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Paquete Económico 2026: Optimista, pero con mayor gasto, déficit y deuda pública

Si bien el PEF26 da continuidad al proceso de consolidación fiscal, ahora se proponen mayor gasto, déficit y deuda pública que antes. Además, se posterga una solución estructural de mediano plazo que incluya un fortalecimiento significativo de los ingresos tributarios, así como contemplar un gasto que atienda los rezagos en infraestructura, educación y salud.

Por: Sergio Castañeda Swipe

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| Programas sociales son prioridad

Como todos los años, el Paquete Económico que envía el jefe del Ejecutivo Federal en turno al Congreso de la Unión es motivo de discusión y de opiniones contrapuestas acerca del manejo de la economía y del presupuesto público. Y el de este año no es la excepción.

Por un lado, Hacienda asegura que se trata de un presupuesto histórico y humanista que tiene como objetivo la máxima de que “por el bien de todos, primero los pobres”. Por otro lado, analistas coinciden en que este es demasiado optimista, sobre todo a nivel macroeconómico; y que, si bien se confirma la intención del gobierno federal por retomar la disciplina fiscal, también se propone un mayor gasto, déficit y deuda pública que antes; así como el aumento de algunos impuestos, la creación de otros nuevos y el rescate, por segunda ocasión (la primera en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador), de Petróleos Mexicanos (Pemex).

Sobresale las modificaciones en las cuotas del IEPS (Impuesto Especial sobre Producción y Servicios) diferente a las gasolinas, en donde se plantea incrementar las cuotas por litro de las bebidas saborizantes que ahora representarán 3.018 pesos por litro.

En el mismo sentido se espera un incremento en la tasa para la adquisición de tabaco, el nuevo impuesto de 8.0% a la prestación de servicios digitales de videojuegos con contenido violento y un aumento a la tasa de retención del Impuesto Sobre la Renta (ISR) por intereses bancarios, que pasaría del 0.50% actual al 0.90%, lo que significa que las instituciones financieras retendrán casi el doble de impuestos a los ahorradores por los rendimientos generados en sus cuentas e inversiones; aunque Hacienda negó que los ahorradores vayan a pagar un mayor impuesto por sus cuentas o inversiones en bancos.

| Continuidad, el nombre del juego

El pasado 8 de septiembre, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) entregó el Paquete Económico 2026 al Congreso de la Unión para su revisión y aprobación. De acuerdo con la dependencia, se trata de una propuesta de política económica orientada a garantizar programas de bienestar, salud, educación y vivienda social, al tiempo que impulsa la actividad productiva mediante inversión pública en programas estratégicos que impulsen al Plan México, bajo una visión de desarrollo basada en el bienestar y el humanismo.

Dos días después, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, acompañada del secretario de Hacienda, Edgar Amador Zamora, dedicó buena parte de su conferencia matutina: “Las mañaneras del pueblo” a hablar de las bondades de dicho paquete, el cual aseguró es responsable, pues garantiza todos los derechos de las mexicanas y mexicanos, los Programas para el Bienestar, contemplando el aumento en beneficiarios y de la inflación, además de que continúa el apoyo a Pemex, para sanear sus finanzas.

Respecto a los ingresos, la Jefa del Ejecutivo Federal explicó que no se aumenta el Impuesto al Valor Agregado (IVA) ni el Impuesto Sobre la Renta (ISR), sino que se plantea aumentar ingresos con la modificación a la Ley de Aduanas combatiendo cualquier resquicio de corrupción; protección a las industrias textil, de zapatos y automotriz para producir más en el país, como parte del Plan México; e implementación de candados a factureras para hacerle frente a la evasión fiscal para incrementar la recaudación.

Además, mencionó, se proponen acciones para proteger la salud de las mexicanas y mexicanos, como la implementación de una contribución (un aumento del IEPS) a las bebidas azucaradas para incentivar hábitos de consumo saludables y disminuir su consumo.

| “Por el bien de todos, primero los pobres”

En su oportunidad, el secretario de Hacienda destacó que se trata de un presupuesto histórico y humanista que tiene como objetivo la máxima de que “por el bien de todos, primero los pobres”, pues los programas para el Bienestar tendrán una inversión social de 987,000 millones de pesos (mdp), que representan un poco más de 2.5% del Producto Interno Bruto (PIB) y que significa una profundización de la estrategia que logró sacar de la pobreza a 13.4 millones de mexicanos.

En el caso de los ingresos, Amador Zamora señaló que, se tiene un nivel histórico en recaudación tributaria y no tributaria con un incremento de 6.3% apuntalado. “En el caso de las contribuciones de comercio exterior, particularmente de aduanas, es de 165,000 mdp y se prevé que, como porcentaje del PIB, los ingresos tributarios lleguen a 15.1%”.

Añadió que el rescate a Pemex ayudará a que se pague los vencimientos de la deuda que se contrajo en el periodo neoliberal.

Para Héctor Magaña Rodríguez, profesor del Departamento de Finanzas en el Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México, las proyecciones de ingresos del Gobierno Federal lucen factibles, aunque en caso de que no se logren seguramente echará mano del recurso del endeudamiento.

Sin embargo, explica en entrevista con Alto Nivel, el rescate de Pemex limita la asignación de recursos a otras áreas que también pueden detonar el crecimiento económico, como la construcción de hospitales, de carreteras que conecten a las diferentes regiones del país; la renovación de puertos y aduanas, para que fluya de manera más ágil el comercio internacional. “Alrededor del 46% de la inversión está asignada a Pemex”.

| Expansión del gasto y mayor déficit

Para Iván Arias y Arely Medina, analistas de Estudios Económicos de Banamex, las principales fortalezas del PEF26 son señalar la intención de estabilizar la deuda pública, así como la mejoría de los ingresos.

