
Mezcal, Oro de Oaxaca: una historia de visión y resiliencia
Desde sus orígenes en Santiago Matatlán, hasta su consolidación como uno de los mezcales más emblemáticos de México, Mezcal Oro de Oaxaca es el resultado de una familia que desafió la adversidad para llevar el espíritu de su tierra al mundo.
Por: Ulises NavarroContinua en la historia

| Una empresa con mucha visión
En el corazón de Oaxaca, donde el sol dora los campos de agave y el viento susurra historias ancestrales, nació uno de los mezcales más emblemáticos de México. Su distintivo color ámbar cristalino y el gusano de maguey en la botella son símbolos de su autenticidad y tradición. Mezcal Oro de Oaxaca no es solo un destilado; es la esencia de una cultura, el legado de una familia y la pasión de una tierra que ha resistido el tiempo con la firmeza de sus raíces zapotecas.
Isabel López García, directora comercial de Mezcal Oro de Oaxaca, cuenta con emoción la historia de su padre, don José López Mateo, hombre visionario que vio más allá del mezcal como simple bebida. Su sueño era cambiar la percepción que el mundo tenía de este elixir, llevado por generaciones como parte de la vida y muerte de los oaxaqueños.
Mi papá comprendió que el mezcal merecía ser dignificado, llevado con orgullo a las mesas y reconocido por su valor, dejando atrás la percepción de que era solo un destilado para los ‘teporochos’”, dice Isabel, con la mirada encendida de recuerdos.
Pero su camino no fue fácil. En un giro inesperado de la vida, don José sufrió un accidente que lo dejó incapacitado largo tiempo. La familia, que había invertido todo en su sueño, quedó en una situación económica devastadora. Sin embargo, en lugar de rendirse, tomaron la adversidad como un nuevo punto de partida. Con esfuerzo y determinación, comenzaron de nuevo desde cero, con la convicción de que su mezcal algún día ocuparía el lugar que merecía.

| Décadas de historia
La marca se registró en 1985, pero su historia comenzó mucho antes, en 1940, en la tierra zapoteca de Santiago Matatlán. Fue entonces cuando el maestro mezcalero, don José López Escobar, abuelo de Isabel y reconocido como uno de los mejores mezcaleros de Oaxaca, inició el negocio. Su hijo –el padre de Isabel– tomó el relevo del legado familiar.
Convencido de que el mezcal tenía un potencial enorme, don José López Mateo trabajó incansablemente en la estandarización del sabor, el equilibrio del aroma y, sobre todo, en transformar la percepción de la bebida. Su esfuerzo no solo honró el trabajo de su padre, sino que también convirtió el mezcal en una de las bebidas más valoradas en México y el mundo.
Durante años, don José vendió el destilado a granel, sobre todo entre las comunidades rurales. Sin embargo, su determinación era inquebrantable. Mientras él se dedicaba a promocionar la bebida, su esposa, una mujer de admirable fortaleza, mantenía el hogar vendiendo mezcal a clientes que pagaban con las pocas monedas que llevaban en los bolsillos. Fueron años de lucha, esfuerzo y perseverancia, hasta que Mezcal Oro de Oaxaca, finalmente, comenzó a embotellarse y encontró su lugar en el mercado.
El desarrollo de la marca tomó tres años y, aun cuando logró consolidarla, pasaron cinco o seis años antes de que don José pudiera vender una sola botella. Iba de tienda en tienda, visitaba vinaterías, pero siempre recibía la misma respuesta: el mezcal era demasiado caro.
Ante los rechazos, decidió cambiar de estrategia. En lugar de rendirse, empezó a regalar mezcal y a patrocinarlo en eventos locales, como carreras de ciclismo y torneos de basquetbol. Así, con paciencia y persistencia, logró que el mezcal fuera reconocido y apreciado.

| El color del oro, el alma de Oaxaca
Si hay algo que distingue a Mezcal Oro de Oaxaca es su color ámbar cristalino. No fue un accidente ni una casualidad. “Mi papá decía: ‘La marca se llama Oro de Oaxaca, así que tengo que lograr una fórmula para que el líquido asimile el color dorado de los atardeceres de Oaxaca’”, relata Isabel con orgullo. Así nació un mezcal con una graduación de 38 grados: suave, pero potente, listo para conquistar los paladares más exigentes.
La pasión por este mezcal no solo se traduce en su color, sino en cada paso de su elaboración. El proceso es completamente artesanal: desde la selección de agaves con más de ocho años de maduración, hasta la cocción en hornos de piedra volcánica, la molienda con rueda de piedra tirada por un caballo y la fermentación en tinas de madera. Cada gota encierra la tradición de años, el esfuerzo de manos expertas y el amor por una bebida que representa la identidad de un pueblo.
De la primera etapa en este meticuloso proceso surge un destilado con características especiales y una graduación alcohólica superior. Luego se realiza una segunda destilación que refina el alma del maguey y da vida al “elixir divino”: el mezcal. Finalmente, el producto alcanza una pureza extraordinaria y un intenso color dorado antes de ser envasado, recibir el sello de la casa y ser acompañado por un gusano de maguey, nacido del propio corazón de la planta.
La línea de productos de Mezcal Oro de Oaxaca refleja esta dedicación a la calidad y la tradición. Se divide en tres categorías: tradicional, orgánico premium y cremas de maguey.

| Mezcal con alma femenina
Un rasgo distintivo de Mezcal Oro de Oaxaca es su compromiso con la comunidad. El 90% de su fuerza laboral está conformada por mujeres, muchas de ellas jóvenes que estudian y trabajan medio tiempo para salir adelante. De hecho, Oro de Oaxaca fue una de las primeras empresas en contar con una maestra mezcalera. “Nosotros no solo hacemos mezcal; damos oportunidades, generamos empleos y apoyamos a nuestra gente”, dice Isabel.
El mezcal, que alguna vez fue relegado a las sombras de la industria, hoy brilla con luz propia en las mesas de México y el mundo. Pero en su esencia sigue siendo el mismo: el reflejo de la tierra zapoteca, de sus montañas y de sus mujeres y hombres que, con esfuerzo, pasión y amor, transforman un simple agave en el elixir que lleva en cada botella el corazón de Oaxaca.
A pesar del crecimiento de las transnacionales, en la industria del mezcal Isabel y su familia están decididos a continuar con su empresa. Lo hacen por amor y pasión a Oaxaca, a su gente y a su cultura, con la convicción de que su historia y tradición valen más que cualquier competencia. “No solo vendemos mezcal, compartimos nuestra identidad con el mundo”, concluye Isabel.
| Compromiso con la sostenibilidad
Mezcal Oro de Oaxaca implementa prácticas sostenibles como:
- Uso responsable del agua
- Gestión de residuos y creación de abonos orgánicos
- Reforestación con plantas nativas
- Programa de apoyo a colaboradores y sus familias
Además, su etiqueta amarilla ha sido galardonada con medalla de oro en el Concurso Espirituoso de Bruselas en 2016, 2017 y 2022, mientras que su espadín orgánico es la primera marca certificada como oro virgen. AN