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Nubarrones en el horizonte de la economía mexicana

Por: Rafael Ramírez de Alba López Swipe

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La economía mexicana parte de la base de una clara desaceleración en el 2024: el crecimiento del PIB será de solo 1.4-1.5%. Aun con el impulso de un aumento extraordinario en el gasto público, que resultará en un déficit fiscal cercano al 6% (el más alto en lo que va del siglo), México tendrá un crecimiento menor al promedio de las últimas décadas. Una de las principales razones es la caída en las inversiones. 

En la más reciente encuesta de especialistas del sector privado, publicada por Banco de México, cerca del 70% de los encuestados anticipa que el clima de negocios empeorará en los próximos seis meses.

En la más reciente encuesta de especialistas del sector privado, publicada por Banco de México, cerca del 70% de los encuestados anticipa que el clima de negocios empeorará en los próximos seis meses, y solo el 5% piensa que es un buen momento para invertir.

| Desaceleración en puerta

La perspectiva para el 2025 es que la desaceleración continúe. El consenso de los especialistas es que el crecimiento será de solo 1.2-1.3%, con una muy alta probabilidad de ser todavía más bajo o inclusive de entrar en recesión. Esto por dos factores que se encuentran en punto de quiebre: la creciente violencia e inseguridad, que se extiende a cada vez más lugares del territorio nacional, y la profundamente destructiva reforma del sistema judicial, que inclusive se está convirtiendo en una crisis constitucional por la decisión de la Presidencia de desacatar los fallos judiciales que considere improcedentes.

En los siguientes meses será clave que el gobierno mantenga la estabilidad macroeconómica, lo cual implica necesariamente un manejo prudente de la política fiscal. 

La perspectiva para el 2025 es que la desaceleración continúe. El consenso de los especialistas es que el crecimiento será de solo 1.2-1.3%.

En los “Pre-criterios Generales de Política Económica para el 2025”, dados a conocer en abril, la Secretaría de Hacienda se comprometió a disminuir el déficit a 3.0%. Las cuentas no cuadran: todos los días se anuncian ampliaciones al gasto en programas clientelares, y la economía crece más lentamente, por lo que el déficit seguramente será mayor. A mayor déficit, más endeudamiento.

| El problema de la deuda y el déficit

La deuda del gobierno de México (incluyendo a PEMEX), según estimaciones del Fondo Monetario Internacional, se acerca al 58% del PIB, unos 5 puntos porcentuales más que en 2023. Si bien es un nivel todavía manejable, este incremento implica dedicar cada vez más recursos al servicio de la deuda, en lugar de servicios públicos o infraestructura. Por otro lado, disminuye el margen de maniobra del gobierno para ejecutar su ambicioso programa de transferencias sociales, y podría llevar, tarde o temprano, a un incremento de impuestos; lo que sería un freno adicional al crecimiento económico y al atractivo del país para las inversiones.

La realidad es que la economía se encuentra en situación, si bien no de crisis (todavía), sí de debilidad y con importantes riesgos a la baja.

Un mayor déficit incrementa, además, las presiones inflacionarias, haciendo más difícil el converger al rango objetivo del Banco de México de menos de 4% y forzando al Banco a mantener una posición monetaria restrictiva, lo que se traduce en una tasa de fondeo interbancaria, esperada para 2025, de entre 8 y 10%. Claro está, suponiendo que la Junta de Gobierno del banco pueda mantener su independencia y no ser presionada por el Ejecutivo a tener una postura más laxa, ante la evidente desaceleración de la economía, sin importar que la inflación continúe elevada.

Después de la efímera esperanza del segundo semestre del 2023, de que la economía mexicana estaría en estos momentos en una posición envidiable, aprovechando el impulso de la relocalización de inversiones y pasando por una ordenada transición a una nueva administración, la realidad es que la economía se encuentra en situación, si bien no de crisis (todavía), sí de debilidad y con importantes riesgos a la baja. AN

 


Rafael Ramírez de Alba López es profesor del área de Entorno Económico de IPADE Business

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