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TOROTO, CÓMO RECONCILIAR A LAS EMPRESAS, LAS COMUNIDADES Y LA NATURALEZA

Esta Pyme comercializa bonos de carbono a compañías que quieran resarcir el daño que le han hecho a la naturaleza y que puedan ser empresas neutras en impacto ambiental.

Por: Estivaly Calva Swipe

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La humanidad enfrenta una situación de extrema urgencia: la crisis climática. La emisión desmesurada de gases de efecto invernadero en la atmósfera es cada vez más preocupante. Una forma real de mitigar el daño que han causado las empresas a la atmósfera es a través de proyectos de compensación de carbono.

Esto hace Toroto, el emprendimiento de Santiago Espinosa de los Monteros Harispuru, que vende bonos de carbono a compañías que quieran resarcir el daño que le han hecho a la naturaleza y así lleguen a ser empresas neutras en impacto ambiental.

En entrevista, Santiago explica que una forma efectiva de compensar carbono es mejorando la salud de la tierra de los bosques.


México emite aproximadamente el 1.4% de las emisiones globales y es la decimosexta economía mundial.

La compensación de carbono es una herramienta poderosa y eficaz para combatir la crisis climática -asegura el emprendedor-. “Si regeneramos cualquier pedazo de suelo hay mayor biodiversidad, y, por lo tanto, podemos secuestrar carbono y almacenarlo en los árboles”, explica el entrevistado. Los proyectos de compensación de carbono se pueden medir y verificar. Año tras año, Toroto mide (literal) la anchura y altura de un árbol que está creciendo en la selva. También conocen su volumen, densidad o masa.

Lo que me ha enseñado la naturaleza es que, si le damos empujones suficientes en la dirección correcta, es profundamente colaborativa y hace un trabajo de regeneración bellísimo.

 


Los grandes compradores

Por cada tonelada de dióxido de carbono que Toroto logre secuestrar de la atmósfera, hay una empresa que paga esos bonos de carbono para resarcir el daño que hace al medio ambiente con sus operaciones diarias. Microsoft, por ejemplo, ha comprado 17 millones de bonos de carbono en el último año. Cada tonelada cuesta entre 10 y 20 dólares.

“Nosotros le vendimos a Microsoft 243,000 bonos de carbono este año; y esos recursos se van a la restauración de la selva de Calakmul en Campeche. Otros grandes compradores son Delta, Disney y Mercado Libre”, señala Santiago Espinosa de los Monteros, cofundador y CEO de Toroto.

“Lo que vendemos son bonos de carbono, lo que es un tema hiper técnico. Cuando empezamos Toroto en México había cinco proyectos emitiendo bonos de carbono. Hoy existen 200 aproximadamente. El mercado de secuestro de carbono ha crecido como 40 veces del 2019 al 2024”, explica el emprendedor.

 


La disciplina como motor

Toroto es una empresa socioambiental de 60 personas de tiempo completo y llegan a ser un equipo de 200 personas en 11 estados de la República Mexicana, haciendo obras no solo de secuestro de carbono forestal, sino de conservación y restauración ecológica; y estrategias climáticas y ambientales.

“Para mí un acto muy presente en este momento es que disciplina mata pasión”, dice Santiago. Comparte que no era tan disciplinado cuando empezó a emprender, sino que era muy apasionado. “La pasión es una gran fuente de motivación y combustible, pero no todos los días despiertas con un entusiasmo brutal. Tu disciplina como líder de vivir procesos y rituales todos los días te lleva muchísimo más lejos que la pasión. Pero ambas cosas son importantes”.

Así nació Toroto en 2019 para restaurar y conservar los ecosistemas de forma sostenible y de la mano de comunidades campesinas y empresas como Grupo Modelo y Coca-Cola.


Los hábitos en Toroto

Hábitos Atómicos es un libro que recomienda Santiago para tener herramientas concretas y desarrollar muy buenos hábitos, que son la base de la disciplina, la cual tiene dos grandes pilares: vida personal y profesional.

“En Toroto todos los lunes leemos lo que escribió el viernes el director comercial, el director de operaciones o la directora de RH. El lunes, leo. El viernes, escribo”, explica el emprendedor.


Los socios

No habría Toroto, si Santiago no hubiera elegido a los socios correctos. “Tengo los mejores socios que pude haber imaginado”, asegura. Rocío y Pilar Harispuru, y David Camhi de la Tejera. “Muchísimas veces ya habríamos tirado la toalla a no ser porque nos tenemos los unos a los otros como grupo de cofundadores. Definitivamente, el consejo sería: nutre tu red de apoyo de manera muy generosa porque la vas a necesitar. Hay que dedicarle tiempo”.

Pero tienes que asegurarte de generar acuerdos con tus socios. No es necesario contratar un abogado -señala-. Pregúntate ¿qué pasaría si alguno de los cofundadores quiere estudiar una maestría o si desea salir de la empresa a los cuatro años? ¿O qué sucedería si muere uno de los socios o tiene un problema de salud y no puede seguir?


El tip concreto es un acuerdo clarísimo de accionistas desde el día uno de la empresa. En el que entren todos los qué pasa más incómodos que puedas imaginar.

Para Santiago y sus socios, un emprendimiento no puede impedirte vivir. Esa es la filosofía que Toroto puso en su acuerdo entre accionistas y ha sido maravilloso para ellos. “Es válido que tu prioridad no sea siempre tu empresa. Tienes que vivir, estudiar, enamorarte, casarte, viajar, tener perros o hobbies”, expresa.

Hoy Toroto es una empresa rentable que tiene la misión de lograr reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que se van a la atmósfera. “Es extremadamente urgente actuar, restaurando la tierra con financiamiento de grandes empresas”, concluye.

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