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Opinión

Insólito incremento de asaltos en 2022

Por: Alejandro Desfassiaux Swipe

Continua en la historia

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Más allá del repunte del 55% de asaltos al transporte en los municipios limítrofes con la CDMX (cifra que representa el 42% de los delitos cometidos en el país, según reflejan datos recientes del SESNSP) y del aumento de la incidencia delictiva de 12.7% durante 2021, de acuerdo con cifras de la Procuraduría capitalina, lo que caracteriza el inicio de este año es la peculiaridad por la que están optando los delincuentes para cometer delitos.

En lo poco que llevamos de 2022, ya tenemos conocimiento de un ladrón que emplea una metralleta para asaltar combis en Coacalco, “amas de casa” armadas que cometen asaltos en Tlalnepantla, hombres que portan máscaras de luchadores populares de la AAA para atracar a automovilistas en la colonia Portales; así como otros delitos sui géneris, como el robo a un banco del Centro Histórico por hombres disfrazados con trajes de sanitización y los 112 hurtos a tiendas de conveniencia, realizados por un solo individuo en las alcaldías Cuauhtémoc, Coyoacán y Benito Juárez.

En la Ciudad de México operan 20 grupos criminales, distribuidos en 11 de las 16 alcaldías que conforman la metrópoli.

La gente ya no sabe de dónde, ni cómo ni cuándo vendrá la amenaza. Tan solo en la Ciudad de México operan 20 grupos criminales, distribuidos en 11 de las 16 alcaldías que conforman la metrópoli, según reconoció recientemente la Secretaría de Seguridad Ciudadana capitalina.

| Las más peligrosas

Existen tres alcaldías en la Ciudad de México que arrojan un mayor porcentaje de incidencia delictiva. De acuerdo con el último estudio realizado por la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de la Ciudad de México (Canaco-CDMX), la incidencia delictiva más alta de la capital del país se concentra en tres localidades: Tláhuac (25.7%), Cuauhtémoc (24.1%) e Iztapalapa (20.9%).

Por otro lado, Benito Juárez, Coyoacán y Cuauhtémoc son alcaldías donde más se presenta el delito de cobro por derecho de piso. En 2021 hubo un incremento de 11.2% en este delito en la CDMX, según la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.

Es igualmente singular la falta de acción de las policías y de las autoridades por resolver estas problemáticas que, si están teniendo altibajos en algunos rubros, hay que reconocerlo, en parte es debido a la pandemia y a los cambios que generó en la vida económica y social, como el fortalecimiento del trabajo remoto y el auge de las compras en línea, que reducen las aglomeraciones y aumentan las oportunidades para cometer ciertos delitos.

La incidencia delictiva más alta de la capital del país se concentra en tres localidades: Tláhuac (25.7%), Cuauhtémoc (24.1%) e Iztapalapa (20.9%).

Lo importante a resaltar es que los cambios que trajo la pandemia pudieran ser más permanentes de lo que suponíamos, puesto que están alterando la matriz de oportunidades delictivas de forma más prolongada; sin embargo, a la vez que disminuye el delito físico en algunos rubros, vemos un incremento notable en los delitos virtuales, como ciberestafas y extorsiones digitales.

| Sin cambios en el corto plazo

No hay señales que nos permitan suponer que esta situación vaya a cambiar en el corto plazo, por lo que las autoridades deben trabajar para reducir la cifra negra en materia de extorsión, mejorar la eficiencia de los Ministerios Públicos y del sistema de justicia en general.

No hay señales que nos permitan suponer que esta situación vaya a cambiar en el corto plazo.

En cuanto a los asaltos, de nada sirve que existan cámaras al interior del transporte público, si no existe un operativo de asistencia pronta de la policía para detener a los delincuentes, ni se incrementen los patrullajes de la Guardia Nacional, sobre todo en la rutas más problemáticas.

Otras propuestas son que tanto grupos de especialistas como autoridades se reúnan con los choferes de las rutas para escuchar, registrar y sistematizar la información de sus experiencias; recabar las denuncias y revisar con el MP que estén bien. Con esa información se tendrían los nombres y datos generales para identificar y ubicar a los asaltantes y, con ello, evitar la resiente e insólita inspiración a la que algunos están recurriendo para consumar ciertos delitos. AN

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