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Estrategias

LOS RETOS DE LA SUCESIÓN FAMILIAR Y CÓMO SUPERARLOS

Hacer un plan de sucesión que contemple situaciones no previstas, como un fallecimiento, podrían hacer una transición más segura y jugar un rol determinante en la continuidad del negocio.

Por: Daniela Ramos Swipe

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En nuestro país, la familia y negocios suelen ir de la mano más de lo que podría pensarse. De acuerdo con la última edición de la Radiografía del Emprendimiento en México, 55% de los emprendimientos son de tipo familiar y durante los tres primeros años de vida la tercera fuente de capital reportada fueron precisamente los recursos provenientes de parientes o amigos.

Un retiro planeado o un repentino fallecimiento son algunas de las razones por las que es necesario pasar las riendas a las siguientes generaciones y es esta decisión la que puede desatar una serie de problemáticas o toma incorrecta de decisiones que podrían poner en la cuerda floja todos esos años de arduo trabajo.


El estudio Nivel de progreso de las empresas familiares 2022 realizado por IPADE Business School y BBVA mostró que un 55% de este tipo de negocios está en peligro de desaparecer por no tener un plan para cuando el líder de la compañía tenga que dejar su cargo.

Decirle adiós a “la cabeza” de la empresa sin haber elegido previamente a su sucesor no solo impacta la salud y continuidad del negocio, también puede desatar una batalla innecesaria por el poder y repercutir negativamente en la armonía familiar pues su patrimonio, a partir de ese momento, tiene un futuro incierto.


Queda entonces en evidencia la urgencia de que las empresas familiares comiencen a desarrollar planes para ceder el mando cuando llegue el momento, pero ¿por dónde iniciar?

Uno de los primeros pasos es institucionalizar a estas organizaciones, dotarlas de una estructura en la que claramente se establezcan roles, responsabilidades y procesos, mismos que serán el eje de toda transición.

 


Una vez definido ese organigrama será momento de resolver una pregunta complicada: ¿quién será el nuevo al mando? En este punto, si bien el corazón puede mandar, la razón debe privilegiar pues hay que elegir con sabiduría a esa persona que, por sus capacidades, afinidad, compromiso, valores y responsabilidad, sea quien no solo mantendrá, sino que impulsará el negocio.

Con la decisión tomada, hay que comunicarla a todas las personas interesadas y procurar llegar a un acuerdo, esto será vital para que todos se suban a bordo de la nueva etapa del proyecto y lo lleven a buen puerto.


Posteriormente, se tiene que planear y dejar por escrito el proceso de transición, este documento será el que guíe todos los pasos y decisiones a tomar en el lapso desde que el antiguo líder deja la silla hasta que el sucesor asume su nuevo rol.

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