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T-MEC a revisión: nearshoring y 1.5 billones de dólares en juego

Estados Unidos, México y Canadá deben reunirse antes del 1 de julio de 2026 para revisar el funcionamiento del acuerdo y decidir sobre una prórroga de 16 años. El proceso comenzó formalmente el 1 de octubre de 2025, cuando se abrió un período de consulta de 90 días. Para México, el tratado comercial es indispensable: casi el 85% de sus exportaciones se destinan a EU.

Por: Sergio Castañeda Swipe

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| Ya pasaron 5 años

El Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC), que el pasado 1 de julio celebró su quinto aniversario, se ha convertido en un pilar de la integración regional. Desde su implementación en julio de 2020, el acuerdo ha impulsado el comercio transfronterizo a niveles récord, superando actualmente los 1.5 billones de dólares anuales, o casi 3 millones de dólares por minuto; además de generar millones de empleos en toda la región.

EE. UU, México y Canadá deben reunirse antes del 1 de julio de 2026 para revisar el funcionamiento del acuerdo y decidir sobre una prórroga de 16 años, es decir, hasta 2042. Si no se llega a un consenso, el tratado permanece vigente, pero se somete a revisiones anuales y solo expira en 2036 si aún no se logra un acuerdo.

El proceso comienza formalmente el 1 de octubre de 2025, cuando se abre un período de consulta de 90 días. Para enero de 2026, la Oficina del Representante Comercial de EU (USTR) debe presentar un informe al Congreso que describa los objetivos de la revisión y la postura de EU sobre la prórroga del acuerdo. En México, un “Cuarto de Juntos” —un foro de consulta entre el gobierno y el sector privado— ya ha comenzado sus preparativos.

Héctor Magaña Rodríguez, profesor del Departamento de Finanzas en el Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México, destaca la importancia de este tratado comercial para México, al generar un tercio de la producción de nuestro país.

“Básicamente este tratado convirtió a México en el principal socio comercial de EU, así que cualquier cambio, incluso la incertidumbre que haya en la próxima revisión, va a impactar de manera directa en la inversión, en el empleo y el crecimiento económico de nuestro país”, menciona en entrevista con Alto Nivel.


| Trump endurece las reglas

Para UBS, dadas las diferentes prioridades, parece improbable una resolución rápida en 2026, pero cree que el acuerdo en sí probablemente perdure.

En un análisis titulado “Es probable que el T-MEC siga siendo un pilar de la integración regional, a pesar de la próxima revisión”, la firma global de servicios financieros con sede en Suiza indica que, si bien es prematuro predecir el resultado, existen indicios de que EU podría impulsar normas más estrictas en materia de seguridad nacional y política industrial.

Entre las posibles propuestas, menciona, se incluyen el endurecimiento de las normas de origen, la restricción de la inversión extranjera en sectores estratégicos, el fortalecimiento del mecanismo de resolución de conflictos laborales y el fortalecimiento de las disposiciones sobre comercio digital, ciberseguridad y propiedad intelectual.

UBS ve probable que también se planteen las preocupaciones de EU sobre las importaciones procedentes de China, ya que Washington posiblemente busque nuevas herramientas de control para supervisar la inversión china en México.

La firma global de servicios financieros indica que, aunque el proceso de revisión del T-MEC no pretende ser una renegociación completa, declaraciones recientes de funcionarios estadounidenses, incluido el secretario de Comercio, Howard Lutnick, sugieren que Washington podría abordar las conversaciones con ambiciones más amplias.


| La industria automotriz en vilo

Adán Guzmán, Regional Product Marketing Manager for Risk and Compliance Solutions de CIAL dun & bradstreet, considera que EU podría buscar obtener ciertos beneficios en temas relacionados con migración, seguridad y la producción de fentanilo. “Además, podría reforzar algunos temas abordados durante la vigencia del T-MEC, como el capítulo laboral sobre salarios; para ampliar el mecanismo de respuesta rápida para otros sectores distintos al manufacturero, así como el de trabajo forzado”.

Por otro lado, subraya en entrevista con Alto Nivel, podría profundizar el tema del contenido regional en industrias como la automotriz, que ahora representa 32% de lo que EU importa desde México (en 2009 pesaba solo 19%). “Esto podría ampliarse a equipo de cómputo, acero, aluminio, entre otras industrias”.

Si estas presiones se concretan, Guzmán preve una afectación sobre las exportaciones de México. “Pero también hay que considerar que México es vital para EU en su cadena de proveeduría, y entonces el gobierno puede aprovechar esta posición para intensificar su relación con el país vecino”.

