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ENCONTRAR UN MERCADO EN CRECIMIENTO: LOS GLAMPINGS

Gabriela y Miguel vieron en los nuevos hábitos del turista un negocio. Hoy encabezan Nantli Living, la primera operadora de glampings en México que maneja tres propiedades en el centro y norte del país.

Por: Marisol García Fuentes Swipe

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Una de las industrias que resultó más golpeada durante la pandemia por el COVID-19 fue la del turismo. Las operaciones se vieron reducidas al mínimo para evitar la propagación del virus. Sin embargo, algunos emprendedores decidieron apostar por ofrecer experiencias únicas o personalizadas como diferenciador.

Fue lo que hizo Gabriela López y Miguel Ángel Huerta, quienes emprendieron en mayo de 2020 en Tlaxcala. Lo hicieron con dos glampings, campamentos que ofrecen todas las comodidades de un hotel (internet incluido) y que permiten tener contacto especial con la naturaleza. Además, ofrecen experiencias como observación de luciérnagas, temazcal o un tour pulquero, entre otras.

Fue tal el éxito que tuvieron con su propuesta y tan rápido el retorno de su inversión (menos de 12 meses) que la pareja creó Nantli Living, la primera operadora de glampings del país.

 


Los emprendedores reconocen que no inventaron el concepto glamping, sino que decidieron retomarlo porque se percataron de que podía convertirse en tendencia y oportunidad.

Ambos contaban con experiencia previa en el sector hotelero: Gabriela trabajó cuatro años para Grupo Posadas, uno de los más importantes del país, mientras que Miguel además de encabezar una consultoría de marketing digital se había involucrado en el ramo al apoyar a su padre, quien tenía un hotel boutique en Huamantla.

“También nos dimos cuenta de que la gente no estaba digitalizada y que algunos conceptos pequeños, como el caso del glamping que habíamos conocido, había tenido que cerrar por depender enormemente de las OTA (Online Travel Agency por sus siglas en inglés), que también cerraron operaciones por pandemia”.


“Queríamos emprender, pero no teníamos dinero”, reconoce Miguel. Además, Gabriela veía que el sector no se recuperaba y no tenía la certeza de regresar a su trabajo. Entonces decidió independizarse. Con 20,000 pesos de adelanto de su finiquito compraron unas burbujas, para montar su primer negocio.

Se trató de Amate, el primer glamping burbuja que se instaló en el centro del país: tres burbujas inflables que prometían las noches más coloridas para conocer el cielo estrellado del pueblo mágico de Huamantla, en Tlaxcala. La inversión fue de aproximadamente 150,000 pesos, entre equipamiento y adecuaciones y comenzó a operar en diciembre de 2020.


“El modelo de los grandes hoteles y centros recreativos es economía básica, o ganas por margen o volumen y decidimos poner este glamping”, explica Miguel. El hotel más reconocido de Tlaxcala tiene un precio promedio de 1,400 pesos la noche. “Decidimos ponerla en 1,500 y nos daba miedo, pero hubo gente que pagó hasta 5,000 pesos la noche en la burbuja”, comenta.

Ese mismo diciembre una agencia de viajes de Campeche les hizo una publicación del concepto y se hizo viral. Más de un millón de personas lo vieron y comenzaron a demandar el servicio. “Éramos la propiedad más hot en el centro del país”, asegura Migue, quien se desempeña como director general del negocio.

“La gente nos empezó a buscar y hasta tuvimos que servir cenas de fin de año. Además, contratamos dos personas más”, cuenta Gabriela. “La estrategia de venta directa era buena y vimos que ahí había algo interesante. Llegó febrero y las ventas no bajaron”, recuerdan.


Apostar por un nicho en crecimiento

Los emprendedores ya contaban con una tour operadora desde el año 2018 y por eso sabían que el santuario de las luciérnagas era muy buscado. Sin embargo, se percataron de que la gente necesita un lugar bueno para quedarse y que provocara una derrama económica más grande.

Entonces analizaron instalar un segundo glamping en Nanacamilpa, también en Tlaxcala. El proyecto de las burbujas les permitió financiar Octli, tiendas tipo safari que permiten descansar en un campo magueyal frente al mágico santuario habitado por luciérnagas. Ahí incluyeron degustaciones de comida prehispánica, talleres de apicultura y tours de recolección de hongos y pulque.


Financiarse con criptomonedas

“A finales de mayo sale la primer nota de Octli y gustó tanto el producto que decidimos quedarnos con ocho tiendas, en vez de seis. Esta inversión fue de alrededor de 1 millón de pesos”, recuerda Miguel.

En este segundo proyecto sí se requirió financiamiento y la pareja recurrió a las criptomonedas para conseguirlo. Desde 2017 los emprendedores habían invertido en criptos para tener “un guardadito” ante cualquier eventualidad. “Dentro del ecosistema cripto se han desarrollado varios productos y se ponen en colateral de garantía, lo que ayuda a tener liquidez sin tener ese activo”, explica Miguel. Así consiguieron un financiamiento con un 6% de tasa interés, en vez de pagar al menos 10% que es lo que regularmente cobran los créditos hipotecarios.


Oportunidad con efecto multiplicador

Las burbujas de Amate se encuentran ubicadas en una propiedad familiar, apoyo del papá de Miguel. Octli es un proyecto de asociación por participación.

Son 24 los avistamientos de luciérnagas autorizados por la secretaría de Turismo de Tlaxcala. “No puedes colocar un hotel convencional porque, aunque sea boutique te cuesta 10 millones de pesos. La gente que tiene los avistamientos son productores agrícolas, donde lamentablemente son ellos quienes se lleva menos dinero. Si el ticket promedio está en 2,500 pesos, ellos se llevan 150 pesos”.

Fue así como en 2021 llegaron con los productores y les propusieron hacer un negocio. “Nos encargamos de todo y ellos se ganan un porcentaje por prestarnos un terreno… Ahora deben estar ganando 600 pesos aproximadamente”, detallan.


Es así como ahora el estado menos visitado del país tiene dos glampings. “El año pasado nuestra tasa de ocupación fue del 92% al grado de que este año pasamos de ocho a 12 tiendas”, comparten. Hoy los creadores de Octli y Amate tienen tres compromisos:



Nantli Living

En septiembre del año pasado los emprendedores se dieron cuenta de que de que la categoría glamping era la que menos búsqueda tenía, pero la que más estaba creciendo, por lo que crearon Nantli Living, una operadora de glampings en México y la primera empresa mexicana afiliada a la American Glamping Association (AGA).

Miguel y Gabriela cuentan así con tres verticales que les permiten estandarizar con alta calidad las operaciones y apoyar a otros emprendedores que quieran invertir en un glamping.


A la fecha Nantli Living cuenta con tres propiedades: Amate y Octli, en Tlaxcala; y El Tinieblo, entre Matamoros y Ciudad Victoria, Tamaulipas.

La empresa crea experiencias completas que se pueden reservar desde cualquier plataforma con atención personalizada a través de su portal web, redes sociales o mediante WhatsApp.

Los planes a futuro son de crecimiento. Gabriela y Miguel consideran que la participación puede ser a partir de 500,000 pesos. “Creemos que podemos tener presencia en más de 40 destinos en México y también nos han buscado en Panamá, República Dominicana y Colombia, pero queremos que las propiedades sean rentables y dar resultados a nuestros socios”.

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