleada a emprendedora, Silke compró un terreno en Tlayacapan Morelos e hizo una casita que visitaba cada fin de semana. Ahí conoció a productores de frijoles de variedades exóticas en peligro de extinción. Hoy, La Comandanta ha vendido cinco toneladas de frijol a Estados Unidos y Singapur; y está por enviar a Europa.

Esto ha sido posible porque esta emprendedora se ha empeñado en ofrecer la mejor calidad de frijol que existe hoy en México: sin agroquímicos, de colores y tamaños hermosos, nunca antes intervenidos por la agroindustria, crecido en tierras de productores mexicanos de pequeña escala; frijoles seleccionados a mano y empaquetados bajo una imagen premium, dándoles todo el valor que realmente merecen estas “joyas” o semillas criollas.

“Todo esto hizo que nuestro primer cliente fuera City Market. Hoy, después de nueve años, hemos logrado promover y ofrecer más de 10 variedades nunca antes vistas en supermercados en México, ayudando así, a su preservación”, afirma.

Antes, en las ciudades, no se escuchaba hablar del frijol ayocote morado. Nadie sabía qué era. Hoy gracias a su demanda más productores han vuelto a sembrarlo pues ya existe el mercado. La línea de frijoles es vendida tanto empaquetada como a granel (ayocote morado y amarillo, vaquita negro y rojo, moro, san francisco, sangre de toro, ensaladilla, palacio, etc.).

La Comandanta también tiene en su catálogo el chilpetín silvestre, piloncillo, jamaica, miel, mole, maíz azul criollo para tortillas, sal de mar, totopos y tostadas horneadas, entre otros productos. El 50% de las ventas de La Comandanta se las lleva la salsa macha en diferentes presentaciones: estándar, familiar, jumbo la de 3 kg, etc. “Este producto es súper exitoso. Rota rápido y abre el camino a los demás productos del catálogo”.

 


La Comandanta

A Silke, sus amigos le dicen “La Comandanta”, porque ella es muy directa, real y honesta. “Siempre te voy a decir lo que creo y pienso. No soporto la doble cara y la mentira. Soy mexicana, pero tengo orígenes de Alemania. Soy práctica y muy clara. En México a la gente le cuesta ir al grano. Me gusta hablar con la verdad y no exagerar las cosas. También soy muy solidaria”, comenta.

Esta emprendedora ha viajado por México con una idea en mente: “La Comandanta tiene que proveer una canasta básica mexicana con alimentos de la mejor calidad”. “La verdad es que nosotros hacemos toda esa labor de ir al campo para que la gente de la ciudad no tenga que ir hasta un pueblo recóndito a comprar este tipo de alimentos”.

En cuanto a dar el brinco del proceso manual a industrial, Silke Gérman comenta que ha sido lento. Apenas compró una envasadora un poco más automatizada. “Realmente seguimos haciendo mucha labor internamente y manual. En este momento estamos abriendo un laboratorio; y como tengo un nuevo socio, ya empezamos una nueva etapa donde vamos a poder comunicar más lo que hacemos”, concluye.

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