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Reportaje

El mayor reto de la banca son las fintech: Deloitte

Aunque la industria bancaria ha tenido el viento a favor, con tasas de interés altas que han beneficiado sus ingresos, el experto en servicios financieros de Deloitte, Gustavo Méndez, observa varios retos para las instituciones en México: mejorar su oferta de crédito empresarial, con menores tasas de interés, e invertir en tecnología digital para competir al tú por tú con las fintech.

Por: Ulises Navarro Swipe

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Gustavo Méndez

Socio líder de la Industria de Servicios Financieros para Deloitte Spanish Latin America

| Todo brillará bajo el sol de Acapulco

Para Gustavo Méndez, quien tiene más de 25 años de experiencia en entornos bancarios de clase mundial y es socio líder de la Industria de Servicios Financieros para Deloitte Spanish Latin America, el sistema financiero mexicano ha mostrado resiliencia, a pesar de la incertidumbre y los conflictos que ha atravesado el mundo recientemente, con utilidades récord y un amplio margen por las altas tasas de interés. Destaca el sistema bancario, que ha mantenido niveles de capital, liquidez y pérdidas de crédito estables, lo que le permitió tener buenos márgenes de ganancia en 2023.

Para este año, los retos de la banca serán las caídas de tasas y la volatilidad del tipo de cambio, en función del rumbo que tomen las elecciones en Estados Unidos y la competencia en precios que están dando las fintech.

 AN Gustavo, ¿cuál es tu visión del estado de la banca mexicana en este momento?

La industria ha tenido el viento a favor, con tasas de interés históricamente muy altas, que han beneficiado sus ingresos, porque el dinero que [la banca] ha invertido ha crecido conforme las tasas del mercado. Entonces, la banca tiene un ingreso importante por el margen financiero asociado con el nivel de tasas de interés.

En el negocio del día a día no ha habido sorpresas. No ha habido una volatilidad fuerte en los mercados, ni impactos en temas de tesorería e intermediación. En cuanto al crédito al consumo, este se encuentra con crecimientos históricos, a pesar del ambiente restrictivo de tasas. Hay muchos créditos personales y esto se debe a la estabilidad laboral y al incremento en los salarios. Y aun cuando los precios de los productos han aumentado, debido a la inflación. Y el poder adquisitivo de la gente si bien no ha mejorado sustancialmente, sí se ha mantenido en un nivel más alto. Además, la cartera vencida está estable.

El negocio que no va muy bien es el crédito hipotecario, que se está desarrollando de forma lenta. La tasa de interés de una hipoteca ronda el 11.5%, pero al fondear una hipoteca, que en promedio dura nueve años, el bono de nueve años está en 9.5 o 10%. Esto significa que el margen es tan pequeño que apenas alcanza a cubrir las pérdidas. Esto ha hecho que entre los bancos exista falta de apetito por seguir otorgando crédito.

La oferta de crédito hipotecario en México se ha reducido: hay más de 10 millones de personas que necesitan vivienda y el Infonavit tampoco está resolviendo el problema, pues ha disminuido el monto de los créditos que otorga y ha aumentado la cartera vencida. Entonces, la vivienda de interés social está muy descuidada, y en vivienda media los bancos no están atendiendo el mercado de manera agresiva.

AN ¿Y el crédito a las empresas?

En crédito a las empresas, la demanda está totalmente detenida. Si se suma el spread que cobran los bancos sobre la TIIE (tasa de interés interbancaria de equilibrio) y se tienen tres puntos arriba de la TIIE, por ejemplo, las empresas estarían pagando alrededor de 15% de interés, cuando hace tres años la tasa era de 3.5 o 4% y las empresas pagaban un interés de 7%. Es decir, hoy las empresas están pagando el doble de intereses que hace dos años o un poco más. Por esta razón, las empresas han sido muy cuidadosas en mantener una buena liquidez y endeudarse menos. Hay poca inversión que esté fondeada con deuda por parte de las empresas. Las organizaciones están esperando a que las tasas bajen.

Para mí, el pendiente para este año es cómo impulsar la economía desde el financiamiento a las empresas. Para que las empresas tengan apetito de crédito y puedan invertir, necesitan tasas de interés más bajas y tener la certidumbre de que el país estará estable.

El nearshoring y la exportación. Estados Unidos son palancas de crecimiento que las empresas deberían aprovechar. México ahora es el principal exportador de bienes a Estados Unidos. Creo que hay muchos elementos para potenciar el país, pero hay que hacerlos realidad.

AN El crédito al consumo ha crecido de forma significativa, ¿las fintech han influido muchísimo en esto?

Efectivamente, las Fintech han impulsado y democratizado el acceso a financiamiento. Algunas fintech nacieron como sociedades anónimas de crédito y después se convirtieron en sofomes. Algunas ya han pedido licencia para convertirse en sofipos (sociedad financiera popular) y otras ya buscan una licencia bancaria para desarrollar una oferta completa, con cuentas de depósito e inversión, pero todas comenzaron otorgando créditos. Esta es una de las razones del gran dinamismo en el crédito al consumo.

La banca [tradicional] está experimentando una gran competencia con las fintech, y siguen llegando nuevos jugadores al mercado, muy agresivos y creciendo muy rápido. Sus procesos son muy sencillos y ágiles, en comparación con los bancos. Por esta razón, muchas instituciones tradicionales se están reinventando para atender a esos segmentos de la población que quieren todo 100% digital, como Santander, Banorte e Invex, que ya tienen su banco digital. Sin embargo, otros bancos no quieren crear nuevos formatos [digitales], porque creen que están bien así.

