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Opinión

El cambio tecnológico exige un repensamiento social

Por: Laura Iturbide Galindo Swipe

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Ahora que el mundo vive una guerra encarnizada entre rusos y ucranianos, surge la pregunta: ¿para qué tanta tecnología y tanta innovación que incluso nos las venden tan sofisticadas, si no se usan para la inclusión y tampoco para la paz? ¿Dónde quedó esa visión humanista?

¿Pero aún más, en ausencia de guerra, las tecnologías promueven la paz? Sí, ya sabemos que las grandes inversiones están alineadas a crear eficiencias y productividad, reducir costos, a agilizar procesos, optimizar operaciones, brindar la competitividad del negocio y a una lista interminable que los economistas solemos incluir.

¿No sería también importante darle una mirada a la disminución de la desigualdad y de la pobreza, a la equidad de género, a las oportunidades de participación en los mercados, al respeto ambiental, entre otras muchas?

Las grandes inversiones están alineadas a crear eficiencias y productividad, reducir costos, a agilizar procesos, optimizar operaciones, brindar la competitividad del negocio y a una lista interminable que los economistas solemos incluir.

¿Ahora mismo, los precios galopantes de petróleo y gas, nos retrasarán el reloj de las cero emisiones? ¿O esta coyuntura pudiera ser usada por las grandes petroleras para reinventarse aún más, a acelerar las anheladas inversiones en la transición energética? Ya hay pronunciamientos…”la invasión rusa no debería detener el tránsito verde” y la moneda está echada en el aire.

| Cambio estructural

Sin duda, momentos de reflexión frente a la realidad que se nos yergue. La transformación digital adelantada con la pandemia, trastoca ya a todas las actividades del ser humano y construye un gran cambio estructural, pero qué penoso fuera si este solo sirviera como el pretexto para una mayor marginación. Nos merecemos un avance tecnológico que nos ayude a superar barreras geográficas y sociales y permítanme la expresión, humanitarias.

Sí, inversiones inimaginables en nuevos y atractivos mercados, pero incluyentes y claro que el retorno es basto, pero hay que buscar el cambio y no dejarse ir por una inercia paranoica de una “revolución tecnológica” desconectada, deshumanizada.

Nos merecemos un avance tecnológico que nos ayude a superar barreras geográficas y sociales y permítanme la expresión, humanitarias.

Y los desafíos son muchos, así como las preguntas, como por ejemplo: quién o quiénes son capaces de liderar el cambio tecnológico. De no tener las competencias adecuadas para ejecutarlo y otra vez encontrarnos con el embudo. O bien la dualidad de enormes empresas montadas en el estado del arte y las pequeñas y medianas empresas sobreviviendo, que van adquiriendo tal o cual tecnología, haciendo pegotes a sus modelos de negocio, limitadas por recursos y viviendo un mundo asimétrico, en todos los sentidos.

| Cambio cultural empresarial

Todo esto parece que llama a un cambio cultural empresarial de primera instancia y de conciencia en segunda instancia y esto va más allá de dinero y rendimientos, sino de una verdadera transformación estratégica. O bien, la maldición de siempre que se hará realidad, tarde o temprano… “aquellas empresas que no pudieron acceder o subirse al cambio, tendrán que morir”.

Y hoy, cuando esto llama a nuestra puerta, parece que vemos cada vez más un retroceso que nos ahoga, que invalida, que nos muestra un futuro poco esperanzador en el país: ni para bien e incluso, para mal.

En este entorno de dura realidad que nos confrontó y lo sigue haciendo ¿por qué no darle una oportunidad a la revalorización de la conciencia social y ambiental?

Es por ello desde cualquier rol, desde cualquier trinchera debemos esforzarnos más, aunque no tengamos el apoyo e incluso naveguemos a contracorriente. Como me

dijo un buen profesor californiano… “un buen proyecto siempre encontrará financiamiento” y necesitamos muchos proyectos de impacto social que abonen y promuevan la paz.

En este entorno de dura realidad que nos confrontó y lo sigue haciendo ¿por qué no darle una oportunidad a la revalorización de la conciencia social y ambiental? ¿Qué más necesitamos vivir y experimentar para hacer una cruzada por la paz, por las palancas técnicas y de innovación que nos permitan apostar de mejor manera por éstas? AN

 

Por Laura Iturbide Galindo

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