Considero no ser el único que cuando piensa o evalúa la situación de la aviación en nuestro país lo primero que se le viene a la mente es la cancelación del megaproyecto del posible nuevo aeropuerto internacional de Texcoco, que a inicios del concluyente sexenio del presidente López Obrador fuera cancelado por instrucciones del mandatario.
Tengo la impresión de que habría sido un periodo sexenal muy distinto, si el referido proyecto de infraestructura, considerado en su momento como uno de los de mayor envergadura de América Latina, se hubiera concluido y que, por cierto, ya estaría en operaciones.
En cambio, lejos estamos de resolver los problemas del transporte aéreo de muchos millones de mexicanos y de turistas que llegan y salen de la Ciudad de México, una de las entidades mas pobladas y con mayor cantidad de servicios aeronáuticos del mundo.
A cambio, nos quedamos con una inmensa deuda que se amortiza con los ingresos que el gobierno recibe por conceptos de la Tarifa de Uso de Aeropuerto (TUA), la cual se incrementó recientemente y nos ubica como una de las naciones más caras.
Basta señalar que mientras en el aeropuerto JFK de Nueva York se paga una tarifa de 4.5 dólares, en el Aeropuerto Internacional de Ciudad de México (AICM) se cobra a partir de este año una tarifa de US 28.95 para vuelos nacionales y 54.98 dólares para internacionales.
Y este es solo uno de los factores que afectan a la industria, pues existen otros tantos, los cuales podrás evidenciar en el reportaje especial que incluimos en esta edición. Pero y pese a todo, esta actividad económica debe ser considerada como de prioridad nacional; más aún, por el valor que conlleva el turismo nacional e internacional para el país y su reciente nueva oportunidad de crecimiento económico, gracias al nearshoring.
No en vano se estima que, para este 2024, alcancemos la cifra de 80 millones de pasajeros, nada mal para una industria que por momentos despega y por otros presenta aterrizajes forzosos; como, por ejemplo, los cientos de aviones de distintas aerolíneas que se encuentran actualmente en tierra para revisión preventiva.
Otro artículo de gran relevancia y actualidad, también en páginas subsecuentes, hace referencia a la Inteligencia Artificial (IA) y lo que serán sus repercusiones en el mundo laboral. De inicio, me queda claro que quien en el futuro -muy cercano, por cierto- no domine la IA, se verá en la necesidad de buscar empleo. Nadie acepta que la IA sea un factor de que muchos empleos se pierdan. En mi opinión será una consecuencia natural y creciente, mientras no surjan nuevas funciones en el mercado y en las organizaciones.
Finalmente, y como es costumbre desde hace 35 años, la edición no estaría completa sin la presencia de los comentarios exclusivos de un gran Director General, siendo que en esta ocasión te invitamos a leer los conceptos y estrategias de Román Rodríguez, director general de Helados para Latinoamérica en Unilever. Un directivo sobresaliente que conoce mejor que nadie la industria, no en vano sus 25 años de experiencia.