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PIXYALBUM, LA HISTORIA DE UN PROYECTO DE UNA MAMÁ PARA OTRAS MAMÁS

Al no encontrar un servicio en México, Marisa Álvarez decidió crear Pixyalbum, un proyecto que ayudaría a más mamás que, al igual que ella, querían tener álbumes físicos.

Por: Daniela Ramos Swipe

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La necesidad de preservar las memorias de sus pequeños impulsó a Marisa Álvarez a crear Pixyalbum, un prometedor negocio de álbumes de fotos que rápidamente se posicionó en el mercado. Conocer a su segmento de mercado, ofrecer soluciones a sus necesidades y crear una experiencia sencilla, fueron claves para que el ecommerce de la emprendedora llegara a niveles inimaginados.

Administradora de empresas de profesión, Álvarez, quien durante varios años trabajó en grandes corporaciones, hizo una pausa laboral para dedicarse de lleno a la crianza de sus tres pequeños. Sin embargo, fue precisamente la maternidad la que la impulsó a volver al ruedo, ahora con un retador proyecto personal que pasó de ser un taller en casa a una gran compañía.


Marisa confiesa ser una “fotógrafa frustrada” pues siempre tuvo interés en capturar momentos, especialmente tras convertirse en mamá. Para retratar todos y cada uno de esos instantes, siempre cargaba con su cámara y lentes; sin embargo, a pesar de tener grandes fotografías se enfrentaba al problema de qué hacer con ellas.

Fanática de tener impresos esos recuerdos, buscó opciones que le permitieran conseguir la versión física de sus fotografías y únicamente en Estados Unidos encontró respuesta a sus necesidades. Durante algún tiempo fue esa la única alternativa, no obstante, estaba lejos de ser la ideal pues el proceso era tardado, caro y complicado.

Toda esta experiencia más el hecho de no encontrar soluciones prácticas en México, la llevó a crear un concepto funcional. “¿Y si hago una aplicación que desde el celular puedas armar tus álbumes y desde ahí lo imprimas y que sean baratos, para las fotos diarias del celular?”, recuerda Marisa.


Una red de apoyo para convertir una idea en realidad

Al platicar la idea con su esposo surgió la pregunta sobre si esta era realmente una necesidad de más personas. Para descubrirlo, Marisa preguntó en grupos de mamás en Facebook si, al igual que ella, les gustaba imprimir sus fotos. Las respuestas le abrieron los ojos de lo que debía hacer pues muchas mujeres, a pesar de quererlo, no lo podían hacer porque no encontraban opciones o las que existían eran costosas o poco convenientes.

Fue así como, en 2018, Marisa Álvarez trajo al mundo a su “cuarto hijo”: Pixyalbum. Con ayuda de su esposo, se asoció con un especialista en tecnología que desarrolló la aplicación, convirtió su sala en su imprenta para que realmente fuera rentable, y comenzó con la difusión y venta de sus primeros álbumes.

A tres meses de haber iniciado operaciones, Marisa logró entrar a una aceleradora que, aunque sí aportaba capital, lo más valioso que le dejó fue el conocimiento. “Eso fue lo que cambió la verdad el rumbo del negocio […] porque entras a un programa de cuatro meses en donde tienes mentores en todas las áreas que se sientan contigo a revisar tu plan de negocios, de marketing, finanzas, cómo armar un equipo, etcétera”.


El balance entre la vida profesional y personal

Tras su paso por la aceleradora, el negocio comenzó a crecer y la emprendedora se percató del gran potencial de la compañía que había fundado. Sin embargo, también fue en ese momento cuando la necesidad de delegar se volvió evidente, y no solo en términos de la empresa sino a nivel familiar.

La dinámica en el hogar de la empresaria se transformó radicalmente y las tareas de la casa se dividieron para que ella pudiera dedicar más tiempo a crecer la prometedora empresa que había fundado. El proyecto comenzó a demandar más de su tiempo, lo que también la obligó a tener una plática con sus hijos para explicar la situación.

Durante la etapa de crecimiento, Marisa Álvarez dedicaba gran parte de sus días a Pixyalbum, especialmente porque existía la posibilidad de expansión a nivel regional. Sin embargo, esto también hizo que sus prioridades cambiaran, aunque no necesariamente de la forma correcta.

Un importante tema de salud con uno de sus hijos hizo que la emprendedora replanteara a qué debía dedicarle la mayor parte de su tiempo y energía, a lo que la respuesta fue obvia: su familia.

 


Los retos de montar un ecommerce en una aplicación

Como cualquier desarrollo digital, éstos requieren de constantes cambios por lo que la aceleradora aconsejó tener un equipo de tecnología interno. Este movimiento fue clave pues permitió hacer las adecuaciones necesarias para ofrecer a los clientes una experiencia positiva.

Otra de las claves de éxito en términos tecnológicos fue el desarrollo de un software propio a partir de lo que los clientes necesitaban, el cual ayudó a facilitar su navegación. “Nosotros hicimos un software pensando en una mamá que quiere imprimir las fotos que tiene en el celular. Que no tiene tiempo, ni sabe de diseño, ni quiere gastar mucho en este producto”.

El mundo de las aplicaciones tiene, además, sus propios retos como el hecho de conseguir descargas o registros, lograr las conversiones, etcétera. Para quienes operan bajo este modelo de negocio, hay un factor a considerar que es convencer a alguien que tu plataforma es lo suficientemente valiosa y confiable como para que le destines un espacio en tu equipo.

Para Marisa, lograrlo ha requerido de una sólida estrategia de marketing, pero, sobre todo, de brindar un servicio de atención a clientes de excelencia. Y es que tener un producto de calidad, una experiencia de navegación y compra positiva, más una respuesta oportuna a cualquier necesidad, se convierten en la clave de éxito. Todo esto es lo que ha llevado a que Pixyalbum haya pasado de ser un pequeño emprendimiento casero, a una sólida y destacada compañía que, incluso, ya es fuente de empleos.

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