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UN PROYECTO QUE TEJE OPORTUNIDADES: ICHICH

Ichich es una empresa de 40 artesanas de Tantoyuca, Veracruz, representadas desde hace siete años por Bárbara García para vender sus productos en México, Dubái y otros países.

Por: Estivaly Calva Swipe

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A Bárbara García le encantan las artesanías y todo lo hecho a mano. Un día encontró las canastas de palmas y fibras naturales de Tantoyuca, Veracruz. Como chef repostera decidió sustituir muchos de sus contenedores por estas canastas cuando montaba Candy Bars o barra de dulces.

Entonces pasó algo curioso, la gente comenzó a comprarle las canastas en lugar de sus chocolates. Así fue como creó su empresa en 2015 llamada Ichich que significa corazón en tének (lengua huasteca). El proyecto empezó con 10 tejedoras de productos hechos a mano y hoy son 40, quienes venden sus productos en México y el extranjero.

 


Con base en esta resistencia, Bárbara logró convertirse en Pequeño Productor de Walmart, un programa que surgió en 2014 en el que la multinacional compraba los artículos de pequeños productores, y los capacitaba para ser súper emprendedores.

Gracias a su perseverancia y con la ayuda de la Secretaría de Relaciones Exteriores, esta emprendedora consiguió llevar los productos de Ichich a Expo Dubái 2020.


Un negocio resiliente a la crisis

Ichich es el resultado de una innovadora visionaria que impulsa productos de mujeres artesanas mexicanas que fabrican finas piezas con fibras naturales ejerciendo prácticas sustentables sin productos químicos ni procesos industriales.

La Feria de Pueblos y Barrios Originarios y Comunidades Indígenas residentes (SEPI), organizada por el gobierno de la Ciudad de México, fue un parteaguas para esta iniciativa porque vendieron todo y ahí Bárbara se dio cuenta de que lo que hacían era muy bueno. “Fue la primera vez que el gobierno de la CDMX nos apoya con un bazar especialmente de canastas, bolsas y sombreros”.

Esta feria reúne a los 32 estados de la República Mexicana en el zócalo de la Ciudad de México y fue cuando justo en ese momento comenzó la pandemia por el COVID-19.

“Me asusté muchísimo porque estábamos en el mejor momento, y ya habíamos acordado estar casi un mes exponiendo nuestro trabajo en el zócalo y cuando vino el COVID nos dijeron que íbamos a estar una semana. Yo estaba muy preocupada porque invertimos en mucha producción. Afortunadamente, dos clientes compraron toda nuestra mercancía”, recuerda la entrevistada.


Después de muchos años de estar intentando entrar a un proyecto de gobierno, con SEPI esta empresaria descubrió que sus ideas sí funcionaban y fue cuando más se aferró a sus sueños. “En la feria de SEPI se acabaron todos nuestros productos y también los de otros colectivos. Entonces, ahí me di cuenta de que estaba haciendo lo correcto, pero me tardé. Porque como emprendedor estás a prueba y error”.

A veces se piensa que tener un emprendimiento es una tarea fácil, que mañana tu producto va a estar en anaqueles y todo mundo lo va a querer, dice la emprendedora. “Yo le puse a una colección ‘Permanecer y Resistir’. Así es la vida”.


Buscar nuevos mercados

Las expos y ferias han sido clave para posicionar el trabajo de las empresarias. Por eso, Bárbara trata de buscar esos espacios donde aprecian sus productos. Al darse cuenta de que los extranjeros buscan lo hecho a mano y fue como empezó a ver la manera de llevar las artesanías a otros países.

“Decidí escribirle a Martha Delgado, subsecretaria para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos en la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), y por ella supe de Expo Dubai 2019, sin embargo, por el COVID se tuvo que atrasar un año. Con la ayuda de Martha y Bernardo Nodal, director del Pabellón de México en Dubai pudimos hacer que nuestras piezas se fueran a otro continente”.

 


Formas de comercialización

La fundadora de Ichich se dedica a rediseñar y a promover y comercializar. Entre los productos destacan una escobita hecha con desperdicios sobrantes que la gente usa para limpiar el teclado de una computadora o la orilla de una ventana, entre muchas otras cosas y que cuesta 30 pesos.

Por otro lado, el producto más elaborado es un bambineto hecho a mano de 2,000 pesos. También cuentan con tapetes king size de 1,000 pesos aproximadamente, entre otros.

“Ya no tenemos la parte de consignación. Ahora le vendemos directo al cliente en redes sociales y por recomendaciones. Actualmente estamos negociando con Ensamble Artesanal para que lleven nuestras piezas a otras partes del mundo. También estamos trabajando con ellos para poder hacer algo increíble, nuevo y una pieza icónica”, adelanta la emprendedora.


El sueño de esta emprendedora es el de que dejara de existir el coyotaje, porque es una forma de compra injusta. “Mi intención es hacerle ver a las productoras que su trabajo vale mucho y que no puede ser que vendan sus canastas por docena en 100 pesos. No es lógico. Hay que combatir el coyotaje. Ojalá yo pudiera comprar toda la mercancía de las más de 500 productoras que hay en Tantoyuca”, comenta.

Bárbara es hoy una mujer más fuerte, tras un accidente que tuvo hace tres años en la comunidad de Tantoyuca, Veracruz donde le hicieron una mala operación por la situación precaria médica. Pensó que Ichich iba a terminar.  “Viví la experiencia más aterradora de mi vida por no saber cómo iba a quedar mi pie. Hoy uso bastón. La gente me decía que no era el momento de seguir con Ichich. Pero yo, al contrario, soy todavía más terca y necia en mi emprendimiento”.

 

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