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INSECTOS COMESTIBLES PARA COMBATIR LA INSEGURIDAD ALIMENTARIA

Hace 10 años Optiprot creó en México la primera granja de insectos comestibles que comercializa como proteína y vende por internet.

Por: Estivaly Calva Swipe

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Hace 10 años, la industria de los insectos comestibles no existía en México hasta que los biólogos Ivonne Márquez y Humberto Lanz (experto en fisiología de insectos) comenzaron a criarlos en su propia granja, ubicada en Cuernavaca, Morelos. La idea era ponerlos a disposición de las personas en cualquier momento, sin que tuvieran que esperar a una temporada específica para su recolección.

La granja es hoy un negocio que se llama Optiprot. Se dedica a la producción de proteína en polvo que se comercializa vía on line. El objetivo con esta empresa es contribuir a solucionar el problema de inseguridad alimentaria, que surge cuando un ser humano no puede comprar suficientes alimentos nutritivos para su salud.


La validación de la idea

En 2013, Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), publicó un documento asegurando que los insectos comestibles son una de las soluciones a los problemas alimentarios del mundo.

“Al leer el informe de la FAO vimos que estábamos en lo correcto. En ese entonces fuimos los primeros en tener una granja”. La industria de los insectos comestibles está en pañales, pero cada vez hay más áreas de oportunidad. Investigaciones recientes señalan que también hay aplicaciones en la cosmética, farmacéutica, la industria energética (plásticos, biodegradables) y en el sector agropecuario con biofertilizantes, por ejemplo, explica Ivonne, cofundadora y directora General de Optiprot.

Estos emprendedores aseguran que debe haber una producción diferente de alimentos. Para el 2050 la población va a crecer y la producción de proteína necesita aumentar un 70%.


Un gusano de harina alto en proteína

Como expertos en fisiología de insectos, el primer reto fue determinar cuál especie criar. Eligieron al Tenebrio molitor, mejor conocido como gusano de harina, que consideraron el mejor por su alto contenido de proteína y de nutrientes. Su sabor es como el de una nuez y permite mezclarse con lo dulce o salado, lo que permite integrarlo en cualquier platillo de la cadena alimentaria.

Además, los emprendedores consideraron que, en caso de haber una fuga, este insecto no representa un peligro para la biodiversidad.

En Optiprot se producen y procesan insectos comestibles con tres líneas de trabajo:

  1. Consumo humano. Enfocado a la nutrición de toda la familia, especialmente adultos mayores y deportistas, que son los que requieren, en diferente medida, aumentar y conservar su masa muscular. También para personas que necesitan aumentar su energía, que están bajo mucho estrés, con poco consumo de proteína y anemia
  2. Línea de consumo animal. Para elaboración de alimentos balanceados altos en proteínas para mascotas, perros, gatos y reptiles o en alimentos balanceados para aves de corral.
  3. Línea vegetal. Mejorador de suelo y abono natural para aumentar la productividad del campo, basado en el frass o excretas del insecto.

La producción de la proteína de insectos se hace de manera sustentable y completamente natural. “Tiene mucha más proteína que la carne y muchos más omegas que el salmón. Contiene más hierro que las espinacas; así como magnesio y zinc, prebióticos, fibra y todos los minerales de las plantas”, explica la emprendedora.

Los insectos se alimentan con ciertos cereales y algunas verduras. Su cría requiere muy poca tierra y espacio. La granja que tienen es vertical. Así que se van extendiendo hacia arriba. Su insecto en particular no consume agua. La que ocupan es muy poca y para el lavado de todo el material.


Los retos

“Los insectos requieren muy poco alimento. Comparado con la ganadería tradicional, la producción de insectos es muy buena y productiva. No genera gases de efecto invernadero y tiene una huella ecológica muy baja”. El único residuo es el excremento y lo utilizan como abono. Todo se aprovecha.

“Hay gran potencial para esta industria, pero se requiere de investigación y desarrollo en todas las áreas.

Optiprot vende el insecto deshidratado y en forma molido que es un polvo que puedes mezclar con lo que quieras. Tienen una bebida en polvo sabor chocolate para deportistas y están por lanzar un licuado para adultos mayores. También venden botanas de insectos sabor habanero y chiltepín; y una mezcla con cacahuates.

El reto más difícil fue criar los insectos. No sabían cómo hacerlo. Todo fue prueba y error. Ahora ya tienen el conocimiento y también un terreno en el que van a hacer una granja mucho más grande para producir mayores cantidades. Están en busca de inversionistas que crean en el tema de sustentabilidad con impacto social. El reto que aún no superan es la aceptación.

“Lo primero que la gente te dice es ‘¿Y cómo sé que no me voy a enfermar?’. Aprendimos que necesitábamos meter sellos de calidad”. EntoTrust es una certificación internacional y HACCP es un sello de inocuidad para exportar. “Tenemos el permiso de la FDA, Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos, para tener nuestras instalaciones”.


Lecciones de éxito

La emprendedora dice que si pudieran dar un consejo a la Ivonne de hace 10 años sería “haz un equipo multidisciplinario desde el inicio y no quieras hacer todo tu misma”.

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