| Calidad internacional, producto nacional
Hace unos meses, Casa 1910 tuvo la oportunidad de presentarse en el evento mundial de cigarros prémium más importante de Estados Unidos, la feria Premium Cigar Association (PCA). Participan marcas de muchos países y Manolo se quedó con un estupendo sabor de boca al ver cómo los dueños de las tabaquerías, que son quienes asisten a ese evento, reconocían la calidad del tabaco mexicano: su sabor, su aroma… “Nosotros presentamos la marca a través de un solo puro, Cuchillo Parado, y nos preguntaban por qué solo teníamos un producto, si el tabaco mexicano era de excelente calidad”.
El tabaco mexicano tiene gran calidad agronómica, gracias al buen rendimiento en la cosecha. Esto lo convierte en un tabaco muy rentable para los productores y, por otro lado, para el fabricante de puros, que requiere de ciertas cualidades físicas y organolépticas que también otorga el producto mexicano. Estas cualidades son integridad, buen color y estado sano de la hoja, color uniforme y olor, entre otras características.
Las plantas del tabaco negro utilizado por Casa 1910 llegan a medir entre 70 y 90 centímetros de altura, con un follaje frondoso y produce de 14 a 16 hojas útiles para elaborar los puros. La hoja ya curada y fermentada tiene un color café intenso y mantiene gran cantidad de aceites que dan una experiencia inigualable al fumarlo y olerlo.
Cada puro de Casa 1910 es previamente seleccionado para estar en la caja, por lo que estará, sin duda, en perfectas condiciones para su disfrute. “Cualquier persona puede fumar y disfrutar un puro –dice Manolo–. Creemos mucho en la democratización del tabaco. A los 18 años una persona ya puede entenderlo y a los 21 ya lo puede llevar al paladar. Y hay que probar todos los puros, no solo los nuestros, porque eso te da una memoria de las propiedades organolépticas (olor, color, sabor, textura) de los puros”, recomienda el experto.