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Opinión

Situación y previsión económica 2024

Por: Laura Iturbide Galindo Swipe

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La proyección que se tenía a principios de 2023 resultó ser distinta a lo que realmente ocurrió, además de que en el camino aparecieron sucesos como la quiebra de bancos y el temor a un credit crunch, así como el conflicto bélico del Medio Oriente, que generaron olas de incertidumbre y volvieron a empañar la perspectiva global. El Fondo Monetario Internacional (FMI) en su World Economic Outlook, en octubre, resumía la evolución del 2023 como una “economía lenta, con un avance disparejo y riesgo inflacionario latente”.

El FMI en su World Economic Outlook, en octubre, resumía la evolución del 2023 como una “economía lenta, con un avance disparejo y riesgo inflacionario latente”.

| Sucesos inesperados

Así, el 2023 fue el resultado de estos sucesos inesperados al que se sumaron los efectos de la pandemia, la continuidad en la fragmentación geo-económica, la guerra Ucrania-Rusia y la prolongación de medidas monetarias rígidas que impidieron un relajamiento que llevara a tasas de interés más bajas, lo que se ha denominado too high for too long.

La desaceleración prevista para 2023 por el FMI terminó finalmente siendo de 3.0% y en 2024 de 2.9%, luego que la economía mundial creciera 3.5% en 2022.

La trayectoria de los países emergentes aún está, en general, por debajo de la que tenía antes de la pandemia, afectados en buena medida por su elevado endeudamiento.

Los principales países y áreas importantes: zona Euro, China y Estados Unidos mostraron evoluciones diferentes en su actividad económica. La primera experimentó, prácticamente, una recesión industrial, a la vez que el país asiático,  con muchos  problemas en su sector inmobiliario, se estancó, y quedó solo EU como el motor de la economía mundial por su fortaleza en el mercado laboral. Así, en el primer y segundo casos, el crecimiento esperado para este año fue revisado a la baja y al alza en el tercero; las estimaciones del FMI son de 0.7%, 5.1% y 2.1%, respectivamente.

En tanto, la trayectoria de los países emergentes aún está, en general, por debajo de la que tenía antes de la pandemia, afectados en buena medida por su elevado endeudamiento. Las naciones asiáticas siguieron abanderando el crecimiento y las latinoamericanas continuaron rezagadas.

| Entre el bien y el mal

El caso de México es diferente, con un aumento esperado del Producto Interno Bruto de 3.2%, mejor a lo previsto, se vio beneficiado por el continuado y elevado ingreso de remesas, la inversión privada motivada por el nearshoring y la resiliencia de EU, que acabó esquivando la recesión. Sectores como el de la construcción y servicios afectados por la pandemia de COVID-19 hoy son los que empujan el país. Será la economía de segundo mayor crecimiento de la región, después de Panamá y su crecimiento será mayor al de Canadá y EU. Ante una desaceleración prevista en esta última economía para 2024 (1.5%), es de esperarse que la economía mexicana crezca 2.1%.

Los choques climáticos y la inestabilidad del Medio Oriente acabaron poniendo presión en los precios de los alimentos y energéticos, y trastocarán las metas inflacionarias.

En el caso de México, además, más gasto y menores ingresos fiscales pusieron presión a las cuentas públicas, por una mayor deuda. El Banco de México ha advertido que el déficit fiscal para 2024 aprobado tendrá un impacto inflacionario y la política fiscal expansiva alargará la restricción monetaria. Por lo que el objetivo inflacionario no podrá ser alcanzado sino hasta 2025; empero, si no se lograra el proceso de consolidación fiscal previsto para ese año, las consecuencias en la dinámica inflacionarias, podrían ser mayores.

El 2024 será un año complicado para el mundo y para el país. Aún no se sabe si el conflicto del Medio Oriente pueda extenderse y volverse de tipo regional; la guerra Ucrania-Rusia no se acaba, y la guerra económica China-EU ha escalado.

De hecho, mayores costos salariales para las empresas, un mercado laboral ajustado y cotizaciones más altas en combustibles se añadieron a la presión en precios. De esta manera, el balance de riesgo inflacionario se deterioró a nivel nacional y global, esperando una tasa de crecimiento mundial en precios del 5.8% para el año que entra. Y, para el caso de México, las previsiones inflacionarias son de 4 y 3.2% para 2023 y 2024, respectivamente.

El 2024 será un año complicado para el mundo y para el país. Aún no se sabe si el conflicto del Medio Oriente pueda extenderse y volverse de tipo regional; la guerra Ucrania-Rusia no se acaba, y la guerra económica China-EU ha escalado.

En México, además de este riesgo, está el déficit presupuestal que será generado por el gasto planteado y la disminución en la recaudación, que presionarán las finanzas públicas. AN

 


Laura Iturbide Galindo es académica del Centro de Alta Dirección en Economía
y Negocios de la Universidad Anáhuac México y consejera independiente.

@IDEA_Anahuac • Correo: [email protected]

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