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Reportaje

Paola Escoto: agente de cambio que inspira pasión

Ella es Paola Escoto, la mexiquense que no solo ganó un certamen que empodera a mujeres con algún tipo de discapacidad motriz, sino que quiere ser agente de cambio.

Por: Claudia Cerezo Swipe

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Paola Escoto

Miss Wheelchair Estado de México 2021/2022


| Una reina de belleza

Valiente, auténtica, apasionada y comprometida con ella misma y con las actividades que lleva a cabo. Así se define Paola Escoto, la maestra de educación especial que ganó el certamen Miss Wheelchair Estado de México 2021/2022, evento que promueve la inclusión y busca la visibilidad y el empoderamiento de las mujeres que padecen de algún tipo de discapacidad motriz, con la finalidad de que descubran y potencien sus fortalezas.

“Siempre me han llamado la atención todas las cuestiones relacionadas con la belleza y el modelaje. A pesar de mi situación de discapacidad, desde los 15 años de edad comencé a fortalecer mi amor propio, autonomía e identidad, y vi en Miss Wheelchair la oportunidad de seguir creciendo en ese sentido, así que decidí participar”, me cuenta Paola, una mujer bella por fuera y por dentro, que quiere ser un canal de inspiración para otras mujeres.


| Queremos dejar de ser invisibles

De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020, en México hay poco más de 6 millones de personas con algún tipo de discapacidad (4.9 % de la población total del país). De ellas, 47 % son hombres y 53 % son mujeres.

La exclusión social que viven muchas mujeres con discapacidad no permite su desarrollo como personas individuales. Por ello, necesitan ser formadas en empoderamiento para la igualdad, así podrán solicitar a la sociedad los espacios que les corresponden y detectar las desigualdades para reivindicarlas. Y justo esa es la llamada de Paola: “Queremos dejar de ser invisibles y tener la oportunidad de gritar al mundo que las mujeres con discapacidad estamos aquí para luchar por nuestros derechos con la legitimidad que nos da el hecho de ser personas diferentes, diversas y totalmente capaces”.

Y continúa: “Con o sin discapacidad, las mujeres debemos amarnos, sentirnos bonitas, tener seguridad y confianza en nosotras mismas y demostrarlo al mundo. Debemos ser conscientes de lo que somos y de que aportamos mucho a la sociedad. Y si tenemos una discapacidad, debemos darnos la oportunidad de salir a la calle, usar vestidos, hacernos visibles… A pesar de los avances en materia de inclusión, es una realidad que cuando hay una discapacidad de por medio, muchas personas se excluyen a sí mismas de la sociedad. [Esas personas tienen que] trabajar en su amor propio, autonomía e independencia, y permitirse establecer relaciones. No solo tenemos que exigir nuestros derechos; también debemos dar, compartirnos con las personas y con la sociedad. Tener una discapacidad no es motivo para aislarse o excluirse”.


| Al cuarto día, salir adelante

Paola era una bebé cuando fue diagnosticada con espina bífida oculta, es decir, tenía un pequeño hueco en los huesos de la columna vertebral porque su espina dorsal no se formó por completo durante el embarazo. Eso afectó la zona lumbar y sacra de su columna. “Mi cadera izquierda tampoco estaba bien formada, así que a los seis meses de edad tuve mi primera cirugía de columna. Los doctores no sabían si podría caminar o hablar, o si tendría otras secuelas”.

El ingreso a la escuela fue una de las etapas más difíciles en su vida, porque fue víctima de bullying. Tenía tan solo tres años de edad. “En mi familia siempre fui tratada como una persona normal, hasta que entré al kínder. Mis compañeros no se querían juntar conmigo y ahí me di cuenta de que yo era diferente de los demás niños, porque mi pierna izquierda era más corta y tenía que usar aparatos para caminar y zapatos ortopédicos. Tuve que aprender a manejar esa situación, pero mi abuelita fue un gran apoyo; siempre me alentó. Me dijo que así eran las cosas, pero que yo no tenía que dejarme caer por lo que la gente dijera. Me alentó a llevar una vida feliz y a ser segura de mí misma. Me enseñó que uno es quien se pone limitantes”.