Si los bancos [tradicionales] no observan a estos nuevos jugadores como grandes competidores ahora, cuando vean lo rápido que crecen en ciertos nichos, será demasiado tarde. En general, creo que los bancos no van a disminuir su utilidad demasiado por la irrupción de las fintech, pero sí les van a robar clientes y segmentos.

AN A tu consideración, ¿con qué nichos de mercado se están quedando las fintech? ¿Con los jóvenes? ¿Con las personas no bancarizadas?

No van por un sector específico. La inclusión financiera en México ha mejorado gradualmente y las Fintech están tomando los espacios que los bancos no atendían, sobre todo los nichos en los cuales las personas no podían comprobar ingresos. Las fintech tienen más apetito de riesgo; tienen modelos más novedosos que les permiten captar este segmento.

La mayoría de su target son las personas a las cuales no les gusta ir a la sucursal y quieren un servicio rápido, que incluso sea mejor que el de un banco. Creo que los servicios en línea que ofrecen los bancos no están diseñados para convivir con el mundo digital; están hechos para realizar grandes volúmenes de operaciones y tener millones de clientes. Esto no quiere decir que los bancos [tradicionales] tengan que cambiar todo, pero sí tienen que trabajar mucho.

Además, hay tres características que han hecho que las fintech tengan buenos resultados. La primera es que su tecnología está hecha para convivir con los teléfonos celulares, sin importar que sean de alta gama. Sus aplicaciones fueron pensadas para que funcionaran casi en cualquier celular. La segunda es el gran beneficio económico que resulta de su forma de operación: es mucho más barato realizar transacciones digitales –aunque hayan requerido inversión y desarrollo tecnológicos–, que operar cientos de sucursales y realizar cientos de procesos aún de forma manual. La tercera es la experiencia del usuario: no hay que esperar media hora para que te atiendan; todo puede hacerse a través del celular: un traspaso, solicitar crédito, hacer un pago.

Por supuesto, estas tres características no son exclusivas de las fintech, pero ellas lo hacen muy bien y los bancos tendrán que ofrecer soluciones con la misma rapidez y agilidad o crear sus propios bancos digitales, como ya lo está haciendo Santander.

AN ¿Crees que veremos compras de empresas fintech por parte de los grandes bancos?

Creo que las fintech que otorgan crédito y reciben depósitos primero van a pelear para sobrevivir y escalar. En ese segmento no veo un gran espacio de colaboración.

Considerando las fintech como empresas de tecnología que ayudan al sector financiero y no en términos regulatorios, sí veo mucha colaboración con los bancos. Hay muchas fintech que ayudan a tener un mejor entendimiento de los fraudes y del know your customer, gracias a toda la información que está disponible en el mercado y que es adicional al buró de crédito tradicional. Por ejemplo, listas negras, reportes en los cuales los clientes empresariales dejan ver datos importantes, como su facturación, crecimiento del número de empleados, etcétera.

Muchas fintech son capaces de juntar toda esa información de manera electrónica, así que no tienen que esperar a que una empresa les entregue su estado financiero auditado, por ejemplo. Ellas saben al instante cuánto factura una organización, pues trabajan muy fuerte en ello. Los bancos pueden hacer alianzas en este tipo de temas, así como en verificación de identidad con documentos como el INE y el pasaporte o con reconocimiento facial.

Los bancos pueden aliarse con las fintech para que no tengan que construir soluciones de este tipo desde cero, y así puedan crecer.

La verificación de identidad de manera digital ayuda mucho para hacer el on boarding de forma rápida y robusta. En este campo hay tres o cuatro instituciones mexicanas grandes que han sobrevivido y que tienen buen tamaño del mercado, y otras seis o siete que ya murieron. Creo que en este espacio puede haber colaboración con los neobancos o bancos digitales.

AN Ante este panorama alentador para la banca mexicana, ¿cuál es el mayor reto de los bancos?

Definitivamente, el mayor reto son las fintech. Los bancos en México han conformado un gran oligopolio. El 80% del mercado está concentrado en seis bancos. Se compite poco en precio; la verdadera competencia está en el servicio, y las fintech ofrecen un excelente servicio. Yo diría que, más bien, se trata de un autoservicio a través del celular.

AN ¿Crees que las fintech son como la humedad que se ha filtrado a través de las fisuras y grietas del sistema bancario tradicional, generando miles de manchas a su alrededor?

Aún no son miles, pero -como la humedad- van extendiéndose poco a poco. Son expansivas y muy rápidas. El próximo año, cuando se lleve a cabo de nuevo la Convención Bancaria, seguramente veremos que más retailers también ofrecerán servicios financieros a los clientes, como Spin by Oxxo y Mercado Pago.

El mercado mexicano es vastísimo y aún nos falta mucha educación financiera y bancarizar a la población. Tenemos que saber desde elaborar un presupuesto familiar, hasta entender los productos financieros. México tiene una población joven, con una edad promedio de 29 años. En 30 años, esta población ya tendrá 60 años y, si no ahorra desde hoy en su Afore, no podrá tener una jubilación digna. Mi mensaje para la gente es que piensen en su futuro y planeen. Y para los bancos que aún no son tan digitales, que inviertan en tecnología para que puedan ofrecer una excelente experiencia de servicio. AN

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