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UNA ALTERNATIVA DE MOVILIDAD COMPARTIDA Y SUSTENTABLE

Mazmobi fomenta el uso de vehículos compartidos con un nuevo modelo de carsharing para empresas que aprovecha las unidades paradas en las agencias de autos.

Por: Franck Velázquez Swipe

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Javier Amozurrutia sabe lo difícil que es trasladarse en auto en lugares como la capital mexicana, de las que tienen más tráfico en el mundo. Por eso decidió crear su propia plataforma de renta de vehículos, con un nuevo modelo de carsharing y de movilidad compartida, mucho más amigable con el medio ambiente.

Se trata de Mazmobi, una startup mexicana de renta de autos, camionetas suburban y de carga para empresas, bajo un modelo de negocios marketplace B2B y un esquema de pago por suscripción o por uso temporal, ya sea por hora, día o semana. Hasta ahora, tiene cobertura en todo México con un crecimiento mensual de 15% en clientes. Cuenta con 24 clientes corporativos que generan la mayor parte de los ingresos, alrededor de 300 usuarios (empleados de los corporativos) y seis personas en su equipo de trabajo.


A diferencia del modelo tradicional de carsharing y renta de vehículos en donde las arrendadoras compran autos para luego alquilarlos, Mazmobi no cuenta con unidades propias. La empresa aprovecha los vehículos que permanecen inactivos en las agencias de autos, incluyendo los autos demo, y los pone en circulación a través de una plataforma tecnológica.

Para esto, Javier hizo alianzas estratégicas con diferentes agencias de automotrices, como Ford, Chevrolet, Nissan, empresas locales de autos seminuevos y algunas empresas locales de renta diaria. Esto le permite generar ingresos a través de la renta de los vehículos a los corporativos (su principal target) y un fee que cobra a las agencias de autos.

Mazmobi ha crecido sin unidades propias y sin grandes inversiones de venture capital. Javier explica que con este modelo de negocio no necesita adquirir activos, por lo que no es necesario levantar rondas de capital exorbitantes para crecer. De hecho, hasta ahora la empresa se ha fondeado con 200,000 dólares de ángeles inversionistas para desarrollar tecnología. Actualmente tiene una ronda abierta de 300,000 dólares y está buscando fondos de venture capital y family offices que quieran sumarse.


Un negocio con propósito

Javier destaca dos aspectos en este modelo. Primero, que el carsharing promueve la movilidad compartida y sustentable, que a su vez fomenta el uso más consciente de vehículos y el bajo consumo de carbono en los traslados. Al aprovechar los vehículos parados y compartirlos con otras personas tenemos menos autos circulando, se evita la producción de unidades y por ende disminuyen los niveles de contaminación ambiental.

Lo segundo es que este modelo le permite ser más rentable, crecer más rápido y ser más ágil en la operación sin depender de grandes rondas de capital. “En el modelo típico de carsharing los ingresos dependen de si se renta o no el auto. Si no se renta, entonces hay pérdidas económicas, tus precios van de acuerdo con la demanda que tienes y necesitas grandes inversiones para crecer la flotilla de vehículos”, señala Javier.

Además, explica que en América Latina la seguridad es un gran problema para este tipo de negocios, ya que los vehículos están expuestos a robos. Por lo tanto, la operación se vuelve más complicada y costosa al requerir personal para su protección, limpieza y mantenimiento.


Los inicios de la empresa

Javier tiene una gran experiencia en esta industria, que le ha dado las bases y la ruta a seguir para construir Mazmobi. Viene del mundo laboral del leasing. Trabajó en ALD Automotive, una empresa líder mundial en movilidad sostenible en donde fue director de innovación y TI.

En su paso por este trabajo descubrió las tendencias globales de movilidad, sobre todo los esfuerzos que se estaban haciendo en Europa para mejorar el transporte, que sirvieron como idea y motivador para lanzar su propia empresa. Ahí se dio cuenta de las necesidades del mercado y de las fricciones que había en el proceso de arrendamiento como trámites engorrosos y largas negociaciones. Por eso, ahora su empresa brinda la renta de vehículos sin enganches, sin trámites complicados y 100% digitales, además de seguro y mantenimientos incluidos.


A Javier siempre le llamó la atención el carsharing. Se atrevió a hacer algo propio después de renunciar a la empresa en la que trabajaba. “Tenía dos opciones: volver a trabajar en otra arrendadora o emprender por mi cuenta”, recuerda. Así que optó por lo segundo y empezó en 2020, aunque las operaciones iniciaron oficialmente en 2022, debido a la pandemia.

Encontró una oportunidad de negocio en la renta temporal de coches en México, un mercado que tiene un valor estimado de 1.2 billones de dólares, según datos de la Asociación Mexicana de Arrendadoras de Vehículos (AMAVe). Aunque es un nicho pequeño, el esquema de arrendamiento está ganando popularidad en México, ya que, según la AMAVe, para los mexicanos es más conveniente utilizar el auto como un servicio en lugar de comprarlo considerando los altos costos de los autos, el pago de seguro, estacionamiento y tenencias por períodos largos cuando en realidad se utilizan poco.


Hacia una movilidad eléctrica

Por ahora Javier descarta la idea de rentar autos para uso personal, ya que la empresa aún no cuenta con la oferta de autos suficiente para atender la demanda, además de que implica la adquisición de unidades propias y una operación más compleja y costosa. Sin embargo, planea lanzar este año un hub de movilidad eléctrica, que permitirá la renta de vehículos eléctricos, que generan cero emisiones mientras circulan y, como empresa, les deja ser más sostenibles.

El emprendedor tiene planes de crecimiento y expansión muy ambiciosos para los próximos dos años, ya que Mazmobi empezará a operar en Estados Unidos, en donde han tenido conversaciones con diferentes actores del ecosistema en dos estados. El siguiente destino de expansión podría ser Chile o Colombia, pero eso hasta posicionarse en México como la alternativa de movilidad sostenible número uno en el mercado.

 

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