Ser resiliente, tener el apoyo de su familia y seres queridos, y llevar una rehabilitación integral, con apoyo médico y psicológico, fueron fundamentales para que saliera adelante. En la escuela, una maestra psicóloga la ayudó a aceptarse a ella misma y a potenciar sus talentos y trabajar en sus áreas de oportunidad.

“Cuando inicié el proceso para someterme a una cirugía de amputación, también requerí de apoyo tanatológico, porque iba a perder una pierna. Yo iba a cumplir 29 años. La vida me ha enseñado a no rendirme, sino a tener ímpetu por la vida. Los seres humanos debemos ser resilientes; aunque las cosas se compliquen, debemos sabernos sobreponer. Es válido que en algún momento nos sintamos tristes, decaídos o hasta deprimidos. Hay que darnos permiso de sentirnos mal dos o tres días, pero al cuarto día hay que levantarnos y encontrar la manera de salir adelante. Si nos cuesta trabajo, debemos tener la humildad y la sabiduría para pedir ayuda, ya sea a una persona de confianza o a un profesional de la salud mental”.


| Mujer solidaria

Paola es una mujer muy activa: corre, nada y a veces va al gimnasio. Forma parte de un grupo de baile en el estudio Dance on Wheels, que ayuda a las personas en silla de ruedas a desarrollar habilidades para aprender a bailar. La natación es su deporte favorito, pues además de servirle para su rehabilitación, la tranquiliza. También ha saltado en paracaídas, montado a caballo y hecho rappel. Algunas veces utiliza prótesis, muletas o silla de ruedas para desplazarse.

“No importa que tengamos una discapacidad. Las mujeres podemos hacer cosas, aunque nos tome más tiempo. Cuando tú das cinco pasos, tal vez yo doy dos; lo importante es hacerlo, aunque nos cueste trabajo”.

Además de desempeñarse como maestra, realiza muchas actividades altruistas, tratando siempre de impulsar la educación en las personas con discapacidad. Desde los 15 años de edad es voluntaria en Fundación Teletón y ahora también da clases y talleres de lengua de señas mexicana para la comunidad de sordos, sus familias y maestros. Incluso ha grabado videos y traducido algunos de los contenidos de los libros de la SEP para que niños sordos que viven en comunidades marginadas aprendan la lengua y puedan comunicarse.

En su iglesia, participa en ministerios infantiles, impartiendo clases bíblicas. Con otro grupo de voluntarios enseña empoderamiento y manejo de emociones a niños. “Con el confinamiento provocado por la pandemia, nos dimos cuenta de que los niños empezaban a hacer suyos los problemas de sus papás y comenzaban a padecer trastornos psicológicos. Entonces diseñamos talleres para que los niños se conviertan en embajadores de la paz y la alegría en sus hogares. Les ayudamos a identificar y trabajar sus emociones con técnicas de inteligencia socioemocional”, explica Paola. Todo lo que ella realiza, enriquece su vida espiritual y emocional.

Con muchos metas y sueños, y su mirada y su confianza puestas en Dios, Paola quiere convertirse en agente de cambio. “Yo he tenido el apoyo de muchas personas a lo largo de mi vida y por eso ahora trato de ayudar a los demás, desde mi trinchera. ‘Quiero ser el cambio que quiero ver en el mundo’, como dijo Gandhi. Quiero hablar a través de mi ejemplo y no solo a base de palabras. Si quiero un mundo inclusivo, debo ser una persona incluyente; una persona con altos valores de aceptación, colaboración y respeto. Quiero ser un agente de cambio para que el futuro de todos sea mejor”. AN

Sigue a Paola en sus redes sociales:

Instagram: @anyabonita
Facebook: Paolanya EsGuz

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