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HACER NEGOCIO NO ESTÁ PELADO CON CUIDAR A LAS PERSONAS Y AL PLANETA

Los emprendimientos que solucionan problemáticas sociales y ambientales pueden ser rentables y escalables. Aquí algunos de los retos de la inversión de impacto.

Por: Estivaly Calva Swipe

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Negocios sustentables, empresas verdes o emprendimientos sociales son algunos de los nombres que hemos escuchado. Pero se dice que fue en 2007, en Italia en un evento de la fundación Rockefeller donde se juntaron varios inversionistas, cuando se empezó a hablar de inversión de impacto para referirse a estos conceptos.

La última medición de Global Impact Investing Network estima que el valor de la inversión de impacto en el mundo ya es de un trillón de dólares, mientras que The Aspen Network of Development Entrepreneurs (ANDE) señala que en Latinoamérica hay 619 fondos y 3.4 billones de dólares en inversión de impacto. ¿Qué pasa en México? Los fondos de capital han destinado 107 millones de dólares en este segmento.


¿Cómo se mide el impacto?

Lo ideal es que la inversión de impacto algún día tenga una métrica similar a la TIR (Tasa Interna de Retorno) con la que puedes medir la rentabilidad que ofrece una inversión. Actualmente hay seis maneras de hacer esta medición: Certificación B (SDG Action Manager); The Global Impact Investing Rating System (GIIRS); Métricas y catálogos (IRIS); Global Reporting Initiative (GRI); Los estándares Ambientales, Sociales y de Gobernanza (ASG); y metodologías propias.

Mientras que las estimaciones del Global Impact Investing Network señalan un trillón de dólares a la inversión de impacto a nivel global, el mercado de Gobierno Ambiental, Social y Corporativo (ESG por sus siglas en inglés) dice que vale 30 trillones de dólares.

La cifra difiere tanto porque esta última no mide la inversión de impacto, sino un tema de transparencia y rendición de cuentas, explica Rodrigo Villar, socio fundador de New Ventures.


Resolver problemas reales

De hecho, considera que en México existe un ecosistema sólido de inversión de impacto. “Somos una comunidad muy fuerte y referente en América Latina”, comenta. Sin embargo, advierte que no son tantas, como quisieran, las veces que los inversionistas apoyan a estos emprendimientos.

Uno de los ejemplos más recientes es la ronda de inversión por 1.1 millones de dólares que acaba de levantar Cuéntame, una plataforma de bienestar y salud mental. “Sí se está apostando por buenos proyectos y muchos de ellos ya traen ese gen de impacto”, dice Romero.


Caso similar es Sala Uno, empresa que vio que México tenía alrededor de 2 millones de invidentes o personas con problemas de ceguera total o parcial. Se trata de un problema curable, porque la mayoría de los casos son cataratas y se pueden operar. Sin embargo, gran parte de la población no cuenta con los recursos para hacerlo.

Sala Uno comenzó a cambiar su modelo de negocio para acercarse a su misión que es eliminar la ceguera innecesaria en el país. Y empezaron a tener mucho volumen de cirugías porque lograron bajar el costo de la operación de 30,000 a 7,000 pesos aproximadamente.


Diferentes actores y retos

En México uno de los fondos de inversión de impacto más consolidados es Promotora Social México (PSM) que ya tiene 14 años de operación y cuenta con un portafolio bastante grande de empresas sociales y ambientales. También existe la Alianza por la Inversión de Impacto México (AIIMx), que intenta promover más estas prácticas. Y el Foro Latinoamericano de Inversión de Impacto (FLII) organizado por New Ventures.

La comunidad de inversión de impacto en México está tratando de ir hacia la dirección correcta, pero a decir de Romero, “carecen de toda la parte de regulación, políticas públicas, figuras legales”. Por su parte, Villar advierte que “uno de los retos es un mayor conocimiento y más oferta de productos y servicios que se enfoquen al retorno de inversión de impacto”.

Hay ejemplos claros, como los descritos, de que se puede hacer el bien y también lograr una empresa rentable. Así que, si estás buscando en qué invertir, apuesta por emprendedores que tengan soluciones a grandes problemáticas que afectan a las personas y al planeta. Si lo haces no sólo tendrás ganancias, sino una gran satisfacción personal.


6 pasos para convertir en realidad tu proyecto de impacto

  1. Entender muy bien la problemática que quieres resolver. Hay de profundizar no sólo en los síntomas, sino en las causas del problema para que la solución que desarrolles ataque lo más posible la raíz o el origen de la dificultad.
  2. Pensar en la solución como un producto. A veces el emprendedor piensa: “Me siento bien ayudando”. Pero no se trata solamente de eso, sino de crear un producto viable, factible y deseable.
  3. Identificar a tus clientes. Encontrar a tu público o audiencia que sea tu potencial cliente, y que le pueda llamar la atención tu producto o servicio.
  4. Definir tu modelo de negocio de impacto. En Impact Hub han identificado cuatro modelos de negocio de impacto: 1) Que tus beneficiarios sean tus clientes, es decir, que a quien quieras ayudar te pague por el producto o servicio. 2) Que los clientes paguen por los beneficiarios. 3) Tener una cadena de valor de impacto donde integres a clientes, socios y proveedores como beneficiarios. 4) Que el producto o servicio genere impacto positivo.
  5. Organizar tus recursos. ¿Qué tienes? ¿Dinero, equipo, gente? ¿Cuál es tu capacidad para hacer tu proyecto? ¿Qué te hace falta para poder empezar?
  6. Pon en práctica tu idea. No importa que no tengas el producto o servicio perfecto. Lánzate al mercado para confirmar que alguien realmente necesita tu oferta y vela mejorando conforme escuches a tus clientes.

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