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Estrategias

¿CUÁNDO BAJAR LA CORTINA?

Si tu emprendimiento te está robando la tranquilidad, empiezas a vivir angustiado y sientes una carga porque únicamente estás perdiendo dinero en lugar de estar ganando, ha llegado el momento de tomar acción.

Por: Alex Bobadilla Swipe

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El mundo del emprendimiento tiene sus lados claros y obscuros; generalmente, los que estamos inmersos en él sentimos que todo lo que está sucediendo en el negocio es normal, ya sean problemas con los empleados, con los proveedores, con los clientes, con los acreedores o con la familia, y, sobre todo, llegamos a normalizar que el no tener utilidades año con año es una cuestión propia de un emprendimiento. A veces, nos justificamos al decir: “¿cómo dejar el negocio si ya le he invertido muchos años?”, o bien, volvemos a decirnos que este año sí generaremos utilidades.

En otras ocasiones, nos confundimos porque concretamos muchas ventas y, a la vez, tenemos grandes operaciones con proveedores, clientes y empleados, y eso nos hace sentir que el negocio va bien. Sin embargo, al final de cada mes no tenemos el dinero suficiente para cumplir con los compromisos con proveedores, empleados o bancos, y éste puede ser un tema de mala administración provocada por nosotros.

 


La clave para saber si bajar o no la cortina consiste en evaluar, principalmente, los siguientes factores que dividimos en cinco grandes grupos:

  • Desmotivación.
  • Peleas con socios.
  • Cambio de residencia.

  • No hay utilidades.
  • Exceso de deudas.
  • Inversión constante sin generar ganancias.
  • Los precios son muy competidos y no se tiene un margen de utilidad suficiente para cubrir los gastos de operación.
  • Deudas fiscales.

  • No se cuenta con gente capacitada.
  • Exceso de personal.
  • Malos sistemas administrativos.
  • Falta de software para controlar la operación.
  • Sufres robos que no se tenían en consideración.

  • Entrada de un producto sustituto.
  • Mucha competencia.
  • Baja calidad y alto precio de tus productos.
  • Falta de capacidad de prospección y venta.
  • Estrategias comerciales inexistente.

  • Tu oferta está fuera de mercado.
  • Existen mejores opciones y más económicas.
  • La tendencia del mercado es hacia otros productos.

¡Es momento de tomar acción!

Así que, si te sientes cansado, que tu emprendimiento te está robando la tranquilidad, empiezas a vivir angustiado y sientes una carga porque únicamente estás perdiendo dinero en lugar de estar ganando, déjame decirte que ya es tiempo: ha llegado el momento de tomar esa decisión.

No te sientas culpable ni impotente por no haber logrado que las cosas no salieran como tú lo habías esperado. Quítate el enojo y la culpa y abre tu mente a nuevos retos y proyectos. Claro que puede existir un apego especial hacia ese proyecto de negocio que empezaste, pero tampoco es sano aferrarte a algo que no está funcionando; puede ser un proyecto de vida muy importante para ti, pero ¿hasta dónde piensas seguir?

Ten en cuenta que hay un sinfín de negocios que no son eternos, puedes abrir uno que quizás dure ocho años, lo cierras y puedes abrir otro, con la ventaja de que ahora cuentas con una mayor experiencia y conocimientos para enfrentar nuevos retos, nuevas cosas e ideas. La vida siempre cambia y tienes que aprender a cambiar junto con ella, hay negocios que vienen a nuestras vidas para enseñarnos cómo hacer las cosas, así que sigue adelante.


No todo está perdido

Cuando abres un negocio, pones entusiasmo, energía, corazón y, en la mayoría de los casos, dinero, y ¡claro!, duele perderlos; pero seguramente, por cada negocio que cierres, llegarán a tu mente muchísimas ideas más.

No te sientas fracasado cuando cierres un negocio, pon tu experiencia en una balanza y piensa en cuánto dinero perdiste y en la experiencia que ganaste. Piensa que triunfaste, porque sin esa vivencia no serías lo que eres ahora, los momentos llegan y las cosas suceden; haz a un lado el orgullo, que no te dé miedo cerrar por el qué dirán, sé objetivo y trata de ver las cosas de manera externa, piensa en cómo te ven los demás y cómo quieres ser percibido. Cuando sea el tiempo, las cosas llegaran a ti por sí solas, sin complicaciones, y llegará la oportunidad de tener nuevas ideas y renacer.

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