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Opinión

La minería del futuro sería ejemplo de un nuevo capitalismo

Por: Julio Madrazo Swipe

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Hablar del futuro de la minería equivale a hablar de una minería diferente a la que conocimos en los siglos xix y xx. Yo me atrevería a decir que las ideas fundamentales de cómo debe ser la minería del futuro ya “están aquí”, pero que todavía no vemos su completa adopción e implementación.

La minería es una industria indispensable en nuestra sociedad. Más allá de los empleos directos e indirectos que genera, de la derrama económica en su cadena de producción y proveeduría o de su aportación fiscal, los metales y minerales que se obtienen de la tierra son indispensables para casi todo lo que hacemos en nuestra vida cotidiana.

Un auto tiene más de 800 minerales o metales; entre ellos, hierro, carbón, aluminio, zinc, plata, sílice, borato y grafito. Lo mismo que un smartphone, que tiene más de 100 minerales o un panel solar, que tiene 19 metales y minerales.

Un auto tiene más de 800 minerales o metales; entre ellos, hierro, carbón, aluminio, zinc, plata, sílice, borato y grafito. Lo mismo que un smartphone, que tiene más de 100 minerales o un panel solar, que tiene 19 metales y minerales. En la medicina, sustancias como el flúor o el bismuto, por mencionar dos ejemplos, se utilizan en medicamentos para tratar el asma, así como en la industria de los cosméticos o en la producción de pigmentos para pintura. En todo lo que transmite electricidad y en las telecomunicaciones el cobre es un elemento indispensable. Es decir, sin minería no tendríamos los productos, los aparatos, el desarrollo industrial y la economía en que vivimos. No existirían las licuadoras y el hombre jamás habría llegado a la Luna.

| Transformación en puerta

Sin embargo, cuando pensamos en minas (a cielo abierto o subterráneas), las imágenes que nos remiten son las de lugares de trabajo muy inhóspitos, peligrosos, donde los trabajadores arriesgan su vida todos los días. Accidentes como el de Pasta de Conchos, en 2006, y más recientemente en Coahuila, nos subrayan esta percepción.

Pero debemos reconocer que la minería, desde hace unos 15 años, viene haciendo un importante esfuerzo en todo el mundo por transformarse, por consumir menos agua y energía, cumplir con estándares de respeto a los derechos humanos, por establecer relaciones transparentes y económicamente benéficas para las comunidades donde trabajan, así como establecer metas muy claras de ESGs (environmental social and governance), entre muchas otras.

Desde hace unos 15 años, la minería viene haciendo un importante esfuerzo en todo el mundo por transformarse, por consumir menos agua y energía, cumplir con estándares de respeto a los derechos humanos.

Tan solo con revisar los informes a sus inversionistas y sus reportes de cumplimiento con metas de sustentabilidad es posible darnos una idea de que hay una manera distinta de comportarse en la industria. Hoy existen protocolos muy serios y rigurosos, como los del Indigineous and Community Relationship Protocol, de la Asociación Canadiense de Minería, o el World Gold Council Conflict-Free Standard. Ambos son ejemplos de directrices que las empresas deben adoptar en su operación para certificarse como empresas mineras de clase mundial. Y más aún, con la ola que ha crecido de inversionistas institucionales con criterios de sustentabilidad, para las empresas públicas cumplir con estos protocolos es indispensable.

| Alianzas con la sociedad civil, el futuro

Otro hecho real de cómo se han ido transformando las principales empresas mineras del mundo son las alianzas que han establecido con asociaciones de la sociedad civil, sin fines de lucro, para apoyar sus actividades de conservación del medio ambiente, de desarrollo comunitario, salud o educación. En este sentido, esas asociaciones civiles han reconocido el compromiso de las mineras con su entorno y aceptado sus fondos para potenciar el trabajo que realizan.

La minería del futuro debería ir más allá en tres aspectos: fortalecer y homogeneizar sus métricas de cumplimiento de ESGs; mejorar la transparencia y los acuerdos con las comunidades; y contabilizar en sus reportes financieros las externalidades negativas que su actividad genera.

Todo esto para decir que la minería del futuro se está construyendo día a día, y lo que debemos hacer, y sobre todo las autoridades responsables, es supervisar que estos protocolos se cumplan. Muchas veces empresas mineras medianas o chicas, que no tienen el escrutinio público de los mercados, operan con base en el modus operandi del siglo xix, con el maltrato que ello supone para sus colaboradores, el medio ambiente y las comunidades donde trabajan.

Pero la minería del futuro aún tiene tareas pendientes y debería ir más allá en al menos tres aspectos: fortalecer y homogeneizar sus métricas de cumplimiento de ESGs; mejorar la transparencia y los acuerdos con las comunidades; y contabilizar en sus reportes financieros las externalidades negativas que su actividad genera. AN


Julio Madrazo es director y socio fundador de De la Calle, Madrazo, Mancera (CMM), y forma parte del Consejo Consultivo de T7 International Group.

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