Cabe recordar, comenta, que casi 71% de los insumos que utilizan las maquiladoras son de origen importado, por lo que el Plan México 2024-2030 puede ser una alternativa para reforzar el componente nacional de las exportaciones. “En este sentido, la respuesta de la presidenta Sheinbaum podría ir por esta línea, buscando una mayor integración regional, pero también generando políticas internas que promuevan las inversiones nacionales, y desde el exterior. Sobre todo, en materia energética y de infraestructura”.


| T-MEC perdurará con condiciones más estrictas

A pesar de la potencial volatilidad, UBS considera que el alto grado de integración norteamericana y el beneficio mutuo hacen improbable, una ruptura total, por lo que sigue creyendo que el T-MEC perdurará, aunque posiblemente con condiciones más estrictas para México y Canadá.

Adán Guzmán, Regional Product Marketing Manager for Risk and Compliance Solutions de CIAL dun & bradstreet, coindice con UBS, al indicar que la probabilidad de que desaparezca el T-MEC es muy baja, ya que afectaría significativamente toda la cadena de valor e integración regional generada desde 1994, cuando entró en vigor el entonces TLCAN.

Actualmente, destaca, más del 30% del comercio exterior de EU se realiza con México y Canadá. “Aunque se ha incrementado solamente un punto porcentual desde 2018, el comercio de EU con China se redujo de 15.7% en 2018 hasta 10.9% en 2024”.

Por otro lado, menciona Guzmán, también es cierto que, si el T-MEC desapareciera, el principal afectado sería México, dado que casi 84% de sus exportaciones totales se destinan hacia EU. “

“En México, las exportaciones hacia el vecino del norte representan casi 30% del PIB local, por lo que una desaparición del T-MEC generaría de inmediato un desplome de las exportaciones, una recesión y una caída de la inversión, además de una gran depreciación del peso mexicano y una elevación de la inflación, entre otros efectos. Pero desde CIAL dun & bradstreet, reiteramos que ese escenario es muy poco probable, debido a los beneficios que da a los países involucrados”, considera.


| ¿Qué debe hacer México?

Para el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) México debe tener claros sus intereses ofensivos (para expandir el comercio) y defensivos (para mantener el acceso a mercado) y participar activamente en el proceso de consultas desde el sector público, a nivel federal y estatal, y privado.

En un análisis titulado “A cinco años del T-MEC ¿En dónde estamos?”, el centro de investigación en política pública indica en vísperas del inicio del proceso para la primera revisión del T-MEC es necesario que el gobierno mexicano esté preparado para abordar los temas que podrían generar tensiones entre los socios, entre los que destacan: reglas de origen del sector automotriz, disposiciones laborales, acceso a los mercados agrícolas, politica energética mexicana, derechos de propiedad intelectual e inversiones chinas en América del Norte.

Al respecto, Adán Guzmán considera que México debe promover la permanencia del T-MEC, dado que ha sido gratamente beneficiado por este proceso de apertura comercial por más de tres décadas y se tiene una estrecha relación comercial con EU debido a la cercanía geográfica, pewro también se debe buscar diversificar las exportaciones mirando a otras regiones como Europa y Asia.


| 4 retos importantes

El Regional Product Marketing Manager for Risk and Compliance Solutions de CIAL dun & bradstreet también cree que generar políticas sectoriales específicas para mejorar la competitividad de México es clave para sectores como agroindustria, vehículos eléctricos, semiconductores, minerales estratégicos, entre otros.

Otro aspecto relevante, agrega, es consolidar el marco institucional y el estado de derecho, a fin de promover la inversión, tanto nacional como desde el exterior. “México invierte hoy solo 24% del PIB, cuando existe la posibilidad de elevarse por encima del 30%, como ocurre en otras economías emergentes”.

En resumen, comenta, son cuatro retos clave de cara a la renegociación del T-MEC: primero, lograr la permanencia del Tratado; segundo, evitar una mayor dependencia exportadora hacia EU; tercero, evitar un endurecimiento de las reglas de origen para ciertas industrias; y, por último, pero no menos importante, evitar las presiones en materia laboral.

Héctor Magaña Rodríguez, profesor del Departamento de Finanzas en el Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México, considera que México va a buscar defender tres cosas en la próxima revisión del tratado comercial: mantener el principio de libre comercio sin aranceles dentro de la región de Norteamérica; que no se le impongan reglas que frenen su desarrollo interno, como excesivas restricciones en los sectores energético y agricultura; y por último, modernizar el tratado en áreas donde hay un consenso, como el comercio digital.

México, sostiene, debe aprovechar esta revisión del acuerdo comercial para detonar ahora sí el fenómeno del neoshoring.

“Si la negociación llega a buen puerto, estimamos que la Inversión Extranjera Directa (IED) en nuestro país pudiera crecer entre 15 y 20% en los próximos cinco años, principalmente en los sectores de manufactura avanzada, electrónica y energías renovables. Estamos hablando de inyecciones de capital de alrededor de 10,000 a 15,000 millones de dólares (mdd), dependiendo del sector. Y eso en materia de empleo significaría la generación de medio millón de nuevos empleos formales en la próxima década distribuidos en las industrias automotriz, energía y digitales”, detalla. AN

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