Nearshoring… Close Problem
Por: Alejandro Desfassiaux
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Todo indica que, a pesar de que nuestro país es capaz de tomar decisiones internas poco favorables para su desarrollo, el mundo exterior ha dispuesto que México y su economía continúen avanzando hacia los próximos años, quizás décadas.
La pandemia dejó en evidencia que las operaciones globales, el traslado de mercancías entre continentes y la dependencia de un solo país o productor, casi por completo, para la producción de determinados bienes no eran la panacea. Estas actividades se fueron desarrollando poco a poco, teniendo en mente la reducción de los costos de producción y la especialización en los procesos.
La economía más importante del mundo, la de Estados Unidos, no pretende –por ninguna razón– mantener su dependencia de los países asiáticos, en particular de China.
Sin embargo, ahora todo ha cambiado. La economía más importante del mundo, la de Estados Unidos, no pretende –por ninguna razón– mantener su dependencia de los países asiáticos, en particular de China. Esa leyenda de Made in China ya no es del agrado de los estadounidenses, en especial de las autoridades gubernamentales.
| Un boom de empresas
La relocalización de las cadenas productivas desde otros lugares del mundo hacia países con cercanía geográfica —el famoso nearshoring— está propiciado un boom de empresas, de distintos tamaños, hacia tierras nacionales. El mejor ejemplo de ello fue la noticia que se dio a conocer en febrero pasado: Elon Musk, uno de los hombres más ricos del planeta, eligió Santa Catarina, municipio de Nuevo León, para construir una planta con capacidad de producir hasta 1 millón de automóviles eléctricos por año. La inversión superará los 4,500 millones de dólares (mdd).
Hace tan solo unos días, la empresa coreana Dayou Autoparts, que provee de autopartes a las armadoras, dio a conocer que también en esa misma localidad invertirá 20 mdd para la construcción de una nueva planta. Y así podría quedarme resaltando las nuevas inversiones que están llegando a México, no únicamente en Nuevo León, sino en otros estados de la República Mexicana.
La relocalización de las cadenas productivas desde otros lugares del mundo hacia países con cercanía geográfica —el famoso nearshoring— está propiciado un boom de empresas, de distintos tamaños, hacia tierras nacionales.
El arribo de estos corporativos a nuestro país trae implícita no solo inversión, sino la creación de empleos mejor pagados, el desarrollo de nueva infraestructura, servicios de calidad internacional, mejores niveles de educación escolar y capacitación de la mano de obra, entre otros.
| Grandes retos que resolver
Pero no todo es miel sobre hojuelas, y eso lo deben entender perfectamente tanto el gobierno federal, como el local y las propias organizaciones que están llegando o que están por hacerlo. Hay grandes retos por resolver, y de acuerdo con cada mercado donde se establezcan las nuevas inversiones, estos desafíos serán mayores o menores.
Temas como mano de obra, preparación académica, entendimiento del inglés, servicios básicos disponibles, vivienda, transporte público, pavimentación, disponibilidad de infraestructura hídrica, suministro de energía eléctrica confiable y sin variaciones, presencia de un marco regulatorio adecuado y, lo más importante y del que poco se habla: Estado de Derecho y seguridad.
Muchas de las organizaciones que están llegando con nuevas fábricas e industrias a nuestro país no le están dando la importancia que conlleva la seguridad de sus plantas, materias primas, tecnología, equipo de transporte, distribución y traslado de sus insumos o productos terminados.
El ambiente de inseguridad que hoy priva en todo el país es algo muy delicado y, sin importar el gobierno que esté al frente de una localidad, este parece no reducirse. Por el contrario, las estadísticas dictan que, año tras año, la inseguridad y los actos delictivos van en aumento. Para muestra, un botón: el número de homicidios dolosos en México repuntó un 2.14% interanual en el primer trimestre de 2023, para llegar a 7,485 asesinatos, según datos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC).
Muchas de las organizaciones que están llegando con nuevas fábricas e industrias a nuestro país no le están dando la importancia que conlleva la seguridad de sus plantas, materias primas, tecnología, equipo de transporte, distribución y traslado de sus insumos o productos terminados. Tampoco han evaluado los riesgos que corren sus altos directivos, empleados y obreros. Existen zonas del país que requieren de una auténtica estrategia en materia de seguridad, desarrollada por empresas de seguridad privada expertas, que les ayuden a afrontar eficientemente este grave desafío.
Otro reto es distinguir entre un firma de seguridad privada que ofrece una amplia experiencia, capacidad humana y tecnológica de primer mundo, los estándares más actualizados de la industria y una reputación comprobada, de otras empresas que prometen, pero no cumplen o, peor aún, terminan siendo parte del problema. AN
Alejandro Desfassiaux es presidente de Grupo Multisistemas de Seguridad Industrial.
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