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Opinión

Las antiguas ciudades del futuro inteligente

Por: Mony de Swaan Swipe

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| Una visión anticipada

A finales del siglo XIX un grupo de artistas, encabezado por Jean-Marc Côté publicaron una serie de ilustraciones inspiradas en cómo se vería el mundo en el año 2000. Las postales que Côté y su equipo describieron en sus obras muestran un futuro con autos voladores, robots dirigiendo el tráfico, ingeniosos domos y máquinas para el control del tiempo atmosférico, patrullas voladoras, servicio postal aéreo, sofisticados sistemas policiacos y hasta transporte marítimo dirigido por ballenas, entre otras cosas.

En 1900, John Elfreth Watkins Jr. publicaría un artículo en el cual auguraba ciudades sin automóviles, grandes sistemas reguladores de temperatura de una ciudad, uso de energías limpias e incluso vaticinó, con mucha certeza, la existencia de un sistema de interconexión a nivel mundial entre cámaras que permitiría la transmisión de “todo tipo de cosas” a través de una red eléctrica y pantallas. La concepción del futuro de Côté y de Watkins Jr. coincide en una evidente evolución de las ciudades respaldada en el progresivo avance de la ciencia y tecnología.

La percepción del avance tecnológico apuntaba a una tendencia que ha dejado de ser una predicción para convertirse en realidad. Ni Côté ni Watkins Jr. atinaron (o han atinado, mejor dicho) a todo aquello que imaginaron, pero la tendencia es desde hace tiempo evidente y el avance tecnológico ha impulsado la revolución de nuestra vida cotidiana e impacta todas y cada una de nuestras actividades, sin excepción.


| El presente de las Smart Cities

Hoy en día es cada vez más común hablar de centros de comando y control (C3, C4 o C5) monitoreando a distancia las calles de prácticamente cualquier ciudad importante, son recurrentes los sistemas de semaforización inteligente y control del tráfico, iniciativas para la administración eficiente del agua y energía, así como software que da seguimiento a la calidad del aire o movimientos telúricos y, por supuesto, no es extraño ver drones sobrevolando nuestras ciudades haciendo entregas de paquetería. ¿Cómo es todo esto posible?

La respuesta la podemos encontrar en un concepto que hasta hace unos años sonaba tan distante e irreal como los vaticinios de Watkins Jr. y Côté, pero que desde hace años es —o debiera ser— un componente clave eje de toda planeación urbana: hacer de las ciudades entornos inteligentes o smart cities. La Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) define una Smart City como aquella ciudad que integra el uso y aprovechamiento de Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) para mejorar la calidad de vida, eficiencia de los servicios urbanos y competitividad al tiempo de satisfacer necesidades del presente y de generaciones futuras con respecto a los aspectos económicos, sociales, ambientales y culturales.


| Las 10 ciudades más inteligentes y sustentables

En una ciudad inteligente las TIC tienen un papel central pues se incorporan a la infraestructura tradicional produciendo una sinergia de la que se obtienen datos e información para mejorar la calidad de vida de sus habitantes. La integración ocurre de tal manera que prácticamente no hay aspecto de la vida cotidiana citadina que no tenga un componente tecnológico que lo interconecte, que lo haga más ficiente, más ficiente y más seguro. Por medio de cámaras, sensores, la agregación y análisis de datos, teóricamente pueden tomarse mejores decisiones en términos de eficiencia energética, manejo del tráfico en horas pico, gestión del agua y residuos, seguridad ciudadana, movilidad urbana, conectividad, cierre de la brecha digital e incluso fortalecimiento de la democracia y participación ciudadana. En un aspecto quizá poco conocido, las ciudades inteligentes suelen ser también más participativas.

Aunque es difícil encontrar un consenso respecto de las 10 ciudades más inteligentes y sustentables del planeta porque cada listado privilegia uno u otro aspecto de la definición de ciudad inteligente, la siguiente tabla presenta cuatro fuentes y sus respectivas ciudades:

ASME DISRUPTIVE TECH BISMART BUSINESS CHIEF
Singapur Copenhague Nueva York Nueva York
Dubái Oslo Singapur Singapur
Oslo Zúrich Londres Ámsterdam
Copenhague Londres Barcelona Dubái
Boston Estocolmo Oslo Londres
Ámsterdam Singapur Toronto Hong Kong
Nueva York Ámsterdam Tokio Copenhague
Londres Sidney Barcelona
Barcelona Nueva York Boston
Hong Kong Munich Chicago

| Ideas muy innovadoras

Es importante tener en cuenta que lo que se consideraba como “inteligente” a principios del siglo XIX poco tiene que ver con lo que hoy define a una Smart City, como poco tiene que ver con lo que pensábamos hace veinte años y menos aún con lo que será en otros veinte. La definición cambia y seguirá cambiando conforme avance la tecnología y, muy probablemente, algunas de estas ciudades serán desbancadas por otras que entiendan mejor el futuro, la tendencia y las aspiraciones y necesidades de sus habitantes.

Esta es, por ejemplo, una breve selección de las ideas más innovadoras que ya se observan en algunas ciudades y que volverán a redefinir al concepto a futuro:

Diseño de barrios capaces de enfrentar escenarios de pandemia en los que la vida ocurre relativamente confinada a determinados espacios geográficos autosustentables, incluyendo la producción de alimentos.

Avenidas 100% eléctricas en las que los vehículos son recargados por el alumbrado público mientras circulan.

Proyectos en los que las banquetas se amplían y son el centro de la ciudad donde ocurre todo tipo de micro-movilidad compartida, calefacción integrada, robots que se encargan de servicios urbanos, canales de entrega subterráneos, etc.

Hay, sin embargo, una variable que ha permanecido en el tiempo y que, en países como el nuestro, es comúnmente ignorada: sin una conectividad adecuada no hay ciudad que pueda atender la demanda exponencial que este tipo de iniciativas requiere y requerirá. Cualquier proyecto de movilidad que utilice vehículos autónomos exigirá de conectividad sin contratiempos a lo largo de toda la ruta que pretenda recorrer. Si hoy en día vivimos en ciudades en las que nuestro servicio de telefonía celular ocurre con interrupciones constantes o salta entre generaciones de tecnologías (3G, 4G o 5G) es evidente que no estamos preparados para hacer frente a lo que el futuro depara y la brecha entre nuestras ciudades y aquellas que hemos mencionado, simplemente seguirá ampliándose. AN

 

Mony de Swaan 

Es socio fundador del Centro de Estudios e Investigación en Asuntos Públicos (CEIAP) y es miembro del Consejo Consultivo de T7 International Group.

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