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Opinión

Violencia a gran escala y burnout

Por: Yvette Mucharraz y Cano Swipe

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Podría el burnout, o sea, un alto nivel de estrés, ser una de las causas de la violencia? Estrés y violencia parecerían dos conceptos completamente independientes; en efecto, tras años de estudiar el burnout, es posible apuntar en ese sentido. La razón de ello es que, de acuerdo con los especialistas, en el ambiente laboral este síndrome se caracteriza por tres aspectos: un agotamiento excesivo, despersonalización y  baja en la productividad.

Durante la pandemia, el burnout aumentó y afectó especialmente a las mujeres, debido al incremento (en paralelo) del burnout parental, es decir, derivado de la maternidad, que se asoció con el cuidado de enfermos crónicos, las labores domésticas y el trabajo remoto.

El Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección (CIMAD), de IPADE, ha realizado algunas publicaciones científicas y de interés general sobre este tema, después de estudiarlo a fondo en líderes mexicanos y haciendo particular énfasis en la población femenina. El resultado indica que, durante la pandemia por COVID-19, el burnout aumentó y afectó especialmente a las mujeres, debido al incremento (en paralelo) del burnout parental, es decir, derivado de la maternidad, que se asoció con el cuidado de enfermos crónicos y las labores domésticas, además del trabajo remoto, en muchos casos.

| Una nueva pandemia

La combinación de las variables mencionadas se ha reflejado en una nueva pandemia a nivel global, la de las enfermedades mentales. De acuerdo con la OMS, durante la pandemia hubo un incremento de 25% en distintos padecimientos mentales, incluyendo la depresión y la ansiedad. También, el índice de fallecimientos por lesiones autoinfligidas (suicidio) alcanzó una cifra récord en México en 2021, con 8,351 casos, que afectaron especialmente a los jóvenes, con un total de 2,306 casos en los grupos de edad de 10 a 24 años. El siguiente año la cifra disminuyó ligeramente, con una incidencia de 2,038 casos en este grupo de edad.

De acuerdo con la OMS, durante la pandemia hubo un incremento de 25% en distintos padecimientos mentales, incluyendo la depresión y la ansiedad.

Al empatar los datos es posible inferir que los adultos a cargo de jóvenes en esta edad especialmente vulnerable requieren de información, soporte y apoyo, incluso a nivel del sector salud, para ayudarles en lo personal con el tema del burnout ocasionado por el trabajo y por el ejercicio de la paternidad, que los lleva al estado mencionado de agotamiento en exceso y despersonalización; lo que se puede traducir en violencia, además de orientarlos con respecto al apoyo que requieren sus hijos, familiares o jóvenes con quienes tienen cercanía, para identificar y prevenir las enfermedades mentales; además de manejar, de la mejor forma posible, los episodios de ansiedad, depresión, las autolesiones y la ideación suicida.

| Convivencia familiar, clave

Con estos resultados, se deberían tomar decisiones a nivel estructural —gubernamental laboral y social— para favorecer las conductas que pueden mitigar los riesgos e incrementen el bienestar. Para ello, es importante promover la convivencia familiar, la práctica del deporte, el descanso adecuado, las actividades de sano esparcimiento entre amigos, la espiritualidad y el contacto con la naturaleza, que se sabe pueden ayudar incluso a prevenir adicciones.

Las empresas pueden hacer una gran diferencia al promover esquemas de trabajo flexibles y programas de bienestar que fomenten el balance entre la vida familiar, profesional y la salud mental.

Cuando se habla del Sistema Nacional de Cuidados es fácil dejar a un lado a los grupos de edad que se han tratado en este artículo, en el rango de 10 a 24 años, por no formar ya parte de la primera infancia y no ser atendidos en las guarderías o en las escuelas de tiempo completo, y también es indispensable considerar a sus padres, tutores y mentores que regularmente estarían en la edad adulta en una etapa madura, previa a la edad avanzada.

Las empresas pueden hacer una gran diferencia al promover esquemas de trabajo flexibles y programas de bienestar que fomenten el balance entre la vida familiar, profesional y la salud mental para con ello prevenir también el burnout y otras alteraciones que afectan el desempeño laboral, como la ansiedad y la violencia. AN

 


Yvette Mucharraz y Cano es directora del Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección de IPADE Business School.

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