| Su liderazgo deja un gran sabor de boca
El presidente y CEO de Ferrero México, Paolo Cornero, tiene una meta ambiciosa: cuatriplicar el negocio en México en los próximos ocho años. “Llegamos a este país en 1992. Nos tomó 30 años crear un negocio de 540 millones de euros, pero creo que podemos alcanzar los 2,000 millones de euros en los próximos ocho años”, dice el ejecutivo en entrevista con Alto Nivel .
Nacido en Italia, en un pueblo cercano al municipio de Alba y famoso por la trufa blanca y la producción de vino, Paolo es un directivo leal. Lleva 42 años en la compañía porque se siente muy contento con su trabajo. “[Ferrero] me apasiona y yo soy fiel a mis compromisos y principios. Soy monógamo”, nos dice entre sonrisas.
Quería estudiar psicología, pero antes de inscribirse a la universidad, en 1982, se fue a Bruselas, Bélgica, contratado por Ferrero, que en ese entonces buscaba gente joven para preparar a los futuros líderes de la organización. “Me interesó la propuesta porque pensé que el marketing estaba relacionado con la psicología. Si no me gustaba, al final podría volver y estudiar psicología. Y aquí sigo, 42 años después”.
Paolo pasó seis años y medio en Bruselas, trabajando con los hijos del señor Michele Ferrero, fundador del imperio confitero italiano. Giovanni, uno de los dos hijos de Michele, fue su primer jefe.
“Comencé estudiando el mercado europeo de los sweet packaged foods [que incluye todos los alimentos dulces envasados: chocolate, productos de confitería azucarados, panadería dulce –como tartas, pasteles y galletas dulces–, postres y helados], para entender a nuestra competencia, sus estrategias y posicionamiento, y también para saber cómo se movían nuestros productos en el mercado. Luego me dediqué a investigar sobre el comportamiento de la gente y los tipos de consumidores”.