Dentro de las amenazas, explican en un análisis, está que el nivel y la estabilización de la deuda queda sujeto a la estimación de un tipo de cambio marcadamente más apreciado en comparación con los analistas, lo que pone riesgos al alza para la estimación de la deuda/PIB para 2026, tal cual ocurrió el año anterior.

La principal debilidad, subrayan, es la ausencia de una discusión sobre una reforma fiscal integral que atienda las necesidades de ingreso y gasto tanto de corto como de largo plazo.

En ese sentido, mencionan, se posterga una solución estructural de mediano plazo que incluya un fortalecimiento significativo de los ingresos tributarios (incluyendo los subnacionales) y que los acerque a niveles de recaudación de países similares; así como contemplar un gasto que atienda los rezagos en infraestructura, educación y salud generados por los recortes y la ineficiente asignación del presupuesto de los últimos años.

Javier Amador, Arnulfo Rodríguez y Carlos Serrano, analistas de BBVA Research, coinciden al asegurar que en el mediano plazo será necesaria una reforma fiscal al considerar que las presiones sobre el gasto público continuarán por la ampliación de los programas sociales y el pago de pensiones.

Sobre el costo del servicio de la deuda pública, destacan, este aumentará de 3.8% del PIB este año a 4.1% en 2026, lo cual reducirá aún más el espacio fiscal.

Todo lo anterior, subrayan, considerando que México es el país con la menor recaudación tributaria (% del PIB) de la OCDE y una de las más bajas en América Latina y que para mantener la disciplina fiscal se ha reducido en años recientes el presupuesto para salud y educación, lo cual afectará el crecimiento potencial del país y limitará la movilidad social.

| Se presume una buena estabilidad económica

Alejandro Javier Saldaña Brito, economista en jefe de Grupo Financiero B×+, considera que el compromiso de Hacienda con la estabilidad fiscal es una condición necesaria para la estabilidad macroeconómica, junto con la autonomía del banco central y una sólida posición externa.

“Un factor que pudiera complicar el logro de las metas fiscales este año radica en los supuestos económicos presentados. En particular, encontramos que la dependencia puede sobreestimar el ingreso, por un mayor crecimiento del PIB, y subestimar el costo financiero, a través de la expectativa de fuertes reducciones adicionales en las tasas de interés”, subraya.

| Optimismo al alza

Sobre el crecimiento de la economía mexicana en 2026, Hacienda anticipa un avance más sólido, en un rango entre 1.8% y 2.8%, impulsado por la fortaleza de la demanda interna, la posición estratégica del país en las cadenas globales de valor y un entorno global y comercial con menor incertidumbre.

El Plan México, subraya la dependencia en el PEF 2026, será clave para impulsar la economía nacional, al atraer más inversiones, generar empleos de calidad, modernizar la infraestructura y promover el desarrollo tecnológico, lo que permitirá avanzar hacia una economía más diversificada y responsable con el medio ambiente.

También prevé una inflación de 3.0% anual para el próximo año, una tasa de referencia de 6.0% al final del periodo y un tipo de cambio de 18.90 al cierre del año.

Janneth Quiroz, Kevin Castro y André Maurin, analistas de Monex, visualizan retos para que se cumplan estos estimados, particularmente en crecimiento económico.

Los especialistas del grupo financiero estiman un crecimiento de 1.5% anual en 2026, ante la persistencia de los aranceles estadounidenses sobre algunas importaciones mexicanas, la incertidumbre derivada de la revisión del T-MEC y el menor dinamismo del consumo y la inversión.

Respecto al tipo de cambio, su estimación de 20 pesos por dólar comprende un entorno de incertidumbre comercial prolongada y su efecto sobre las exportaciones.

En materia de inflación, los analistas de Monex consideran la meta de 3.0% establecida por Banxico como poco probable, ya que en los últimos meses la inflación subyacente ha mostrado rigidez, con las mercancías y los servicios aún por encima del 4.0% anual, a pesar de la desaceleración económica. Sus estimaciones apuntan a un cierre de 3.7% anual.

| Sí, pero no…

En cuanto a la polémica propuesta de aumentar la tasa de retención del ISR por intereses bancarios presentada en el PEF26, Hacienda sostuvo que la actualización de la tasa de retención de 0.5% a 0.9% anual, no implica aumento en el impuesto, pues se trata de un esquema ya previsto en la Ley desde su origen y actualizado de manera periódica, que facilita a los contribuyentes cumplir con su obligación fiscal mediante pagos parciales, sin que ello genere una presión adicional al momento de presentar su declaración anual.

Por ejemplo, explicó la dependencia en un comunicado, con el modelo actual, un contribuyente que tiene 500,000 pesos de ahorro en bancos recibirá 18,950 pesos de intereses reales en el año y tendrá que pagar ISR por 4,737 pesos.

Asimismo, comentó, con el porcentaje de retención vigente, en su declaración anual debe pagar 2,237 pesos para completar su pago, lo que representa casi la mitad del impuesto total.

Según las condiciones de mercado existentes, agregó, con la tasa propuesta, el contribuyente, tras las retenciones durante el año, tendría un pago final en su declaración de 237 pesos, equivalente sólo al 5% de su impuesto total, pero pagando exactamente los mismos impuestos.

Finalmente, Héctor Magaña Rodríguez, profesor del Departamento de Finanzas en el Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México, dice que, con el incremento a la tasa de retención del ISR por intereses bancarios propuesto por el Ejecutivo federal, aunado a la baja de las tasas de interés y una inflación relativamente estable, que promueven el consumo, será más complicado que nuevos ahorradores se sumen al sistema financiero. AN

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