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Opinión

El pensamiento prospectivo en tiempos de incertidumbre

Enfrentar un contexto global macrodesafiante de bajo crecimiento, volátil, con tensiones geopolíticas y sociales y en medio de las tecnologías exponenciales, debe ser el detonador de inspiración para la reinvención del negocio con la mirada puesta en el futuro. Es la oportunidad de diseñar una estrategia viable de más largo plazo para forjar un futuro generador de valor.

Por: Sylvia Hernández Swipe

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| El valor del pensamiento prospectivo: incidir en el futuro

Para construir una organización de futuro adaptable, pero disruptiva, las empresas deben anticipar el futuro, aun ante la presión y gestión del corto plazo, en medio de una gran incertidumbre, con una fuerza laboral cambiante, en plena transformación digital, la presión de gestionar innovación rápida y constante, ante un consumidor empoderado y colaboradores cansados y ansiosos.

Es muy fácil perder de vista la perspectiva y las tendencias a largo plazo en medio de giros a corto plazo, por lo que el pensamiento estratégico prospectivo en tiempos de incertidumbre se vuelve medular para lograr estrategias proactivas y no reactivas.

El pensamiento estratégico prospectivo se alimenta constantemente de inteligencia y crea conexiones entre tendencias, experiencias, conocimiento, ideas, etc. Anticipa necesidades y oportunidades, creando escenarios para reimaginar el modelo de negocio (desde el propósito y la propuesta de valor, hasta la gestión y operación), y desarrolla una visión dirigida al logro de objetivos puntuales. La anticipación no tiene mayor sentido, si no es que sirve para esclarecer la acción. Esa es la razón por la cual la prospectiva y la estrategia son generalmente indisociables.


| Elementos clave de la estrategia prospectiva

1. Inmersión en el contexto externo macro PESTEL (Político, Económico, Social, Ecológico y Legal). Toda inmersión prospectiva se inicia con un análisis estratégico de la situación actual, que identifica actores, patrones y variables clave. Identificar las fuerzas externas más poderosas que podrían, en el tiempo, poner en riesgo la viabilidad del negocio es fundamental; considerando que las variables están cambiando rápidamente, es importante determinar las fuerzas positivas que podrían favorecer al negocio; pero, más importante aún, las que podrían ponerlo en riesgo. Es también importante no desgastar esfuerzo y recursos en aquellas que son irrelevantes.

Se trata de identificar señales que se consoliden en tendencias que nos permitan definir escenarios plausibles, posibles, probables y preferibles. La inmersión debe generar un enfoque sistemático que permita pronosticar cuáles de estas fuerzas en evolución exigen y detonan un cambio en la estrategia, tanto para anticipar una oportunidad o incluso para blindar la viabilidad del negocio.

2. Entender al consumidor y sus comportamientos en tendencia. Comprender cómo están cambiando las prioridades de los usuarios/consumidores actuales y potenciales es fundamental para identificar señales significativas de cambio. Entender sus vidas y sus preocupaciones hacia el futuro y cómo los cambios externos (PESTEL) podrían reorganizar sus prioridades y comportamientos.

Estos factores de cambio deben ser los detonadores para definir cómo puede y debe responder la empresa a través de la disrupción, que conlleve a nuevas propuestas de valor deseables, factibles y viables, afines a las nuevas perspectivas, de manera anticipada y diferenciada de la competencia.

3. Entender a la competencia. Los mercados, sin importar el tamaño o sector, están cada vez más competidos. La globalización conlleva que cada vez emerjan más y mejores competidores, por lo que es necesario reflexionar sobre el futuro que enfrentará la empresa en el marco competitivo, entendiendo el tipo de mentalidad estratégica que tienen los competidores actuales, pero también aquellos potenciales que podrían sumarse en el futuro.

4. Liderazgo y desarrollo de habilidades. Los líderes del futuro deben ser transformacionales y prospectivos, alejándose de la visión de actitud reactiva para resolver conflictos (administrar y solventar) y, por el contrario, tener una actitud proactiva, anticipada y preventiva. De tal forma que la anticipación estratégica sea un hábito continuo y permanente en su gestión. El enfoque estratégico del neolíder debe estar en la anticipación y en la prevención, y ser capaz de enfrentar la incertidumbre, el cambio de tendencias y pronósticos desafiantes, con estrategias inteligentes para los futuros preferibles o para los indeseables.

Finalmente, la dinámica de cambio acelerada que enfrentamos, en un contexto VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo), obliga a que las empresas, para sobrevivir, sean prospectivas y estratégicas a través de la exploración de futuros, la experimentación y la colaboración, convirtiendo un futuro desconocido e incierto en uno de oportunidades de negocio sostenibles.

La disyuntiva está clara para el sector empresarial: el futuro nos alcanza o alcanzamos el futuro. AN

 



La Maestra Sylvia Hernández Banítez es Business Strategy Advisor (Business Transformation, Corporate Strategy, Strategic Innovation, Marketing & Communications).

LinkedIn: Sylvia Hernández

Twitter: @SylviaHB02
IG: @shb_strategicthinking
www.shb-strategictinking.com

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